Masones: la hermandad del misterio
Los masones han sido perseguidos desde su fundaci¨®n y llevan 300 a?os viviendo entre sombras. En pleno siglo XXI, la vertiente ortodoxa a¨²n custodia arcanos, practica ritos medievales y no acepta mujeres en sus filas. ?Sobrevivir¨¢n al futuro? Entramos en su territorio secreto en busca de respuestas
Rub¨¦n tiene 42 a?os y es aprendiz de mas¨®n. Por eso, esta noche su papel consistir¨¢ en escuchar, hablar poco y servir la mesa a sus hermanos de la logia Phoenix durante el ¨¢gape. Hijo de taxista y ama de casa, soltero, sin pareja, gestiona peque?os negocios familiares. Hace tres meses, emprendi¨® el viaje inici¨¢tico en uno de los dos templos que albergan los s¨®tanos de la Gran Logia de Espa?a. Su sede ocupa la planta baja de un inmueble madrile?o a un corto paseo del estadio Santiago Bernab¨¦u. Protegida por un port¨®n de seguridad, solo dos columnas a cada lado de la entrada y las iniciales de la instituci¨®n grabadas en piedra ¡ª¡°G. L. E.¡±¡ª, bajo la figura de una escuadra y un comp¨¢s entrelazados, apuntan desde la calle lo que oculta su interior. Dos noches al mes, este espacio queda reservado a los integrantes de la logia Phoenix, una de las 19 que hay en Madrid. Hacia las ocho de la tarde de un martes casi veraniego, Rub¨¦n y sus hermanos descienden las escaleras de camino al templo. Todos son hombres. Visten de riguroso luto como marca la etiqueta del c¨®nclave, llamado tenida en su jerga. Camisa blanca con corbata y traje oscuros. Estrechan sus manos cubiertas con guantes blancos, subrayando con gestos sus estatus de aprendiz, compa?ero o maestro, grados fundamentales de la masoner¨ªa. Mientras anudan los mandiles a la cintura, repiten la misma broma al profano intruso. ¡°?Tambi¨¦n vienes al entierro?¡±.
Los mandiles blancos delatan a los aprendices. Rub¨¦n brujulea entre ellos, colocando cestas de pan en la gran mesa en forma de U para el ¨¢gape que abrochar¨¢ la reuni¨®n. Solo vendr¨¢n una veintena de los 40 miembros de la logia Phoenix. Los ausentes ¡ªy muchos asistentes¡ª manifiestan p¨¢nico a salir en un reportaje. Tienen miedo de lo que puedan pensar sus familiares o sus jefes. En Espa?a, la mayor¨ªa oculta su condici¨®n. Pesan las leyendas negras y la memoria de la represi¨®n durante la dictadura franquista. Muy pocos lo confiesan en el trabajo, al contrario que en EE UU, donde se menciona en el curr¨ªculo. Para muchos son una secta. Ellos lo niegan. ¡°No tenemos dogmas y defendemos la libertad de pensamiento¡±.
Trescientos a?os despu¨¦s de su fundaci¨®n en una taberna de Londres, la fraternidad universal de los masones sigue envuelta en misterio. Viven entre sombras durante el d¨ªa. Celebran c¨®nclaves en la noche. Practican rituales medievales en los templos, custodiados por vigilantes que defienden espada en mano la entrada de cualquier profano intruso. Nadie, salvo ellos entre s¨ª, sabe lo que son. Se reconocen mediante gestos. Tienen su propio lenguaje, pre?ado de simbolog¨ªa. Cuentan con un calendario y con una jurisdicci¨®n paralela para dirimir sus cuitas y, llegado el caso, dictar la expulsi¨®n. En pleno siglo XXI, la vertiente ortodoxa o ¡°regular¡±, mayoritaria de la instituci¨®n y reconocida por las grandes logias internacionales, mantiene entre sus reglas la creencia en un dios creador y la prohibici¨®n de admitir mujeres. Unas exigencias obviadas en las heterodoxas ¡°obediencias irregulares¡±. Todos siguen asociados a cen¨¢culos de poder y conspiraciones. ¡°Soy consciente de la parte oscura que muchos ven en nosotros¡±, dice Rub¨¦n, el aprendiz. ¡°Tendr¨¢n que pasar en Espa?a un par de generaciones para que desaparezcan los estigmas¡±.
