Rajoy no puede seguir
El Gobierno del PP ha sido nocivo para la defensa de las instituciones del Estado
El 24 de mayo conocimos la sentencia de la Audiencia Nacional (AN) sobre la trama G¨¹rtel. Adem¨¢s de las condenas por corrupci¨®n, en la sentencia se declara al Partido Popular participe a t¨ªtulo lucrativo, lo que significa que, sin conocer su origen, se benefici¨® de lo robado por la trama G¨¹rtel. Es cierto que la AN no ha condenado al PP, entre otras cosas porque el C¨®digo Penal aplicable en el momento de los hechos no preve¨ªa poder declarar penalmente responsable a un partido pol¨ªtico. Sin embargo, los magistrados de la AN declaran literalmente que el testimonio de Rajoy no parece lo ¡°suficiente veros¨ªmil para rebatir la contundente prueba existente sobre la caja b del partido¡±. La frase, en el contexto de una sentencia condenatoria de la mayor trama de corrupci¨®n ligada al partido del Gobierno, es demoledora.
La sentencia de la AN pone la guinda a una situaci¨®n de corrupci¨®n en torno al partido del Gobierno y a su presidente, que hacen imposible que este contin¨²e en el cargo. Es el propio sistema el que obliga a Mariano Rajoy a dimitir. Su no dimisi¨®n como acto de asunci¨®n de responsabilidades pol¨ªticas, que no jur¨ªdicas, suponen un grave golpe a nuestro sistema.
Desde que el PP est¨¢ en el Gobierno han sido varias las llamadas de atenci¨®n que Espa?a ha recibido de instituciones internacionales sobre el nivel de garant¨ªa de algunos derechos y libertades. As¨ª, los informes del comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa sobre el trato a los inmigrantes, en relaci¨®n con las expulsiones masivas (2014), las devoluciones en caliente (varias veces en 2015) o la actuaci¨®n policial en las fronteras con Marruecos (2016). En 2013, el comisario alert¨® varias veces de que las medidas de austeridad adoptadas para luchar contra la crisis econ¨®mica no pod¨ªan suponer un debilitamiento en la protecci¨®n de derechos no solo sociales, sino civiles y pol¨ªticos.
Tambi¨¦n debe recordarse que especialmente en el ¨²ltimo informe GRECO de 2018, se conclu¨ªa que segu¨ªa sin cumplirse satisfactoriamente ninguna de las 11 medidas de prevenci¨®n y lucha contra la corrupci¨®n en relaci¨®n con los parlamentarios, el Poder Judicial y el ministerio fiscal. Como es de esperar en un sistema democr¨¢tico, muchas de ellas deb¨ªan ser impulsadas por el Gobierno del Estado o promovidas por la mayor¨ªa parlamentaria del PP.
Algunos ejemplos de que desde una perspectiva jur¨ªdico-constitucional, desde el punto de vista de la defensa de las instituciones del Estado, el Gobierno del PP ha sido nocivo. Su desprecio a las instituciones ha tenido su ¨²ltima prueba en las palabras de Mar¨ªa Dolores de Cospedal esta semana.
Esta herencia no es balad¨ª. De una parte, sigue sin aceptarse que la responsabilidad pol¨ªtica y la jur¨ªdica son distintas en sentido y alcance. La jur¨ªdica la determinan, principalmente, los tribunales. La pol¨ªtica supone rendir cuentas por los actos realizados, sin que medie una decisi¨®n judicial. Se trata de que la relaci¨®n de confianza que fundamenta el mandato representativo se mantenga. Cuando dicha confianza se quiebra, la responsabilidad pol¨ªtica exige la dimisi¨®n.
De otra parte, estamos inmersos en una crisis constitucional sin precedentes provocada por la ruptura con el sistema a manos del independentismo institucional en Catalu?a, y que ha supuesto la aplicaci¨®n in¨¦dita del art¨ªculo 155. En un contexto en que, a instancia del Gobierno del Estado, a trav¨¦s del ministerio fiscal, se ha judicializado un conflicto eminentemente pol¨ªtico. No reiterar¨¦ mis razones sobre la necesidad de exigir responsabilidades a los l¨ªderes independentistas por haber quebrantado el ordenamiento jur¨ªdico siendo plenamente conscientes de ello. Pero tampoco obviar¨¦ la apropiaci¨®n que el PP ha hecho de la Constituci¨®n y de sus m¨¢rgenes.
Este planteamiento me lleva a una conclusi¨®n: el independentismo institucional ha provocado una crisis constitucional sin precedentes. Sin embargo, ?en qu¨¦ legitimidad pol¨ªtica, en qu¨¦ posici¨®n ¨¦tica-pol¨ªtica se sustenta Rajoy para exigir respeto al sistema constitucional cuando su testimonio ha sido considerado inveros¨ªmil en un proceso penal de la envergadura de G¨¹rtel?
Por todo ello, m¨¢s all¨¢ de intereses electoralistas, hoy la prioridad es que Rajoy y los suyos dejen el Gobierno. Urge que los grupos parlamentarios leales al sistema constitucional pacten integrando a terceros partidos, porque lo que est¨¢ en juego es la credibilidad de nuestro sistema democr¨¢tico. Dejen de jugar con fuego y ejerzan su papel con responsabilidad y altura pol¨ªticas.
Argelia Queralt Jim¨¦nez es profesora de Derecho Constitucional de la UB.
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