Ense?ar a los padres a cuidar para reducir la saturaci¨®n de los pediatras
Hacen falta m¨¢s profesionales y tiempo, pero sobre todo, educar en salud para evitar las consultas innecesarias y mejorar la atenci¨®n cuando de verdad se precise
La consulta del pediatra siempre est¨¢ llena, los ni?os van al m¨¦dico m¨¢s que los ancianos. No toman medicinas apenas, pero consultan mucho m¨¢s, podr¨ªamos pensar que la infancia es una enfermedad en s¨ª misma, curable eso s¨ª, que luego llegar¨¢ la adolescencia y es otra enfermedad diferente. La historia cl¨ªnica electr¨®nica del ni?o est¨¢ repleta de decenas de visitas al a?o, que ocupan gigantescos servidores inform¨¢ticos situados en plataformas marinas o bunkers subterr¨¢neos en un perdido y t¨®rrido desierto, en folios de papel hubiera supuesto la tala y extinci¨®n de media Amazonia.
Si no toman medicinas ?a qu¨¦ van al m¨¦dico?
Es cierto que, como denuncian las sociedades pedi¨¢tricas, faltan profesionales que cubran tanta necesidad de consulta. El centro de salud se ha hipertrofiado en las ¨²ltimas d¨¦cadas acaparando profesionales patrios y otros venidos del m¨¢s all¨¢, que a su vez esquilman las pocas plazas y las muchas necesidades de m¨¦dicos en sus pa¨ªses de origen, pobres o en desarrollo, abocando a esas poblaciones a una precaria atenci¨®n a la infancia, casi siempre privada o de beneficencia, cara y de muy baja calidad, plagada de mitos y creencias, con poca ciencia y evidencia y con mucho abuso de antibi¨®ticos y productos presuntamente sanadores y de escasa eficacia.
Espa?a necesita cada vez m¨¢s profesionales, porque la demanda es muy alta y la capacidad de oferta limitada, las soluciones pasan por aumentar esta oferta, generar m¨¢s profesionales, convencerles para que se queden en primaria y no busquen lugares mejores donde desarrollarse como especialistas o con m¨¢s porvenir en su carrera profesional, o incluso con un sueldo m¨¢s adecuado a sus expectativas.
Se necesitan m¨¢s pediatras formados que atiendan menos ni?os, para mejorar la calidad asistencial. En la actualidad estamos en una media de 1200 ni?os por cupo, cuando deber¨ªa bajar para poder dedicar el tiempo necesario a cada uno a una ratio de unos 850 o 900, esto supondr¨ªa m¨¢s necesidad de contratar profesionales.
?Llevar¨ªa consigo tambi¨¦n un aumento de la demanda? En el comercio es sabido que si aumentas el horario y los centros comerciales, aumentan las ventas, ?ocurre igual en la sanidad infantil, que si aumentas los pediatras y el horario de consulta aumentar¨ªa a¨²n m¨¢s la demanda? Supongo que si. Cuando hace a?os trabaj¨¢bamos los s¨¢bados por la ma?ana, las consultas tambi¨¦n estaban llenas. Los centros de urgencias en fines de semana est¨¢n llenos tambi¨¦n de ni?os.
?Por qu¨¦ consultan tanto? Insisto, ?es la infancia una enfermedad en s¨ª misma?, ?atravesar esa primera etapa de nuestra vida es tan complicado?
El invierno est¨¢ lleno de mocos y fiebres, llegadas estas fechas primaverales se transforman en lesiones de todo tipo, no moquean, pero entorpecen, con ca¨ªdas en el parque, picaduras de insectos, raspones y torceduras vuelven a llenar las salas de espera del pediatra en el centro de salud o en urgencias.
?Qu¨¦ soluciones se proponen en la llamada mejora de la atenci¨®n primaria pedi¨¢trica y otras propuestas sindicales?
- Prorrogar la edad de jubilaci¨®n. A este paso no me jubilo, luego con 80 a?os no me dig¨¢is que estoy chocho.
- Horarios m¨¢s adecuados para la conciliaci¨®n familiar. Mientras los padres no puedan tener horarios adecuados, seguir¨¢n llevando a los ni?os cuando puedan, no cuando nosotros queramos.
- Dar a conocer la especialidad entre los residentes y estudiantes. Curiosamente no se habla de mejorar sueldos de forma decidida para que sea uno de sus atractivos.
- Fabricar m¨¢s pediatras, aunque esto tarda demasiado tiempo, un m¨ªnimo de 10 a?os y cuando lleguen lo mismo hacen falta m¨¢s todav¨ªa o ya no son necesarios o hemos muerto por el camino los que estamos.