Los mandiles de los m¨¢s veteranos de Phoenix lucen s¨ªmbolos del rito por el que funciona esta logia: el llamado ¡°de emulaci¨®n¡±, de origen brit¨¢nico, uno de los muchos que se practican en la masoner¨ªa. Rosetones azules sobre fondo blanco, borlas plateadas y cruces de tau invertidas marcan grados de compa?ero o maestro, as¨ª como los oficios que ejercen. Tesorero, secretario, oficial, guardatemplo¡ El aspirante a formar parte de la logia pisa por primera vez el suelo ajedrezado del templo con los ojos vendados. Adem¨¢s de ciego, cruza ni vestido ni desnudo el umbral flanqueado por dos columnas salom¨®nicas. Lleva la camisa abierta dejando medio torso al descubierto, con el pecho izquierdo al aire y una soga alrededor del cuello. Otro hermano que ejerce de L¨¢zaro conduce sus pasos hacia el sill¨®n del venerable maestro de la logia, siempre situado al oriente, por donde sale el sol, y le susurra al o¨ªdo las respuestas a las preguntas del compromiso que ha de jurarse sobre los tres principales s¨ªmbolos: la escuadra, el comp¨¢s y el libro sagrado. Antes de ser despojado de la venda y empezar a ver la luz del misterio, el iniciado en el rito de emulaci¨®n siente la punta de un pu?al oprimiendo su pecho, prueba de que el incumplimiento de su palabra traer¨¢ consigo el desprecio de sus semejantes. Se le anuncia la prohibici¨®n de desvelar cualquier misterio de la Orden. Mantener secretos durante siglos les ha permitido confabularse al margen del orden establecido. ¡°La sensaci¨®n que tienes al iniciarte es la de estar ante el examen de un tribunal¡±, dice Rub¨¦n. ¡°Llegas nervioso. No sabes lo que te va a pasar. Si entras es porque el resto de hermanos te han dado un voto de confianza. No es una ¨²nica cosa la que te trae hasta aqu¨ª. Es la mezcla entre buscar un crecimiento personal y querer encontrarlo en una comunidad sin dogmas. Aqu¨ª hay normas, pero no dogmas. Desde peque?o he prestado atenci¨®n a mi forma de relacionarme con los dem¨¢s. Quiz¨¢s esto es algo que busqu¨¦ siempre: un espacio de fraternidad donde compartir asuntos relacionados con el pensamiento¡±.
Antes de ser despojado de la venda, el iniciado siente la punta de un pu?al en el pecho desnudo
Entre los hermanos de Rub¨¦n est¨¢ Jes¨²s, profesor universitario de econom¨ªa a punto de jubilarse y maestro en Phoenix. ¡°A m¨ª me habl¨® de la masoner¨ªa una antigua novia¡±, cuenta Jes¨²s. ¡°A los 65 a?os, dije: o me meto ahora, o no lo har¨¦ nunca. Buscaba un refugio de elevaci¨®n personal¡±. Eduardo, aprendiz madrile?o de 43 a?os, se inici¨® en Lima, donde vivi¨® una temporada. ¡°Soy cat¨®lico, no muy practicante. Aqu¨ª he encontrado un sistema para mejorarme y practicar la libertad de pensamiento en grupo¡±. Roberto, ingeniero de 41 a?os, soltero y sin pareja, tambi¨¦n lleva el mandil blanco de aprendiz. ¡°Siempre he tenido presente la parte esot¨¦rica de las cosas. Soy introspectivo y aqu¨ª he encontrado solemnidad. Rechac¨¦ otras obediencias simb¨®licas para entrar en la masoner¨ªa regular. Ya que decid¨ª meterme, he buscado la ortodoxia¡±.
