Telenovela
La pol¨ªtica entera espa?ola lo es desde hace ya mucho, lo que pasa es que nos hemos acostumbrado ya a verla as¨ª
?Queda alg¨²n invitado a la boda de la hija de Aznar por detener? ?Puede a¨²n nuestra infinita capacidad de sorpresa encajar un nuevo esc¨¢ndalo chocarrero, tipo el m¨¢ster fantasma de Cifuentes o la licenciatura rel¨¢mpago en Derecho del diputado Pablo Casado? ?Nos esperar¨¢n todav¨ªa nuevos golpes de efecto de los independentistas catalanes despu¨¦s de la huida de Puigdemont junto a varios de los suyos y del nombramiento de un presidentde la Generalitat de paja que ni siquiera puede ocupar el despacho presidencial?
De todos modos, y aun por encima de todo eso y de la condena al partido en el Gobierno y a cuarenta de los suyos a diversas penas de c¨¢rcel y econ¨®micas por robar a manos llenas y repartirse el bot¨ªn como los bandoleros de Sierra Morena, lo m¨¢s impactante de lo ocurrido en esta semana ha sido para m¨ª la decisi¨®n de los dos l¨ªderes de Podemos, pareja sentimental a la vez, de pedir el respaldo de las bases de su partido a la compra de un chal¨¦ de lujo despu¨¦s de a?os ejerciendo de savonarolas de los peque?oburgueses que tenemos un piso en propiedad o aspiramos a ello. La divisi¨®n de opiniones entre sus correligionarios augura por una vez un resultado re?ido, pero ¨¦ste es lo de menos. Lo impactante para m¨ª es que se someta al juicio de otras personas la moralidad o inmoralidad de un acto privado como si sus protagonistas no pudieran determinarla por ellos mismos. A¨²n peor: como si un partido pol¨ªtico con diputados en todas las instituciones del Estado, incluso en las europeas, fuera el grupete de amigos que empez¨® siendo y continuaran en la Universidad.
Uno de ellos, del sector m¨¢s arriscado, ha calificado la historia de telenovela, y creo que no lo ha podido pintar mejor. Porque, al margen de la dimensi¨®n del tema, el caso tiene todos los ingredientes de esas telenovelas de sobremesa o de media tarde que millones de espa?oles se tragan despu¨¦s de ver en los telediarios la irrealidad de la realidad pol¨ªtica: una pareja de enamorados que busca nido para su descendencia, un entorno de poder en el que las luchas y las rencillas se producen como en cualquier otro y un destino impredecible para los protagonistas principales de la historia, tan r¨¢pido sucede todo en sus vidas. Solo falta una m¨²sica que identifique la telenovela al comienzo de cada cap¨ªtulo y la publicidad en el medio de ¨¦stos. En lo que no coincido con Urb¨¢n, el autor de la definici¨®n, es en que solo parezca una telenovela la historia del chal¨¦ de Montero-Iglesias. La pol¨ªtica entera espa?ola lo es desde hace ya mucho, lo que pasa es que nos hemos acostumbrado ya a verla as¨ª.
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