Los leopardos de Trump nos van a comer la cara

Tras la reelecci¨®n en diferido de Donald Trump, estamos sufriendo los mismos debates y reacciones que ya vivimos en 2016. Es como ver un remake cutre de una pel¨ªcula que ni siquiera nos gust¨®. Por ejemplo, ya hemos vuelto a ese momento en el que los analistas pol¨ªticos intentan entender y explicar c¨®mo ha ganado Trump, m¨¢s o menos con las mismas preguntas que hace ocho a?os: ?los dem¨®cratas han abandonado a la clase trabajadora? ?Deber¨ªan olvidarse de los asuntos identitarios y de g¨¦nero? ?Deber¨ªan girar al centro? ?Deber¨ªan girar a la izquierda? ?Qu¨¦ influencia han tenido las redes sociales? ?Y Vlad¨ªmir Putin? ?Necesitaban otro candidato? ?Otro eslogan? ?Una gorra llamativa, quiz¨¢s con una h¨¦lice?

Como en 2016, el shock tambi¨¦n llega a algunos de los votantes de Trump, que ven a lo lejos a unos cuantos leopardos hambrientos. Me refiero a un tuit cl¨¢sico que el escritor Adrian Bott public¨® en 2015, y que se comparte cuando la derecha populista gana unas elecciones y empieza a poner en pr¨¢ctica sus planes: ¡°¡®Nunca pens¨¦ que los leopardos se comer¨ªan mi cara¡¯, lamenta una mujer que vot¨® por el Partido de los Leopardos que Comen la Cara de la Gente¡±. En su origen, el tuit ni siquiera se refer¨ªa a Trump. El autor es brit¨¢nico y hablaba de los recortes en las ayudas fiscales a las familias del Reino Unido, pero se ha convertido en un meme que ayuda a enmarcar la reacci¨®n de los votantes que se sorprenden al ver que las decisiones que votaron tambi¨¦n les afectan a ellos.

A lo largo de los ¨²ltimos a?os se han popularizado ejemplos de personas alarmadas ante la actitud poco amistosa de las fieras salvajes. Como una votante del Brexit indignada porque no era consciente de que salir de la UE dificultar¨ªa su intenci¨®n de seguir viviendo en Portugal sin visado, o una estadounidense pro-Trump que vio c¨®mo su marido mexicano era expulsado del pa¨ªs en 2017. En Reddit existe un subforo dedicado a recoger ejemplos de votantes sorprendidos, que se llama, por supuesto, Leopards ate my face. Los participantes han cazado casos recientes de votantes republicanos que ven c¨®mo pueden quedarse sin cobertura m¨¦dica p¨²blica, de empresarios preocupados por los aranceles y de padres de ni?os con necesidades especiales que no saben qu¨¦ va a pasar si Trump elimina el departamento de Educaci¨®n, como prometi¨®. El tuit se ha hecho tan popular que la actriz Franchesca Ramsey compuso hace meses una canci¨®n que usa en las redes para reaccionar a los lamentos de trumpistas traicionados.

Es verdad que no votamos solo por inter¨¦s y ego¨ªsmo: podemos pensar que una decisi¨®n nos perjudica, pero beneficia a la mayor¨ªa. Tambi¨¦n podemos votar porque creemos que es lo correcto, por costumbre o incluso por fastidiar a los dem¨¢s. Pero el meme no valora solo el da?o autoinfligido, porque da?o nos hacemos todos, sino la sorpresa ante algo que el candidato anunciaba abiertamente que iba a hacer y la confianza absurda de estos ciudadanos en que a ellos no les iba a afectar: ¡°Vamos a recortarle la sanidad p¨²blica a todo el mundo menos a ti¡±.

Esta sorpresa resultaba razonable en 2016: es posible que la ¨²nica persona que confiaba entonces en una victoria de Trump fuese Putin. Adem¨¢s, nadie quer¨ªa tomarse en serio todo lo que Trump dijo en campa?a. Pero lo normal es que los pol¨ªticos y partidos que ganan unas elecciones al menos intenten poner en pr¨¢ctica sus programas electorales. Que Trump nos parezca un exc¨¦ntrico (por decirlo de forma suave) no significa que no quiera llevar a cabo sus propuestas. Al contrario, es otro motivo para temer que lo va a hacer, igual que har¨¢n los ultras en Espa?a si ganan las elecciones. Parece poco probable que Santiago Abascal llegue a la vicepresidencia del Gobierno y entonces confiese que en realidad siempre ha sido muy socialdem¨®crata. ¡°?La UE y el cine espa?ol? Lo mejor, si me preguntan¡±.

De todas formas, ver a personas atacadas por leopardos no resulta un espect¨¢culo agradable, por mucho que disfrutemos en privado la Schadenfreude. No es solo que ¨¦ticamente sea discutible, sino que adem¨¢s tambi¨¦n nos afecta a nosotros: ni aunque estemos en otro pa¨ªs nos vamos a librar de los efectos de la victoria de Trump. Los leopardos nos van a comer la cara a todos, y tener raz¨®n no har¨¢ que duela menos.