Un escenario infinito
Es dif¨ªcil comprender c¨®mo hay m¨¢s de siete millones de personas que votan al Partido Popular
A punto de conocerse la sentencia del caso G¨¹rtel, la Guardia Civil abri¨® ayer un nuevo frente en el infinito escenario de corrupci¨®n en el PP. Eduardo Zaplana (hombre muy cercano a Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, que ocup¨® los puestos de alcalde de Benidorm, presidente de la Comunidad Valenciana y ministro de Trabajo del Gobierno de Espa?a) era detenido por orden judicial, acusado de cohecho y blanqueo de capitales. Uno m¨¢s de las decenas de pol¨ªticos populares imputados, procesados o acusados por haber metido la mano en la caja p¨²blica.
A estas alturas es dif¨ªcil comprender c¨®mo hay todav¨ªa m¨¢s de siete millones de espa?oles que siguen votando a un partido salpicado por la corrupci¨®n desde su propia c¨²pula. Lo m¨¢s extra?o es lo sucedido durante a?os en las comunidades aut¨®nomas de Madrid, Valencia y Baleares, en las que ca¨ªan clanes mafiosos vinculados al Partido Popular sin que los electores les dieran la espalda y forzaran su salida. Es como si hubiera algo aspiracional en la ciudadan¨ªa frente a una corrupci¨®n que hac¨ªa y deshac¨ªa a su antojo.
La lista de cargos p¨²blicos acusados de corrupci¨®n en el partido que preside Mariano Rajoy no cabr¨ªa en estas columnas. Y aunque es verdad que la Justicia est¨¢ actuando en Espa?a, lenta pero eficazmente, contra los delincuentes, se echa en falta una actitud mucho m¨¢s firme de los actuales l¨ªderes del PP cada vez que se destapa un nuevo caso de rapi?a pol¨ªtica. Eso hace que el partido que gobierna en Espa?a no sea capaz de sacudirse la mala reputaci¨®n causada por lo que inicialmente eran unas pocas ovejas negras que se hab¨ªan saltado la ley y que ya se ha convertido en todo un reba?o en el que se sospecha, con raz¨®n, hasta del pastor.
El Partido Popular es hoy como un queso gruyer, lleno de agujeros, en el que las lonchas tienen cada vez m¨¢s aire y menos queso. Las promesas de regeneraci¨®n se han quedado en casi nada y las explicaciones de que los casos que se juzgan hoy pertenecen a un pasado muy lejano ya no cuelan. Porque un l¨ªder pol¨ªtico no solo tiene que ser limpio, sino que adem¨¢s debe denunciar la corrupci¨®n y luchar contra ella. Aunque est¨¦ en su propia casa.
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