La atormentada vida de pel¨ªcula de Romy Schneider escandaliza a su familia

Sarah Biasini, hija de la m¨ªtica actriz Romy Schneider y su ¨²ltimo marido, el periodista franco-italiano Daniel Biasini, apenas pudo conocer a su madre. Cuando ten¨ªa solo cinco a?os, en 1982, el cuerpo sin vida de la int¨¦rprete, de 43 a?os, apareci¨® sobre la cama de su apartamento de Par¨ªs. M¨¢s de tres d¨¦cadas despu¨¦s, la vida de la rutilante estrella que se apag¨® demasiado pronto sigue siendo un suculento caj¨®n de sastre en el que hurgar y su muerte contin¨²a despertando todo tipo de especulaciones. El espectro de teor¨ªas que surgi¨® a ra¨ªz de su desaparici¨®n ¡ªnunca se lleg¨® a realizar autopsia¡ª va desde el paro card¨ªaco?en la versi¨®n oficial, hasta un presunto suicidio con una mezcla fulminante de barbit¨²ricos y alcohol, en la oficiosa.

Ahora una pel¨ªcula rebusca en la exorbitante biograf¨ªa de la artista para retratar sus ¨²ltimos meses de vida. Se trata de Tres d¨ªas en Quiberon, de la alemana Emily Atef, que se estrenar¨¢ en las salas francesas el pr¨®ximo 18 de junio, despu¨¦s de haber pasado por el festival de cine de Berl¨ªn. Describe a la diva como una mujer desequilibrada, alcoh¨®lica, atormentada y abrumada, con un alma fr¨¢gil. Est¨¢ basada en una entrevista ¨ªntima que el fot¨®grafo Robert Lebeck y el periodista alem¨¢n Michael J¨¹rgs hicieron a la diva en un pueblo pesquero de la Breta?a francesa mientras trataba de buscar calma y recuperarse de la extenuaci¨®n de los ¨²ltimos rodajes con una cura de talasoterapia, un a?o antes de su muerte.

La excesiva estrella se present¨® a ellos con una frase premonitoria: ¡°Tengo 42 a?os, soy una mujer infeliz y me llamo Romy Schneider¡±. Es el punto de partida para dibujar el declive de una actriz desdichada consumida por las adicciones. Una mujer que acarici¨® la gloria del olimpo del cine europeo en lo profesional y que baj¨® a los infiernos en lo personal.

Es un retrato con el que los familiares de la legendaria Romy no est¨¢n de acuerdo y que se han afanado en desacreditar. ¡°Me qued¨¦ escandalizada, especialmente porque creo que la gente que vaya a ver esta pel¨ªcula no ver¨¢ una pel¨ªcula sobre mi madre, no ver¨¢ una pel¨ªcula sobre Romy Schneider¡±, declar¨® su hija Sarah Biasini en una radio francesa. Y va m¨¢s all¨¢: ¡°Es totalmente err¨®nea, hay insinuaciones completamente falsas¡±. Se refiere fundamentalmente a los problemas de la actriz con la bebida en los que se centra gran parte de la cinta. ¡°Mi madre nunca ha sido alcoh¨®lica, todos los directores y actores que han trabajado con ella pueden confirmarlo¡±, apunta. Y especifica que la inolvidable Sissi emperatriz acud¨ªa cada a?o a Quiberon para relajarse, ponerse en forma y perder algo de peso, ¡°como hac¨ªan muchas actrices¡±, y no para someterse a un tratamiento de rehabilitaci¨®n, como se sugiere en el largometraje. Biasini ha heredado el talento de su madre, adem¨¢s de su belleza y se ha convertido en una admirada actriz de cine y televisi¨®n en el pa¨ªs galo.

Daniel Biasini, que primero fue su asistente personal, lleg¨® a la vida de estrella en un momento dif¨ªcil, despu¨¦s del suicido de su primer marido, el actor Harry Meyen. Se cas¨® con la diva en 1975 y seis a?os despu¨¦s ella le pidi¨® el divorcio. ¡°La pel¨ªcula representa a una Romy Schneider que nunca existi¨®. Me qued¨¦ en shock con la escena en la que, ebria, rechaza coger el tel¨¦fono a su hijo¡±, ha declarado a los medios. El fallecimiento de su primog¨¦nito, David Meyen, fruto de su primer matrimonio, fue el mayor varapalo en la vida de la actriz, del que nunca lleg¨® a recuperarse y que la sumi¨® en una profunda depresi¨®n. La ¡°mu?equita¡±, como la llamaba su gran amor, Alain Delon, no pudo aguantar ni un a?o sin ¨¦l. ¡°Cada vez que David llamaba, en cualquier momento, ella cog¨ªa inmediatamente el tel¨¦fono¡±, se queja Biasini.

El hijo adolescente de la int¨¦rprete muri¨® precisamente en sus brazos. La familia pasaba un fin de semana en la casa de verano de los padres de Daniel cuando el joven, de 14 a?os, tuvo un tr¨¢gico accidente intentando escalar la verja para entrar al jard¨ªn. ¡°Romy nunca se recuper¨® de aquel dolor, hasta el punto de renunciar a vivir¡±, confiesa su segundo marido.

Tanto la hija como el exmarido de la artista se preguntan si todo eso no merece un respeto, y lanzan un llamamiento: ¡°Pedimos a la gente que deje de ganar dinero vendiendo mentiras¡±, mientras imaginan las largas colas que se formar¨¢n para ver en la gran pantalla vida de la actriz que Francia no olvida.