Exactamente a las 20.30, Javier Escalada, a la saz¨®n gran maestro de la Gran Logia Provincial de Madrid, ordena en voz alta a las puertas del templo: ¡°?Hermanos! ?Prestad atenci¨®n a la entrada del venerable maestro acompa?ado de sus oficiales!¡±. Unos bafles cascados escupen una pieza de m¨²sica cl¨¢sica que acompa?a al cortejo. Sus miembros giran a paso marcial en torno al damero central del suelo. El venerable maestro es el primero en llegar al oriente de la sala para ascender tres pelda?os y ocupar su trono. Sobre su mesa, un ejemplar de la Biblia, un comp¨¢s y un mallete que marcar¨¢ el ritmo de la ceremonia. A su espalda, las siglas ALGDGADU (A La Gloria Del Gran Arquitecto Del Universo). La formaci¨®n sigue girando por la sala a paso castrense. Los oficiales son llevados de la mano hasta sus asientos mientras ejecutan una suerte de baile circular. Tras el cierre de la puerta del templo suenan Las cuatro estaciones, de Vivaldi. Se anuncian las excusas de los ausentes. Con tres golpes de mallete, queda abierta la sesi¨®n.
Fernando Castilla, empresario de 53 a?os, casado y con hijos, ejerce hoy de guardatemplo exterior. Vigila desde fuera la puerta cerrada para impedir, armado con una espada, que ning¨²n profano irrumpa mientras se desarrollan los trabajos de la tenida. Maestro instalado de Phoenix, se inici¨® en 2001. ¡°Acabas tus estudios, encuentras un trabajo, formas una familia. ?Y ahora qu¨¦? Y esto de la masoner¨ªa, ?qu¨¦ ser¨¢? Ah¨ª empez¨® mi curiosidad. Tras muchos a?os, a veces da pereza ponerte el traje oscuro y dejar otros planes para venir. Pero merece la pena pasar con mis hermanos un par de martes al mes desde el ocaso hasta la madrugada. Somos personas normales, salvo durante el ritual. Este es nuestro jard¨ªn secreto¡±.
La semilla de la masoner¨ªa prendi¨® en el verano de 1717, cuando un pu?ado de caballeros londinenses fund¨® la Gran Logia de Inglaterra. Un espacio de fraternidad por encima de las creencias, donde cristianos, jud¨ªos y musulmanes compart¨ªan inquietudes y pod¨ªan contrastar ideas en libertad. En 1723, las conocidas como Constituciones de Anderson establecieron su corpus jur¨ªdico. El primer art¨ªculo exige la creencia en el Gran Arquitecto del Universo. Sus seguidores heredan el conocimiento simb¨®lico del Arte Real de la Construcci¨®n de los alba?iles (ma?ons, en franc¨¦s) que levantaron las catedrales medievales. As¨ª naci¨® la francmasoner¨ªa o freemasonery, originaria de los gremios donde los free masons eran alba?iles, constructores, pedreros o canteros con libertades o privilegios. El sistema basado en el simbolismo de la construcci¨®n aspira a que sus miembros desarrollen la capacidad de aprendizaje, reflexi¨®n y di¨¢logo para transmitir a su entorno la misi¨®n perfeccionadora que anhelan mediante la construcci¨®n del templo simb¨®lico de cada ser humano. El esoterismo, el misterio y el secreto forman su esencia, y los grados marcan el avance en el conocimiento. Como analizaba un reciente art¨ªculo de The Economist, ¡°la francmasoner¨ªa puede parecer incomprensible porque no lleva aparejada ideolog¨ªa o doctrina algunas, y en cambio se define por un acuerdo de hermandad universal y un desarrollo personal. No existe un ¨²nico cuerpo gubernativo. Est¨¢ compuesto por una libre red de grupos, conocidos como logias, bajo la autoridad regional y nacional de las grandes logias¡±.
La Orden ha servido de refugio a liberales y dem¨®cratas. Desde su fundaci¨®n ha sido perseguida por reg¨ªmenes totalitarios y hoy sigue suscitando rechazos. En Italia, el borrador del acuerdo de Gobierno populista entre la Liga Norte y el Movimiento 5 Estrellas inclu¨ªa este mandato: ¡°No pueden formar parte del Gobierno los sujetos que pertenezcan a la masoner¨ªa¡±. El Gran Oriente de Italia exigi¨® la intervenci¨®n del presidente de la Rep¨²blica contra la medida, catalogada como ¡°discriminaci¨®n odiosa que recuerda a las leyes fascistas¡±.
