Austria se suma a la guerra de los minaretes
El Gobierno populista y xen¨®fobo de Sebastian Kurz ha anunciado el cierre de siete mezquitas y la expulsi¨®n de 60 imanes
Dentro de 20 d¨ªas, Austria inaugurar¨¢ su presidencia de la Uni¨®n Europea. Es casi un puro formalismo este mecanismo que rota cada seis meses, pero el pa¨ªs en cuesti¨®n suele aprovechar para dar un impulso al club comunitario. El presidente de la Comisi¨®n Europea, Jean-Claude Juncker, ha sido optimista esta semana. ¡°Yo espero que Austria haga una presidencia proeuropea¡±. Cuatro d¨ªas despu¨¦s, el Gobierno populista y xen¨®fobo de Sebastian Kurz ha anunciado el cierre de siete mezquitas y la expulsi¨®n de 60 imanes. No es la mejor se?al para Bruselas. Pero llueve sobre mojado. Si no hay choque de civilizaciones, la cuesti¨®n es que se parece mucho a lo que sucede hoy en d¨ªa porque Austria no es el ¨²nico pa¨ªs que rechaza al islam.
El yihadismo ha extremado posiciones. En Francia se han registrado ataques a mezquitas, se ha cerrado alguna y se ha expulsado a imanes acusados de radicales. Son ya varios pa¨ªses los que obligan a los que dirigen los rezos a hablar a sus fieles en la lengua local. El nuevo Gobierno populista de Italia est¨¢ ahora empe?ado en ello. La financiaci¨®n exterior de pa¨ªses musulmanes como Marruecos, T¨²nez, Egipto o Turqu¨ªa preocupa m¨¢s que nunca a los Gobiernos europeos. Pero la reactivaci¨®n de esta guerra viene de lejos. En 2009, Suiza prohibi¨®, tras un refer¨¦ndum, la construcci¨®n de minaretes, lo que tiene poco que ver con el terrorismo, aunque algunos medios publicaran vi?etas convirtiendo estas estilizadas construcciones en misiles. En 2011, Francia prohibi¨® el rezo en las calles y vet¨® los velos integrales.
Esta ofensiva de Austria se inscribe en esta ola antimusulmana. El pa¨ªs no ha sufrido salvajes atentados, pero s¨ª ha vivido en primera l¨ªnea la crisis de refugiados de 2015, que los austriacos iniciaron dando una calurosa bienvenida a los que hu¨ªan de la Hungr¨ªa de Viktor Orb¨¢n y han acabado eligiendo un gobierno xen¨®fobo y extremando sus posiciones hacia una religi¨®n que practica el 8% de su poblaci¨®n.
Pero Austria dispone de referentes mucho m¨¢s antiguos. En t¨¦rminos hist¨®ricos, el islam signific¨® para ella durante decenios una amenaza. El Imperio Otomano asedi¨® repetidas veces Viena entre 1529 y 1683. El choque entre Oriente y Occidente, cuya falla se sit¨²a justamente en Austria, se sald¨® con la victoria otomana en la batalla de Gal¨ªpoli de 1915 en plena I Guerra Mundial. Para cerrar el c¨ªrculo, esta decisi¨®n de cerrar mezquitas ha generado un duro enfrentamiento con el Gobierno turco.
El caso austriaco, en definitiva, demuestra que los humanos repetimos los errores de la historia y somos esclavos del miedo y el prejuicio. Pa¨ªses que defienden la neutralidad religiosa desde los estamentos oficiales cuestionan sus propios principios en nombre de la seguridad y el terrorismo. Otros se dedican a explorar el concepto de identidad nacional, otra seria amenaza a la pluralidad. Y un contrasentido en estos tiempos. El 1 de enero pasado, Austria, como muchos otros pa¨ªses, estuvo presta a identificar al primer beb¨¦ alumbrado en su suelo. Fue una rolliza y bella ni?a nacida en Viena, pero, ?ay!, su madre es musulmana, utiliza el velo y ha bautizado a su reto?o con el nombre de Asel. Muchos conciudadanos protestaron airosos contra tal coincidencia.
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