Ante el maltrato infantil, los pediatras debemos estar alerta
La violencia sufrida por ni?os, ni?as y adolescentes supone un infierno que tendr¨¢ consecuencias a corto, medio y largo plazo en su desarrollo y bienestar
Una profesional de la atenci¨®n a la infancia ha sido imputada judicialmente por detectar un posible caso de abusos a una menor, que al parecer, luego no se confirm¨®. El asunto abre una agria pol¨¦mica profesional y de enfrentamientos entre periodistas y pediatras, pero va m¨¢s all¨¢. No olvidemos al menor, nuestra ¨²nica preocupaci¨®n sigue siendo la infancia, ?C¨®mo afecta este caso a la alerta que todo profesional debe tener cuando atiende los problemas de los cr¨ªos? ?C¨®mo afecta a docentes, psic¨®logos, polic¨ªas o guardias civiles? Cualquiera que trabaje con la infancia puede quedar desprotegido ante la ley, por un lado, tiene la Obligaci¨®n, con may¨²sculas, de denunciar cualquier sospecha de abuso sexual o maltrato, pero por otro puede enfrentarse a la c¨¢rcel por ello. Adem¨¢s, se confirme o no tendr¨¢ que verse expuesto a los medios y al largo proceso judicial, aunque al final quede sobrese¨ªdo. El caso lo recoge el escrito del fiscal que habla de "invenci¨®n ". Y la r¨¦plica se la he pedido a quien podr¨ªa ofrecerla mucho mejor que yo.
Cuando la infancia no es un sitio amable
La violencia sufrida por ni?os, ni?as y adolescentes supone un infierno que tendr¨¢ consecuencias a corto, medio y largo plazo en su desarrollo y bienestar. Para ellos, la infancia no es un lugar amable. Cuando el terror acecha, y el enemigo est¨¢ cerca, cuando las personas que agreden son las que les debieran proteger, cuidar y acompa?ar en esta etapa de la vida, el da?o es especialmente doloroso. Cuando el amor, la confianza, la ternura y el respeto no son la base de la relaci¨®n con alguna de las personas que les cuidan, y encuentran en su lugar amenazas, chantaje y violencia, ser una persona menor de edad se convierte en una pesadilla de la que es muy dif¨ªcil salir ileso.
Los profesionales que trabajamos en contacto con la infancia, debemos estar alerta y ser garantes de sus derechos. Cuando estamos ante la sospecha de cualquier tipo de maltrato contra las personas menores de edad (f¨ªsico, psicol¨®gico, abuso sexual, negligencia), tenemos la obligaci¨®n de notificar esta situaci¨®n de riesgo ante la autoridad competente para que la investigue. Si se confirma, se habr¨¢ protegido al menor. Si no, se habr¨¢ tratado de una falsa alarma, justificada por la extrema gravedad de los hechos sospechados y la absoluta indefensi¨®n de quien los padece.
Los Protocolos de actuaci¨®n frente al maltrato infantil, tanto a nivel nacional, como auton¨®mico, detallan los pasos a seguir ante estas situaciones. En ellos est¨¢n implicadas las distintas administraciones de forma coordinada (fundamentalmente ¨¢mbito educativo, ¨¢mbito sanitario, ¨¢mbito judicial, Servicios Sociales, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado). Todo ello para preservar el inter¨¦s superior del menor, que es el que debe guiar las actuaciones.
La violencia contra ni?os, ni?as y adolescentes es una realidad bien conocida y comunicada por diversas instituciones y organismos que velan por la infancia. Prueba de la preocupaci¨®n por este problema es la aprobaci¨®n en el Congreso el 12 de septiembre de 2017, con el apoyo de todos los grupos parlamentarios, de una Proposici¨®n No de Ley que instaba al gobierno a elaborar una ¡°Ley Integral contra la Violencia a la Infancia y Adolescencia¡± y que tiene de plazo hasta septiembre de 2018 para su elaboraci¨®n.