En cuestiones de fe, los masones regulares apelan a su integraci¨®n religiosa. Pero la Iglesia cat¨®lica declar¨® su incompatibilidad en diversos pronunciamientos y el anterior C¨®digo de Derecho Can¨®nico preve¨ªa la excomuni¨®n. Ellos se definen defensores del progreso del hombre y de su desarrollo filos¨®fico, espiritual y filantr¨®pico. Tienen prohibido el proselitismo, aunque el verdadero af¨¢n de las logias es hacer masones y propagar los principios de libertad, igualdad y fraternidad que impulsaron la Ilustraci¨®n y la Revoluci¨®n Francesa. Hoy sufren la fuga de miembros en bastiones como Estados Unidos, donde fundadores como George Washington y varios presidentes han sido masones. En 1959 contaban con cuatro millones de miembros. Ahora hay un mill¨®n.
En pa¨ªses de ra¨ªz anglosajona sufren una fuga de miembros, la mayor¨ªa de edad provecta
¡°La ascensi¨®n del individualismo, el surgimiento de nuevos lugares de socializaci¨®n, como las redes sociales, la aversi¨®n al compromiso y la falta de renovaci¨®n de un enfoque centrado en la filantrop¨ªa, que no fomenta la incorporaci¨®n de nuevas generaciones al no ofrecer otros universos de mayor significado, est¨¢n entre las causas del descenso de miembros entre las grandes logias de ra¨ªz anglosajona¡±, explica Jean-Pierre Rollet, gran canciller de la Gran Logia Nacional Francesa, que aglutina a 30.000 miembros regulares del total de 120.000 masones que hay en el pa¨ªs, repartidos entre las diversas obediencias. ¡°En grandes logias tradicionales de Europa y Am¨¦rica Latina el desinter¨¦s no es tan acusado porque la instituci¨®n responde a la sed de vida espiritual de muchos de nuestros contempor¨¢neos¡±. Se calcula que en el mundo los masones regulares no superan los tres millones, repartidos en dos centenares de grandes logias nacionales reconocidas entre s¨ª. A las causas del descenso de miembros entre los pa¨ªses pata negra ¡ªEE UU, Reino Unido, Irlanda y Escocia¡ª apuntadas por Jean-Pierre Rollet cabe a?adir la edad provecta de sus integrantes.
La media en Espa?a ronda los 50 a?os. Y el ingreso en alguna de las 178 logias regulares del pa¨ªs suele producirse entre los 30 y los 40. En todo el territorio nacional se calcula que viven unos 4.000 masones. Tres mil de ellos integran la Gran Logia de Espa?a. El millar restante forma parte de la vertiente irregular, no reconocida por las grandes logias internacionales. Desde la Gran Logia Simb¨®lica Espa?ola, donde se niegan a aceptar la etiqueta de ¡°irregular¡±, dicen aglutinar a 736 hermanos y hermanas en 42 logias mixtas bajo la siguiente premisa: ¡°El modelo mixto, con hombres y mujeres, es la normalidad y reflejo de los tiempos de ayer, de hoy y de ma?ana¡±. Dentro de dicha corriente disidente, las estimaciones m¨¢s optimistas tambi¨¦n calculan unas 400 masonas, el 65% de ellas integradas en la Gran Logia Femenina de Espa?a. ¡°Las mujeres tienen protagonismo en la masoner¨ªa, pero no en la Gran Logia de Espa?a¡±, dice el gran maestro de la instituci¨®n, ?scar de Alfonso. ¡°Seguimos una normativa medieval y juramos formar parte de una Orden que solo acepta a hombres creyentes en un dios. Yo estoy casado, tengo hijas¡ Me gusta vivir el concepto de fraternidad entre compa?eros. Tal vez no lo sienta con las mujeres¡±.
