No pod¨¦is venir todos
Qu¨¦ habr¨ªa sido de Gassama de haberse quedado en el segundo piso antes de que el ni?o cayese; cu¨¢ntas alturas hubiera necesitado para ser franc¨¦s
Hace tres a?os, en una visita de Angela Merkel a una escuela, una ni?a refugiada pidi¨® el micr¨®fono para decir que le gustar¨ªa seguir estudiando: ¡°Es dif¨ªcil ver que otros pueden disfrutar de sus vidas y t¨² no puedes disfrutar con ellos¡±. La ni?a y su familia ten¨ªan una orden de expulsi¨®n del pa¨ªs. Merkel le contest¨® que la entend¨ªa pero que la pol¨ªtica era dura, que en los campos en el L¨ªbano hay miles de personas y no pod¨ªan venir todos. La ni?a se ech¨® a llorar y Merkel se acerc¨® a acariciarla sin cambiar de opini¨®n. Merkel se someti¨® a sus leyes. Asumi¨® el fracaso humano que supone la pol¨ªtica migratoria y en lugar de salt¨¢rsela y ganarse una ovaci¨®n, se pleg¨® a ella y obtuvo el abucheo.
Mamadou Gassama, un inmigrante maliense, escal¨® cuatro plantas de un edificio de Par¨ªs para salvar la vida de un ni?o colgado de un balc¨®n. No fue un superh¨¦roe sino algo m¨¢s valioso: un hombre que sali¨® de un pa¨ªs en guerra, cruz¨® otro y sobrevivi¨® a las mafias y al paso del Mediterr¨¢neo, convertido en un cementerio de miles de personas. La mejor explicaci¨®n de la pol¨ªtica migratoria europea es que Gassama se delat¨® a s¨ª mismo subiendo ese edificio; la mejor explicaci¨®n de las leyes de Macron es que el presidente tendr¨ªa que castigar la acci¨®n de Gassama con su expulsi¨®n del pa¨ªs.
Macron no fue tan consecuente como Merkel. La alemana no discrimin¨® al resto de refugiados porque desatendi¨® las l¨¢grimas de una ni?a. El franc¨¦s premi¨® con la nacionalidad y un puesto de trabajo al h¨¦roe maliense. Merkel cumpli¨® la ley y supo el coste humano que tiene hacerlo, Macron aprendi¨® que desobedecer ciertas leyes no solo no deber¨ªa ser delito sino un imperativo moral. Los dos supieron a qu¨¦ lleva la pol¨ªtica cuando se baja a la calle: una cosa es ordenar la expulsi¨®n de inmigrantes sin papeles y otra tener que expulsarlos tras hablar con ellos.
Para el votante que entiende, como su partido, que en el primer mundo caben los que nacen en ¨¦l, Gassama es una excepci¨®n cuyo caso merece ser revisado; una discriminaci¨®n dentro de otra. Para ese votante y para esos partidos la integraci¨®n del inmigrante no pasa porque sea igual que ellos: tiene que ser mejor. Nacer y salvar una vida otorgan los mismos derechos. Lo que no s¨¦ es d¨®nde estar¨ªa Gassama si el ni?o hubiera ca¨ªdo; qu¨¦ habr¨ªa sido de Gassama de haberse quedado en el segundo o tercer piso. Cu¨¢ntas alturas se hubieran necesitado para ser franc¨¦s. Qu¨¦ dice a eso el reglamento ol¨ªmpico de inmigraci¨®n.
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