Existen numerosos estudios que visibilizan esta terrible realidad y ponen de manifiesto que son muchos los ni?os, ni?as y adolescentes maltratados en la infancia, en la mayor¨ªa de las ocasiones en el ¨¢mbito familiar o en el entorno cercano.
Entre ellos, el de UNICEF ¡°Una situaci¨®n habitual: violencia en las vidas de los ni?os y los adolescentes¡± y de la Fundaci¨®n ANAR ¡°Evoluci¨®n de la violencia a la infancia en Espa?a seg¨²n las v¨ªctimas (2009-2016)¡± en los que se aborda a nivel mundial y en nuestro pa¨ªs respectivamente, la incidencia de todo tipo de maltrato contra la infancia.
Respecto al abuso sexual infantil, se estima que uno de cada cinco menores sufre una situaci¨®n de abuso sexual antes de cumplir 18 de edad. Save the Children public¨® en septiembre de 2017 el documento ¡°Ojos que no quieren ver¡±. Entre sus conclusiones, revelan que cuando un menor verbaliz¨® en el colegio una vivencia de abuso sexual, solo se tomaron medidas en el 15 % de las ocasiones.
Campa?as divulgativas como ¡°Uno de cada Cinco¡± auspiciada en 2011 por el Consejo de Europa y la campa?a #notecallescu¨¦ntalo (6), presentada por la Fundaci¨®n Edelvives y la Fundaci¨®n ANAR la semana pasada, son muy necesarias, porque los casos que salen a la luz son solo la punta del iceberg de una agresi¨®n que se da en el entorno cercano, tapada con el miedo, el poder, el pudor, la amenaza o la verg¨¹enza.
Todas estas iniciativas van encaminadas a informar, prevenir y sensibilizar sobre una realidad insultante y cruel como es el maltrato contra las personas menores de edad. Una realidad que entre todos debemos cambiar porque es degradante, devastadora, y perjudicial para los ni?os, ni?as y adolescente que la sufren, conden¨¢ndolos, en muchas ocasiones, no solo a tener problemas f¨ªsicos, psicol¨®gicos y sociales durante su infancia y adolescencia, sino que pueden llegar a truncar por completo su proyecto de vida.
Nos sorprende, en este contexto de sensibilizaci¨®n creciente frente a la violencia contra la infancia, la noticia que hemos le¨ªdo en la prensa hace unos d¨ªas y que informa sobre una pediatra que va a juicio por haber notificado la sospecha de abuso sexual en una adolescente, sospecha que posteriormente no se confirm¨®. Aun desconociendo los detalles de la instrucci¨®n de este proceso, nos preocupa que se cuestione la aplicaci¨®n del protocolo de actuaci¨®n, as¨ª como el trato period¨ªstico que se le ha dado (se ha facilitado nombre, apellidos y lugar de trabajo de la profesional). Estas circunstancias han desatado una reacci¨®n de incredulidad, desconcierto e inseguridad entre muchos profesionales de distintos ¨¢mbitos que tienen en com¨²n el trabajo con la infancia.
Creemos que, en un tema tan grave, en el que se est¨¢n dando pasos tan lentos en la protecci¨®n hacia los menores, en el que las campa?as pretenden romper el silencio, hace un flaco favor una noticia de este tipo. La informaci¨®n debe ser no solo rigurosa, sino responsable. Tanto la Asociaci¨®n Andaluza de Pediatr¨ªa de Atenci¨®n Primaria (AndAPap), como la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa de Atenci¨®n Primaria (AEPap), se han manifestado en este sentido. Asimismo, hacen un llamamiento a todos los profesionales para que, en el ejercicio de su labor, tengan siempre presente el inter¨¦s superior del menor y defiendan sus derechos cuando sospechen que est¨¢n siendo vulnerados.
Es responsabilidad de toda la sociedad y de los organismos que la representan, amparar al mensajero y no silenciarlo.
*Autores: Narcisa Palomino Urda, Rafael Jim¨¦nez Al¨¦s. Grupo de Trabajo Familia y Menores de la AndAPap.
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