¡ª?Quiz¨¢ por eso se les sigue viendo como una asociaci¨®n excluyente, que deja conocimientos y poderes en manos de ciertos hombres?
¡ªEso no es cierto. No somos machistas. A las mujeres que quieren ingresar en la Gran Logia de Espa?a les damos el contacto de otras logias que admiten a mujeres.
?scar de Alfonso, abogado valenciano de 50 a?os, fue reelegido el pasado marzo para un tercer mandato consecutivo como gran maestro de la Gran Logia de Espa?a. La campa?a electoral previa se convirti¨® en una lucha fratricida por el poder. La pol¨¦mica arreci¨® tras la publicaci¨®n de unas fotos de ?scar de Alfonso en su cuenta de Instagram en las que aparec¨ªa con sus hom¨®logos brasile?os en las termas de Goi¨¢s. En una de las im¨¢genes, el adjunto al gran maestro brasile?o abrazaba el torso desnudo que De Alfonso tapaba a la altura de su pecho con un par de cocos, chupando a la vez el jugo de uno de ellos mediante una pajita. La escena cay¨® como una bomba en plena campa?a, a medida que se recrudec¨ªan las hostilidades. ¡°Me arrepiento de haber publicado la foto de los cocos¡±, dice hoy De Alfonso. ¡°Pero eso se amortiz¨® pronto. Se me acus¨® de robar, de meterme con la mujer de un hermano¡ ?C¨®mo voy a meterle mano a la esposa de un hermano? El 60/40 que saqu¨¦ en las urnas fue fruto del hartazgo de llevar ocho a?os en el poder y del hecho de que Espa?a es cainita. Yo tambi¨¦n conspir¨¦ contra Corominas y contra Carretero, mis antecesores¡±. Tras el recuento que anunciaba una victoria con el 59% de los votos sobre su rival, el abogado catal¨¢n Manuel Torres, el ganador proclam¨® ante su equipo de campa?a: ¡°Ahora toca recomponer la fraternidad¡±. Manuel Torres anunci¨® d¨ªas despu¨¦s su baja en la Gran Logia de Espa?a.
En estas elecciones tuvieron derecho a voto 1.100 maestros instalados, un tercio de los miembros de la Gran Logia de Espa?a. El apoyo de los extranjeros, que ronda el 30% de los integrantes, result¨® crucial para la victoria de ?scar de Alfonso. La mayor¨ªa son de origen brit¨¢nico y est¨¢n afincados en la costa mediterr¨¢nea, Levante y Baleares, donde disfrutan de su jubilaci¨®n. Muchos acudieron a la Gran Asamblea en la que se proclam¨® de nuevo a De Alfonso como gran maestro, celebrada en un hotel de Madrid. De Alfonso tambi¨¦n recibi¨® los besos y abrazos de los representantes de una treintena de delegaciones internacionales. En total, 400 asistentes honraron al gran maestro en una ceremonia que vigil¨® como guardatemplo Luis Alcaine. Una vez arranc¨® el ritual, Alcaine invit¨® al intruso profano a abandonar el interior de la sala con exquisitas maneras y afilada espada en mano.
¡°M¨¢s que una fraternidad, las altas esferas de la masoner¨ªa espa?ola parecen una organizaci¨®n pol¨ªtica¡±
El reelegido gran maestro ?scar de Alfonso se muestra partidario de un papel m¨¢s visible. Y no oculta su ambici¨®n. ¡°Mi mujer quiere que me meta en pol¨ªtica. Mi desgracia es que todo lo que me propongo lo consigo. Para ser gran maestro de la masoner¨ªa espa?ola hay que tener una parte de cabr¨®n, porque si no te comen vivo. Cuando hago un c¨®nclave voy con un machete en la boca. En las altas esferas, m¨¢s que a una fraternidad, se asemeja a una organizaci¨®n pol¨ªtica¡±. Y como reflejo del contexto profano, De Alfonso ahonda: ¡°El independentismo ha entrado en la masoner¨ªa. Un 25% o un 30% de los m¨¢s de 400 miembros de la Logia Provincial de Catalu?a tienen ideolog¨ªa independentista. Hicimos un comunicado con motivo de la declaraci¨®n unilateral de independencia diciendo que la Gran Logia de Espa?a est¨¢ con la Constituci¨®n Espa?ola¡±. Meses antes de aquel comunicado, el expresidente catal¨¢n Carles Puigdemont asisti¨® como invitado a la Gran Asamblea anual celebrada el a?o pasado en Barcelona. Una presencia que provoc¨® un revuelo formidable en medio del proc¨¦s. Respecto a las relaciones con la pol¨ªtica, De Alfonso asegura: ¡°Tenemos prohibido hacer presi¨®n, lobby o influencia en la aplicaci¨®n de las leyes. En otros momentos de la historia espa?ola, como durante la II Rep¨²blica, la pol¨ªtica y la masoner¨ªa estaban muy implicadas. Pero no creo que se haya buscado el poder por el poder. Tampoco hay desgraciadamente ning¨²n mas¨®n entre los grandes CEO del Ibex 35. Algunos hermanos me reprochan que por eso no avanzamos¡±.
