El terremoto italiano que sacude a la UE

Un sentimiento profundo se ha ido abriendo camino en Europa desde la ¨²ltima d¨¦cada del siglo pasado: los hijos de hoy no vivir¨¢n mejor que sus padres. Las econom¨ªas ya no crecen al mismo ritmo que antes, el paro se ha cebado en los j¨®venes, sobre todo debido a la Gran Recesi¨®n, y las reformas laborales han aumentado la precariedad hasta el punto de que tener trabajo no significa salir autom¨¢ticamente de la pobreza y la exclusi¨®n. Pero ni la crisis iniciada en 2007 ni la posterior recuperaci¨®n ha sido igual para todos e Italia es uno de los que peor parado ha resultado. ?Tiene ello que ver con el hecho de que los italianos hayan puesto sus expectativas en dos partidos populistas y antieuropeos?

El pesimismo se ha instalado en la sociedad italiana. Su PIB per c¨¢pita sigue siendo casi tres veces el de la media mundial, pero el empobrecimiento es rampante y la riqueza recula hasta el punto de que, seg¨²n el FMI, Espa?a ya le est¨¢ superando (en renta por habitante). Ir a mejor es sencillo; ir a peor suele ser traum¨¢tico. Entre 2006 y 2016 ha sido una de las econom¨ªas europeas que menos creci¨®. Y mientras aumenta la exclusi¨®n social, los italianos han comprobado la ineptitud de sus autoridades para prevenir y gestionar terremotos y han visto llegar a sus costas decenas de miles de inmigrantes, un fen¨®meno que los ciudadanos perciben de manera distorsionada. Seg¨²n el ¨²ltimo Eurobar¨®metro, los italianos creen que una cuarta parte de la poblaci¨®n es extranjera cuando la realidad es que el porcentaje es solo del 7%. Es la sociedad europea m¨¢s alarmada por la inmigraci¨®n.

Hace un a?o, mucho antes de que el Movimiento 5 Estrellas (M5S) y La Liga ganaran las elecciones e incluso planearan salir del euro, el analista franc¨¦s Nicolas Baverez advert¨ªa: ¡°Italia es el principal riesgo que se cierne sobre la UE y la eurozona¡±. El mismo Eurobar¨®metro lo confirma: los italianos son los que menos perciben las bondades de estar en la Uni¨®n y son, junto con los griegos, los que menos conf¨ªan en que el club camine por la buena senda. En resumen, son especialmente euroesc¨¦pticos. En este terreno est¨¢n a la altura de los h¨²ngaros, los polacos, los brit¨¢nicos y los eslovacos.

Lo sencillo es culpar de todo ello a los pol¨ªticos. El r¨¦cord de inestabilidad pol¨ªtica y de desgobierno que ha sufrido tradicionalmente Italia no ha ayudado. En ese sentido, la opci¨®n de catapultar al poder a nuevas formaciones como el M5S es un resultado l¨®gico y de protesta contra los partidos tradicionales. M¨¢s complejo es entender por qu¨¦ la desaz¨®n social termina revolvi¨¦ndose contra la Uni¨®n Europea como si esta fuera la causa principal de sus males. Es seguro que las instituciones comunitarias tienen amplio margen para mejorar su acci¨®n pol¨ªtica, pero lo cierto es que el sentido cr¨ªtico de los italianos respecto a ellas se dispara mientras la media europea recupera su confianza.

La UE vive una crisis profunda que est¨¢ erosionando la periferia: Reino Unido, el grupo de Visegrado, los n¨®rdicos... Italia toca directamente su coraz¨®n. El Tratado de Roma ali¨® a naciones devastadas por la guerra que durante d¨¦cadas solo conocieron el progreso. Adaptarse a la nueva realidad puede llegar demasiado tarde. Sobre todo, para los italianos.