Los europeos toman el control de sus datos

El abogado austriaco Max Schrems, de 30 a?os, no hubiera podido imaginar la repercusi¨®n que tendr¨ªa su decisi¨®n de llevar a Facebook ante los tribunales hace siete a?os. Sospech¨® que la red social estaba violando su privacidad cuando recibi¨® un CD con 1.200 p¨¢ginas de informaci¨®n sobre su vida digital. Y poco despu¨¦s, a la vista del esc¨¢ndalo de espionaje masivo de la NSA destapado por Edward Snowden, repar¨® en que la red social no garantizaba la protecci¨®n de los datos de los ciudadanos europeos. Sus recelos fueron confirmados por el Tribunal de Luxemburgo, que determin¨® que Estados Unidos no era un puerto seguro para la informaci¨®n de car¨¢cter personal que un buen n¨²mero de empresas tecnol¨®gicas transfer¨ªan a ese pa¨ªs.

?Aquella denuncia de Schrems viene a ser el embri¨®n del Reglamento General de Protecci¨®n de Datos, de obligado cumplimento en la UE desde ayer. La comisaria de Justicia, Vera Jourova, ha explicado gr¨¢ficamente el gran cambio que significa. Durante muchos a?os, los ciudadanos han estado ¡°como desnudos en un acuario¡± y ahora, gracias a las nuevas reglas, pasar¨¢n a tener el control de los datos. Las empresas que cometan abusos ser¨¢n puestas en la picota. Fugas como la protagonizada por Cambridge Analytica no saldr¨¢n gratis. La consultora adquiri¨® de forma ilegal informaci¨®n de car¨¢cter personal sobre casi 90 millones de usuarios de Facebook, utilizada posteriormente para influir en las elecciones de 2016, en las que fue elegido Donald Trump. La compa?¨ªa de Mark Zuckerberg, o cualquier otra que utilice datos para convertirlos en negocio publicitario, se expone a multas de hasta 20 millones de euros o un 4% del volumen de facturaci¨®n anual.

En los dos a?os de adaptaci¨®n al nuevo reglamento, los Estados miembros han hecho los deberes de manera heterog¨¦nea. Espa?a no es precisamente un alumno aventajado. La Ley Org¨¢nica de Protecci¨®n de Datos est¨¢ empantanada en el Congreso y es dif¨ªcil prever cu¨¢ndo ver¨¢ luz. La nueva normativa viene a actualizar y reforzar los derechos de los ciudadanos sobre sus propios datos y contribuir¨¢ a que el ecosistema digital sea un espacio de libertad y seguridad. Preserva una nueva generaci¨®n de derechos: de acceso, rectificaci¨®n, cancelaci¨®n y oposici¨®n sobre los propios datos. Y avala el derecho al olvido en Internet reconocido en Europa tras el conflicto planteado por el abogado Mario Costeja.

En una sociedad en la que los datos son el nuevo petr¨®leo resulta imprescindible que los usuarios sepan para qu¨¦ se utilizan, c¨®mo han sido obtenidos, qui¨¦n los trata, por cu¨¢nto tiempo y para qu¨¦ fines. La nueva normativa de privacidad convierte al ciudadano en due?o y le dota de una mayor capacidad de control sobre el rastro que va dejando cuando visita p¨¢ginas web, accede a redes sociales o lee noticias desde el tel¨¦fono m¨®vil.

A diferencia de lo que ocurr¨ªa hasta ahora, para que una empresa pueda hacer el perfil de un usuario tendr¨¢ que contar con el consentimiento previo. No valdr¨¢ ya la omisi¨®n para seguir la huella digital. La autorizaci¨®n tendr¨¢ que ser ¡°inequ¨ªvoca¡± y, en algunos casos, ¡°expl¨ªcita¡±. No ser¨¢ ya v¨¢lido el consentimiento t¨¢cito o por omisi¨®n. En estos d¨ªas, las empresas est¨¢n bombardeando a los usuarios con mensajes para que les permitan recabar sus datos. Los ciudadanos tienen la palabra.