¡°Desgraciadamente no hay ning¨²n mas¨®n entre los grandes CEO del Ibex 35¡±, dice el gran maestro de la Gran Logia de Espa?a
El bar¨®metro de la asociaci¨®n, conocido como el CIS de los masones, apunta que la mayor¨ªa de sus miembros se define como liberal. El conservadurismo forma la segunda tendencia pol¨ªtica con un 14% de adscritos, cifra equivalente a los que se sienten socialdem¨®cratas. Apenas un 5% se declara ateo, el 34% se adscribe a alguna espiritualidad y cerca de un 48% se considera cristiano. Solo tres de cada diez candidatos culminan el ingreso. A partir de entonces, abonan una cuota de acceso de 300 euros y otra mensual de 30. La Gran Logia de Espa?a cuenta con dos millones y medio de euros de patrimonio y un presupuesto anual de 800.000 euros, que no incluyen salario para el gran maestro. En el sal¨®n de los pasos perdidos de la sede madrile?a de la instituci¨®n hay un retrato de los grandes maestros desde el renacimiento de la masoner¨ªa espa?ola tras 40 a?os de aniquilaci¨®n franquista. El fallecido Luis Salat dirigi¨® la refundaci¨®n a principios de los ochenta. Le siguieron el gallego Tom¨¢s Sarobe, que despu¨¦s estuvo un tiempo apartado de la Orden; Josep Corominas, psiquiatra catal¨¢n que abandon¨® la Gran Logia de Espa?a para fundar su propia Gran Logia Ib¨¦rica Unida; Jos¨¦ Carretero, empresario catal¨¢n contra quien la Gran Logia de Espa?a pleite¨® por las transacciones de unos inmuebles, y el actual l¨ªder, ?scar de Alfonso.
Bajo este sal¨®n de los pasos perdidos est¨¢n los dos templos principales. Y un peque?o cuarto bajo las escaleras, llamado ¡°c¨¢mara de reflexi¨®n¡±, para los iniciados por el rito escoc¨¦s. En su oscuro interior hay una mesa de madera sobre la que reposan un ejemplar de la Biblia, un reloj de arena, un mendrugo de pan, una copa con agua, una vela negra, tarros con mercurio, azufre y sal, y un folio en blanco donde el aspirante escribe su testamento antes de morir y adentrarse en una nueva vida como mas¨®n. A la espalda, un esqueleto humano anticipa el trance.
La tenebrosa simbolog¨ªa ha fomentado durante siglos mitos y leyendas. Como la que atribuye el culto a Lucifer en homenaje a los templarios acusados de herej¨ªa, o pisar crucifijos. ¡°Soy cat¨®lico. ?C¨®mo voy a pisar ning¨²n crucifijo ni a venerar a Lucifer? Niego haberlo hecho y niego que la masoner¨ªa sea eso¡±, asegura Felipe Llanes, soberano gran comendador del Supremo Consejo del Grado 33 y ?ltimo del Rito Escoc¨¦s Antiguo y Aceptado para Espa?a. ¡°Se dice que, bajo tortura, los templarios pisaron la tiara o un crucifijo. Para vengar la muerte de Jacques de Molay, ¨²ltimo gran maestre de la Orden del Temple, algunos irregulares hacen gestos as¨ª contra la Iglesia. Pero la masoner¨ªa pretende que, si eres cat¨®lico, seas mejor cat¨®lico. Nuestra Orden tiene hoy unas relaciones con la Iglesia cat¨®lica fluidas y armoniosas. Estamos detr¨¢s de una declaraci¨®n expl¨ªcita del Papa con respecto a la masoner¨ªa, que defiende la libertad, la igualdad y la fraternidad. Y desde el Supremo Consejo, aprender a ser mejores¡±.
