Ocho Eme
El n¨²mero de mujeres en el gabinete de S¨¢nchez es una respuesta de alto nivel a la ola mundial de reivindicaci¨®n de los derechos de la mujer
El 8 de marzo el mundo fue una ola llena de mujeres (y de hombres) que gritaron basta y echaron a andar por avenidas y plazas, en pa¨ªses donde era natural verlas protestar a favor de sus reivindicaciones. Esa ola se levant¨® tambi¨¦n en lugares donde se vive a¨²n como en la Edad Media, ¨¦poca de la que nosotros no hemos escapado del todo, como se ve a diario en las noticias.
En aquella gigantesca manifestaci¨®n mundial las mujeres pusieron de manifiesto su voluntad de hacer perenne, mientras dure la ocupaci¨®n ruin de sus espacios de libertad, las reivindicaciones dichas en la calle. Sus esl¨®ganes eran gritos que llevaban ahogados una eternidad, y durante d¨¦cadas y siglos no pudieron ser ni susurrados.
El resultado de esa revuelta indignada y tranquila es ahora, entre nosotros, ese Ocho Eme que se celebra en el cuadro de mandos del Gobierno: ocho mujeres (al menos) en un gabinete espa?ol es un r¨¦cord y tambi¨¦n una respuesta al vigor con el que salieron a la calle, aquel 8 de Marzo, las mujeres de este pa¨ªs.
Las consecuencias de aquel 8-M mundial han sido diversas, entre ellas la avalancha de denuncias sobre la inseguridad de la mujer en la calle y en los trabajos, sometidas al irrespeto de sus derechos y de su intimidad por parte de quienes se creen con la autoridad de la fuerza.
El abundante n¨²mero de mujeres (8-M, 8 Mujeres) que hay en el gabinete que a¨²n no ha terminado de consolidar el presidente es una respuesta espa?ola, y de alto nivel, a esa ola mundial de reivindicaci¨®n de los derechos de la mujer a defender no s¨®lo las reivindicaciones que les competen sino las que tienen como sujetos a los ciudadanos en general. El ¨ªndice de ocupaci¨®n ministerial no es una ocurrencia gubernamental sino la consecuencia de que el poder, representado en este caso por el nuevo presidente espa?ol, ha escuchado el eco de la calle.
Lo verdaderamente notable de esta respuesta, por otra parte, no es la abundancia, sino la diversidad de especialidades encomendadas a las distintas ministras nuevas. Econom¨ªa, Hacienda, Energ¨ªa, Administraciones, Sanidad, entre otras, son carteras que no tienen el sello con el que la Administraci¨®n suele distinguir las carteras ostentadas por mujeres, aunque en casos aislados as¨ª haya sido. Lo importante, pues, no es la abundancia, sino la naturaleza del cambio, una manera audaz de decir que el Ocho Eme no se extingui¨® en las intenciones expresadas en las calles sino en el n¨²cleo mismo de la vida espa?ola, su Gobierno.
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