Un pacto nacional

El imprescindible cambio de Ejecutivo que exige la conducta pol¨ªtica y delictiva del partido gobernante es una mala noticia. Espa?a afronta una grave crisis institucional a causa del independentismo catal¨¢n y encara una desigual y endeble recuperaci¨®n econ¨®mica que un sobresalto de la envergadura de una crisis de Gobierno puede truncar. El veredicto del caso G¨¹rtel no deja otra salida y los dirigentes pol¨ªticos debieran saber gestionarla. Se trata de buscar un pacto nacional con el supremo objetivo de preservar la econom¨ªa y gestionar el desaf¨ªo secesionista. Es una tarea ardua que requiere tiempo y, sobre todo, un Gobierno al mando con la autoridad y la legitimidad que otorgan las urnas.

Trenzar un acuerdo entre fuerzas pol¨ªticas de intereses electorales antag¨®nicos en el marco de un tablero pol¨ªtico extremadamente cambiante es un asunto complejo, pero no insuperable. Tal como est¨¢ la correlaci¨®n de fuerzas pol¨ªticas en el Parlamento hay una mayor¨ªa para descabalgar al Gobierno y en ese sentido los socialistas han allanado el camino para sacar a Rajoy de La Moncloa. Era el ¨²nico partido que, en solitario, pod¨ªa hacerlo. El problema es que no hay mayor¨ªa parlamentaria para conformar el Ejecutivo que lo reemplace.

El programa de Gobierno que ha esbozado Pedro S¨¢nchez jugar¨ªa a favor del PSOE al requerir que dicho partido se mantuviera a los mandos durante mucho m¨¢s que unos pocos meses y desde luego mucho m¨¢s de lo que es aceptable en la situaci¨®n actual. El pa¨ªs no puede permitirse la audacia que propone S¨¢nchez. La interinidad gubernamental nunca favorece a la econom¨ªa y la deriva de los independentistas catalanes bloquea cualquier posibilidad de contar con su concurrencia para reforzar al Estado del que quieren separarse. Ser¨ªa una incoherencia que debilitar¨ªa a¨²n m¨¢s la credibilidad de la pol¨ªtica espa?ola.

Con esta visi¨®n de vuelo raso, la pol¨ªtica espa?ola podr¨ªa volver al bloqueo que hace solo dos a?os oblig¨® a repetir las elecciones generales. Si Podemos cumple su promesa de no exigir condici¨®n alguna a la moci¨®n que puede arrebatar a Rajoy la presidencia, Ciudadanos tiene entonces en su mano la posibilidad de llegar al ¨²nico acuerdo posible y deseable, dadas las circunstancias: poner fecha para las elecciones sin m¨¢s dilaci¨®n. Solo ese movimiento puede desembocar en unas elecciones limpias sin que quienes lo promueven hagan ventajismo. Los da?os electorales para cada formaci¨®n ¡ªen caso de haberlos¡ª deber¨ªan ser considerados de menor cuant¨ªa en esta crisis provocada por el Gobierno de Mariano Rajoy.

El PP ya se ha lanzado a atacar a los socialistas acus¨¢ndoles de un supuesto pacto con los independentistas. Es, sin duda, el punto d¨¦bil de una moci¨®n de censura que saliera adelante sin los votos de Ciudadanos. Tampoco al PSOE le interesar¨ªa a largo plazo el ¨¦xito de esa f¨®rmula. El momento es cr¨ªtico y los partidos de la oposici¨®n est¨¢n obligados a intentar resolver en tiempo y forma una crisis que solo Rajoy y los suyos han agravado. La desconfianza y la insatisfacci¨®n de los espa?oles respecto a su democracia y su sistema pol¨ªtico est¨¢n por encima de la media europea y el partido gobernante tiene una enorme responsabilidad en todo ello.