¡°?C¨®mo voy a pisar ning¨²n crucifijo ni a venerar a Lucifer? Niego haberlo hecho y niego que la masoner¨ªa sea eso¡±, dice Felipe Llanes, soberano gran comendador del Supremo Consejo del Grado 33
El Supremo Consejo del Grado 33 es una agrupaci¨®n asociada a la Gran Logia de Espa?a. Desarrolla grados filos¨®ficos que van desde el 4? (posterior a los esenciales de aprendiz, compa?ero y maestro) hasta el 33? y ¨²ltimo. Su sede en Espa?a ocupa una peque?a nave cercana al madrile?o parque del Retiro. ¡°No pongas la direcci¨®n, que siempre hay v¨¢ndalos¡±, dice el soberano gran comendador. Con otros 20 veteranos caballeros, este profesor universitario de medicina jubilado forma la ¨¦lite de los miembros del Grado 33 Activo. Portan un collar con el ¨¢guila bic¨¦fala y son ¡°coronados¡± en un templo rodeado de pesadas cortinas rojas y atm¨®sfera lynchiana. ¡°Solo unos pocos llegan al 33 activo para atender las dificultades administrativas y espirituales de los miembros del Supremo Consejo, que son unos 450 de los 3.000 masones espa?oles¡±, dice Felipe Llanes. Su antecesor es Jes¨²s Soriano, doctor en Ciencias Geol¨®gicas jubilado: ¡°La Gran Logia de Espa?a y el Supremo Consejo est¨¢n al mismo nivel. ?Qui¨¦n es m¨¢s, el Banco Santander o el Banco de Bilbao, Espa?a o Francia?¡±.
Felipe Llanes inici¨® al malogrado financiero Mario Conde en el grado 4? del Supremo Consejo. Y dice sobre ¨¦l: ¡°Es un hombre excelente al que tengo mucho cari?o. Sus problemas penales los arregl¨® judicialmente. Ahora no est¨¢ en el Supremo Consejo¡±. En cuanto al impacto de la actividad de este organismo, Llanes sintetiza: ¡°Celebramos rituales y debates, llamados balaustres, en los que alg¨²n miembro de alto grado expone su opini¨®n y se analiza. Del jugo de esos trabajos surge la influencia hacia la sociedad. Yo despu¨¦s puedo escribir un editorial en un peri¨®dico o hacer una declaraci¨®n fruto de esos contrastes¡±. Rufino Paz, m¨¦dico internista jubilado y teniente gran comendador del Supremo Consejo, a?ade: ¡°Una cosa que ense?a la masoner¨ªa es a morir bien: hay demasiado tab¨² sobre la muerte en la sociedad actual¡±. A Rafael L¨®pez no le asustan los tab¨²es, y nunca ha ocultado su pertenencia a la masoner¨ªa. Miembro del Grado 33 Activo, ha ejercido hasta su jubilaci¨®n como director general de grandes compa?¨ªas. ¡°En la ¨²ltima gran inmobiliaria en la que trabaj¨¦, mi presidente siempre supo que soy mas¨®n¡±.
