La salud emocional empieza en las tripas
La serotonina, considerada la hormona de la felicidad, se fabrica principalmente en el aparato digestivo. Cien millones de neuronas regulan el tracto intestinal. M¨¢s vale seguir una buena alimentaci¨®n para encontrarnos bien con nosotros mismos.
Estamos de baj¨®n y asaltamos la cocina para aliviarnos. El cuerpo nos pide un dulce procesado o una bolsa de patatas fritas. Parece que en esos momentos es lo que m¨¢s necesitamos, pero estamos muy equivocados: la salud emocional comienza con cuidar tambi¨¦n nuestras tripas. La serotonina, considerada como la hormona de la felicidad, es una de las responsables de regular la tristeza, la apat¨ªa, nuestras dudas o, incluso, nuestras obsesiones. Alrededor del 10% de esta sustancia, aproximadamente, se procesa en el cerebro. Pero el 90% restante se fabrica en nuestras tripas, seg¨²n la doctora Lourdes Tom¨¢s, autora del libro La salud, tu mejor talento (editorial Plataforma).
Una doctora de neurociencia de la universidad estadounidense de Georgetown investiga la conexi¨®n entre los ictus cerebrales y la flora intestinal
Si nuestra barriga no est¨¢ bien, tampoco lo estar¨¢ el estado de ¨¢nimo. El aparato digestivo contiene 100 millones de neuronas que pertenecen al sistema ent¨¦rico, cuya funci¨®n es regular el tracto intestinal desde el es¨®fago al recto. Tambi¨¦n est¨¢ conectado con el p¨¢ncreas y la ves¨ªcu?la biliar. Estas neuronas y nervios controlan los movimientos musculares del intestino, la secreci¨®n de sustancias digestivas y el flujo sangu¨ªneo en esta parte del cuerpo. Por este motivo se ha denominado a esta zona del organismo el segundo cerebro. Emociones, pensamientos e intestinos tienen una comunicaci¨®n tan perfectamente orquestada que provoca un nudo en el est¨®mago despu¨¦s de una discusi¨®n o la necesidad de ir al ba?o antes de un examen.
Las ¨²ltimas investigaciones cient¨ªficas est¨¢n dando un paso m¨¢s y demuestran ahora la relaci¨®n existente entre el aparato digestivo y las enfermedades neurol¨®gicas. Sonia Villapol, doctora en neurociencia y profesora de la universidad estadounidense de Georgetown, analiza la conexi¨®n entre los ictus y la flora intestinal. En sus experimentos con ratones, Villapol ha demostrado que la composici¨®n bacteriana de los roedores se ve alterada despu¨¦s de un da?o en la cabeza. ¡°Si somos capaces de controlar la flora, podremos ayudar al cerebro a que se recupere m¨¢s r¨¢pido de las lesiones, as¨ª como reducir los estados de ansiedad y de depresi¨®n postraum¨¢tica¡±. En esta misma l¨ªnea, se ha descubierto que el 95% de los ni?os que sufren trastornos como d¨¦ficit de atenci¨®n, hiperactividad o, incluso, autismo, presentan problemas digestivos, seg¨²n cuenta la doctora Irina Matveikova en el libro Inteligencia digestiva (La Esfera de los Libros). Para prevenir problemas digestivos que acaben dando quebraderos de cabeza se impone regular nuestros h¨¢bitos diarios. Matveikova, experta en endocrinolog¨ªa, recomienda como primera medida descansar de vez en cuando del trigo, el az¨²car, los l¨¢cteos y el alcohol.
El 95% de los ni?os que sufren trastornos como d¨¦ficit de atenci¨®n o hiperactividad presentan problemas digestivos?
Tambi¨¦n es recomendable nutrir a nuestros dos cerebros con alimentos como el aguacate, los pl¨¢tanos, las nueces, las semillas de calabaza, la c¨²rcuma, los huevos o el pollo (preferiblemente de corral o ecol¨®gico). Los expertos insisten en los beneficios mentales de moverse m¨¢s y comer productos frescos, evitando los envasados, los precocinados y los dulces industriales. Incorporar t¨¦cnicas de relajaci¨®n diarias, ejercitar el abdomen y dormir unas ocho horas completan la f¨®rmula. Y si tenemos que tomar antibi¨®ticos, conviene no olvidar acompa?arlos con probi¨®ticos para restaurar la flora intestinal. En definitiva, si nuestro estado an¨ªmico no es positivo, valdr¨ªa la pena analizar c¨®mo est¨¢n nuestras tripas, revisar la nevera y la despensa, e incorporar ciertos h¨¢bitos m¨¢s saludables para encontrarnos mejor con nosotros mismos.?
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