La rea Rosal¨ªa
No me alegro de las desgracias ajenas, pero una noche en el trullo igual le baja los humos
Lleg¨® a la Audiencia menos producida de lo que suele. Pantal¨®n beige, blazer marino y uno de esos fulares que te sacan de un apuro en d¨ªas como el de ayer, en los que ni llueve ni deja. Nada que ver con sus grandes tardes de la G¨¹rtel. Esas apariciones estelares entrando y saliendo del juzgado, o de su pisazo, o de la c¨¢rcel a ver a su marido preso, en las que hipnotizaba a la c¨¢mara a base de caderazos al arco parlamentario, cabeza alta al punto de desnucarse y golpes de melena de los que se mueran las feas y, de paso, las pobres. Sali¨® ayer la do?a, sin embargo, sup¨®nese que cabizbaja, en un furg¨®n rumbo a la trena donde vive su marido desde el lunes. Juntos en la suerte de los chorizos hasta que apoquine la fianza. No celebro desgracias ajenas, pero a veces hay justicia po¨¦tica.
Entre todas las mujeres florero que no se enteran de lo que trinca su leg¨ªtimo, pero lo usufruct¨²an que da gusto, mi preferida es Rosal¨ªa Iglesias, vistosa esposa de Luis B¨¢rcenas. La diva, como Jessica Rabbit, no tiene la culpa de que la dibujaran as¨ª de altanera y de rumbosa. Pero ese aire de v¨ªctima de una conspiraci¨®n mundial contra ella es francamente irritante. Como que le dijera al juez que nunca hablaba con su hombre de trabajo, esa lata proletaria. O que tuviera los ovarios de pedirle a su se?or¨ªa un lavar y marcar a la semana como gasto indispensable. Por eso, imaginarla ingresando en el m¨®dulo 13, ofreciendo su perfil bueno, y el malo, al fot¨®grafo penitenciario, haci¨¦ndose el catre de la celda y memorizando su n¨²mero de rea, puede que no est¨¦ bonito, pero es humano. Al fin y al cabo, fue ella la que calific¨® anteayer mismo de ¡°inhumanos¡± a los periodistas que la segu¨ªan por la calle como si fuera ella Bin Laden, que dir¨ªa Bel¨¦n Esteban. O, peor, la propia Esteban, que, por lo menos, pone pleitos y los gana. Lo dicho: no me alegro de las desgracias ajenas, pero una noche en el trullo igual le baja los humos.
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