- Se propone una enfermer¨ªa de pediatr¨ªa exclusiva, enfermeras solo para ni?os minusvalorando de este modo tambi¨¦n la atenci¨®n primaria y comunitaria de otros colectivos. Odontopediatras y como no, hasta celadores o administrativos podr¨ªan atender tambi¨¦n solo a ni?os, esto nos lleva a otra reivindicaci¨®n cl¨¢sica; la creaci¨®n de guetos, o centros exclusivamente pedi¨¢tricos zonales que recojan la poblaci¨®n infantil y la saquen de los centros de salud.
- ?Y luego la retah¨ªla de puntos rimbombantes para rellenar un comunicado, como dignificar, prestigiar, dar visibilidad, reivindicar la luna y otras obviedades que se incluyen siempre en todo dec¨¢logo o manifiesto para poder completar los puntos.
Si todo se cumpliera y fuera posible, estar¨ªamos ante un escenario de m¨¢s hipertrofia y m¨¢s necesidad de profesionales, que a m¨ª laboralmente me viene muy bien, pero...
?Es realmente esta la soluci¨®n?
Todas las propuestas van en la l¨ªnea de aumentar la oferta profesional o de mejorarla, pero si estamos hablando de oferta y demanda, no veo ning¨²n punto que vaya encaminado a disminuir la demanda, que ser¨ªa la otra alternativa para equilibrar. Claro, en una sociedad mercantilizada a nadie se le ocurre disminuir la necesidad consumista. No veo a las cadenas de distribuci¨®n de ropa haciendo publicidad para que no te compres dos abrigos si te vale el del a?o pasado, o tres ba?adores, que con uno es m¨¢s que suficiente, pero, ?esto es extensible a la salud, es tambi¨¦n un producto mercantil la enfermedad de los cr¨ªos? ?No ser¨ªa m¨¢s plausible intentar disminuir el exceso de consultas y revisiones innecesarias, tontinader¨ªas y agobios paternos y maternos?
Yo creo en la educaci¨®n para la salud, creo que hemos quitado la posibilidad a los padres de ser aut¨®nomos, de poder solucionar sus peque?os problemas de cada d¨ªa y les hemos hecho depender excesivamente de los profesionales para hacernos necesarios. Pongamos por caso a los notarios, si gener¨¢ramos, una demanda haci¨¦ndolos imprescindibles para obtener cualquier papel, certificados de todo tipo o compulsas, en unos a?os habr¨ªa una demanda sin par de notarios que deber¨ªamos crear y sacar de debajo de las piedras a marchas forzadas. Algo as¨ª ha sucedido con la pediatr¨ªa, se ha creado una necesidad artificial y sobrevalorada como las m¨²ltiples revisiones del ni?o sano, se ha insistido en que un pediatra valore a todo ni?o con fiebre o con mocos, por si acaso, que un profesional catalogue si la diarrea es o no una urgencia, no se vaya a deshidratar, se pide que solo alguien formado durante cuatro a?os en ni?os sea capaz de detectar variaciones de la normalidad, enfermedades o d¨¦ficits de cualquier tipo hasta los 14 a?os.
Es una singularidad del sistema, al igual que ocurre en la medicina privada o el modelo Muface o Isfas donde el funcionario o el pagano acuden directamente a un especialista de su elecci¨®n, sin pasar previamente por el m¨¦dico de familia o de cabecera. En el sistema p¨²blico si tienes menos de 14 a?os te atiende un especialista exclusivo y pronto por el mismo razonamiento, habr¨¢ ginec¨®logos de primaria, para valorar a toda mujer en edad f¨¦rtil, endocrinos de primaria para valorar a todo diab¨¦tico, o cientos de cardi¨®logos que se ocupen de los asuntos del coraz¨®n. Haciendo parcelas en el centro de salud y deshilachando la atenci¨®n integral que supone la atenci¨®n primaria.
La atenci¨®n primaria est¨¢ en declive, est¨¢ infravalorada, parecemos m¨¦dicos de segunda cuando cuesta los mismos a?os ser m¨¦dico de familia que cardi¨®logo, endocrino o pediatra, y son todos igual de especialistas cada uno en lo suyo. Las ¨²ltimas especialidades escogidas en el Mir son siempre las mismas. El objetivo es volver a dar prestigio a la atenci¨®n primaria invirtiendo en su conjunto como eje del sistema, como atenci¨®n comunitaria, desde que se nace hasta que se acaba la vida, atenci¨®n integral, porque la forma de enfermar es propia del ¨¢mbito familiar o colectividad, porque la forma de autocuidarse y de ser aut¨®nomo en nuestra salud debe ser principal, no orientando el centro de salud a la enfermedad y a la curaci¨®n, sino al cuidado y prevenci¨®n del mal propio y de los que nos rodean. Ofrecer herramientas a la poblaci¨®n para que pueda, si lo desea, actuar aut¨®nomamente en cuanto a salud se refiere, recuperar el botiqu¨ªn de casa, volver a poner en ¨¦l las cuatro cosas que nos den tranquilidad y nos permitan recuperar el control que no debimos nunca delegar.
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