El precio del pacto

Con la aprobaci¨®n ayer de los Presupuestos Generales del Estado para 2018, el Gobierno logra el objetivo que se hab¨ªa propuesto de garantizarse un horizonte de estabilidad que le permita aguantar la legislatura hasta su eventual agotamiento en 2020 ya que, en el peor de los casos, Rajoy podr¨ªa prorrogar estos Presupuestos hasta la pr¨®xima cita electoral.

La aprobaci¨®n es una buena noticia en un momento marcado por una doble incertidumbre. Por un lado, la decisi¨®n del independentismo de nombrar presidente a Quim Torra no solo ha reabierto el debate sobre la vigencia, continuidad o reedici¨®n del art¨ªculo 155, sino que apunta a un recrudecimiento de las tensiones pol¨ªticas y sociales vividas en Catalu?a el a?o pasado. El desaf¨ªo catal¨¢n requerir¨¢, una vez m¨¢s, la unidad de las fuerzas constitucionalistas en torno a un Gobierno ya lo suficientemente debilitado por sus malas perspectivas electorales y los casos de corrupci¨®n como para resistir una eventual p¨¦rdida de los apoyos parlamentarios que hasta ahora le hab¨ªan garantizado su continuidad. Castigar a Rajoy castigando a la vez a todos los espa?oles no es una buena pol¨ªtica.

Adem¨¢s de los problemas espec¨ªficos de Espa?a, en el horizonte internacional y europeo se acumulan suficientes elementos de riesgo. En un momento marcado por las presiones proteccionistas provenientes de Washington, el alza del precio del petr¨®leo y la incertidumbre econ¨®mica generada en Europa por la llegada al poder en Italia de fuerzas populistas y euroesc¨¦pticas, hay que saludar que Espa?a haya sido capaz de encontrar la manera de salvaguardar su estabilidad, aun de forma precaria.

Por diferentes motivos, y sobre todo obedeciendo a sus propios c¨¢lculos de inter¨¦s pol¨ªtico, econ¨®mico y electoral, Ciudadanos y el PNV han decidido apoyar los Presupuestos. En el caso de los primeros, una retirada del apoyo hubiera supuesto responsabilizarse de un adelantamiento electoral o del agravamiento de la inestabilidad en un momento cr¨ªtico.

Para el PNV, a pesar de haber condicionado su apoyo a levantar el 155, ha quedado claro que la ¨²nica responsabilidad por el agravamiento de la situaci¨®n catalana corresponde a las decisiones tomadas por los independentistas. El voto del PNV ha puesto de manifiesto la negativa del lehendakari Urkullu a sacrificar las considerables ganancias para su comunidad aut¨®noma logradas en la negociaci¨®n en aras de satisfacer la radicalidad de Puigdemont y Torra, empe?ados en alentar el victimismo a costa de los intereses de Catalu?a. Sin duda, PDeCAT y ERC deber¨ªan tomar nota de esta p¨¦rdida de simpat¨ªas, as¨ª como de la habilidad y pragmatismo del lehendakari.

El logro se ve empa?ado en t¨¦rminos estrictamente econ¨®micos porque el presupuesto genera notables dudas en torno a la estabilidad de las finanzas p¨²blicas y la senda fiscal que el Gobierno se propone conseguir. Las concesiones a PNV y otros cinco partidos, incluyendo la revalorizaci¨®n de las pensiones en el 1,6% con car¨¢cter retroactivo, hacen dif¨ªcil lograr un ajuste del d¨¦ficit al 2,2% este a?o; si se consigue situarlo en el 2,6%, ya ser¨¢ una haza?a notable. Ello cuestiona el prop¨®sito de reducir la deuda, una debilidad alarmante de la pol¨ªtica financiera. De todo ello tendr¨¢ que dar cuenta el Ejecutivo en Bruselas.