Escuchemos a los ciudadanos
Una convocatoria pactada de elecciones es la mejor soluci¨®n a la crisis
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Con su negativa a asumir responsabilidades pol¨ªticas, Mariano Rajoy somete al sistema democr¨¢tico a una tensi¨®n insoportable. La corrupci¨®n de su partido, probada judicialmente, y su falta de credibilidad personal, cuestionada en sentencia judicial, deber¨ªan haberle llevado a presentar su dimisi¨®n de forma inmediata y convocar elecciones anticipadas.
Con su rechazo a dimitir se priva a s¨ª mismo de la ¨²ltima posibilidad de dignificar su figura pol¨ªtica con una ¨²ltima decisi¨®n valiente. El problema es que, con su empe?o en seguir, adem¨¢s de da?ar a la democracia, genera una peligrosa inestabilidad en un precario contexto internacional y nacional (pi¨¦nsese en lo acontecido en Italia, con su repercusi¨®n en los mercados, a lo que hay que sumar la delicad¨ªsima crisis catalana).
La resistencia de Rajoy a dimitir no deja otra opci¨®n que recurrir a la moci¨®n de censura. Los socialistas, como principal partido de la oposici¨®n, tienen la responsabilidad de liderar ese proceso. Precisamente por ello han de hacerlo de forma que beneficie los intereses generales. Cabe decir, primero, que S¨¢nchez se apresur¨® al presentar la moci¨®n sin haber abierto una ronda de consultas en el seno de su propio partido y con el resto de los grupos pol¨ªticos en busca de una f¨®rmula de consenso, como hubiera sido deseable. Llegados a este punto, es ahora su obligaci¨®n llevar esa moci¨®n a buen puerto democr¨¢tico, que no puede ser otro que el de dar la palabra a los ciudadanos cuanto antes. Dada la aritm¨¦tica parlamentaria actual, que solo concede al PSOE 85 votos y requerir¨ªa por tanto, adem¨¢s del apoyo de Unidos Podemos, el de los independentistas catalanes y el PNV para lograr una mayor¨ªa absoluta, no existe la menor posibilidad de darle a este pa¨ªs un Gobierno estable y coherente. Ni S¨¢nchez tiene capacidad de gobernar con el apoyo exclusivo de su partido, m¨¢s diezmado que nunca en su representaci¨®n parlamentaria, ni puede gestionar el apoyo de fuerzas que han actuado y act¨²an en contra de los intereses de los espa?oles. Conviene recalcar que si nos encontramos ante este diab¨®lico dilema es exclusivamente por la culpa de Rajoy, que se ha negado a dimitir. Pero nadie deber¨ªa caer en esa trampa y ahondar en el error de procurar sacar provecho de esa lamentable decisi¨®n. Estamos convencidos de que el partido que lo haga, lo pagar¨¢ gravemente en las urnas, como sin duda lo pagar¨¢ tambi¨¦n el PP.
Las fuerzas pol¨ªticas tienen la obligaci¨®n de negociar una salida a esta crisis. Deben hacerlo anunciando de antemano cu¨¢les son los principios que quieren defender. Asistimos, sin embargo, a un penoso juego de ocultamiento en un momento cr¨ªtico para nuestro pa¨ªs. Los ciudadanos necesitan saber qu¨¦ quieren de verdad sus representantes. Una fecha electoral, pactada y hecha p¨²blica tras unas conversaciones llevadas a cabo con transparencia, ser¨ªa la mejor manera de acabar con la incertidumbre que se ha adue?ado de la situaci¨®n en los ¨²ltimos d¨ªas. Tambi¨¦n, y sobre todo, de despejar las sospechas de los grupos pol¨ªticos sobre la existencia de agendas ocultas en unos y otros respecto a la posibilidad de utilizar el ¨ªnterin que necesariamente se dar¨ªa entre el triunfo de la moci¨®n de censura, la celebraci¨®n de las pr¨®ximas elecciones y, despu¨¦s, la formaci¨®n del pr¨®ximo Gobierno, para obtener ventajas pol¨ªticas frente a los rivales.
La ciudadan¨ªa, que asistir¨¢ a partir de este jueves a una moci¨®n de censura clave en la historia democr¨¢tica de este pa¨ªs, tiene derecho a conocer con toda claridad cu¨¢les son las pretensiones de los l¨ªderes que, en su nombre, pedir¨¢n la censura del Gobierno y la confianza de la C¨¢mara.
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