La historia del Supremo Consejo ha estado ligada al Grande Oriente Espa?ol, creado en 1889, hasta que este ¨²ltimo se integr¨® en 2001 en la Gran Logia de Espa?a. El Ayuntamiento de Madrid ha colocado recientemente una placa de homenaje a la sede que el Grande Oriente tuvo en la calle del Pretil de los Consejos. Como sintetiza el mason¨®logo jesuita Jos¨¦ Antonio Ferrer Benimeli, ¡°la historia de la masoner¨ªa en Espa?a es, ante todo, la historia de su persecuci¨®n¡±. En su libro La masoner¨ªa espa?ola, Ferrer Benimeli cuenta c¨®mo ha sido prohibida durante la mayor parte de su devenir desde la fundaci¨®n de la primera logia en Madrid por el duque de Wharton en 1728 hasta la democracia. Tras el auge con la II Rep¨²blica, se aniquil¨® en la zona nacional durante la Guerra Civil. El ¡°contubernio judeo-mas¨®nico-comunista¡± que obsesion¨® a Francisco Franco ¡ªcuyo hermano Ram¨®n fue mas¨®n, y se dice que el propio dictador, antes de serlo, habr¨ªa intentado ingresar en una logia¡ª tuvo como ¨®rgano punitivo el Tribunal Especial para la Represi¨®n de la Masoner¨ªa y el Comunismo. Sus huellas permanecen en el Archivo de Salamanca.
El Centro Documental de la Memoria Hist¨®rica del Archivo de Salamanca atesora un testimonio de primer orden sobre la represi¨®n de la masoner¨ªa durante el franquismo en forma de 80.000 expedientes en un pa¨ªs que apenas contaba entonces con 6.000 masones. Bajo la acusaci¨®n de serlo, varios miles fueron fusilados. En la entrada se recrea una supuesta logia tal y como la imaginaba Franco. Y entre las fichas de investigados hay categor¨ªas dedicadas a rotarios, te¨®sofos, librepensadores¡ Expedientes que van desde Clara Campoamor hasta Victoria Kent o el expresidente de la II Rep¨²blica Manuel Aza?a. ¡°Nombre profano: Manuel Aza?a D¨ªaz. Nombre simb¨®lico: Plutarco. Grado mas¨®nico: 1? (aprendiz). Logias: Matritense e Hispano Americana n? 2¡±.
Ocho d¨¦cadas despu¨¦s, en pleno 2018, Agust¨ªn Mart¨ªnez zumba libre en su Suzuki decorada con s¨ªmbolos mas¨®nicos. Maestro de 58 a?os, y miembro de diversos grados filos¨®ficos, se inici¨® al mudarse al campo toledano. ¡°Iba a tomar caf¨¦ a un bar donde se hablaba de f¨²tbol y de mujeres. Ni me interesa el f¨²tbol, ni la forma en la que se hablaba de las mujeres. En la masoner¨ªa encontr¨¦ un espacio donde debatir en torno a asuntos m¨¢s interesantes¡±.
Cae la noche en Madrid y la logia Phoenix comienza el ¨¢gape de la tenida. Los aprendices sirven de primer plato un pastel de verduras. ¡°Luego nos comemos a los ni?os¡±, bromea el maestro Fernando Castilla. Y estallan carcajadas. Primer brindis con vino tinto, en honor al jefe del Estado espa?ol. Tras cada brindis, los presentes dibujan tres tri¨¢ngulos con el dedo ¨ªndice en el aire y ejecutan una salva de 21 aplausos. Segundo lance: ¡°Por todos los jefes de Estado que en el mundo amparan y protegen a la masoner¨ªa¡±. Segundo plato de pescado empanado con arroz. Y tercer brindis: ¡°A la gloria del gran maestro de la Gran Logia de Espa?a¡±. De postre, deliciosa tarta de manzana. Y el venerable maestro abre el turno de discursos. Reflexiones en pie sobre aspectos que van desde la idea de fraternidad hasta la importancia de la filantrop¨ªa ¡ªla logia Phoenix colabora con la Fundaci¨®n San Mart¨ªn de Porres¡ª, pasando por explicar en qu¨¦ consiste todo esto. Antes del ¨²ltimo brindis de la noche, que se beber¨¢ de un trago a copa llena, un hermano apostilla: ¡°Somos caballeros de Dios y tenemos que dar ejemplo sacrific¨¢ndonos por los dem¨¢s. No somos amigos, sino hermanos. Y a un hermano se le ayuda siempre. He dicho¡±.
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