Oprah Winfrey, una vida que es historia de Estados Unidos
Una exposici¨®n repasa la trayectoria de la famosa comunicadora y recorre en paralelo los hitos contempor¨¢neos de su pa¨ªs
Oprah es tan famosa que no necesita apellido para presentarse. La ni?a que naci¨® en Misisip¨ª y pas¨® parte de su infancia vestida con un saco de patatas es hoy una de las comunicadoras m¨¢s influyentes del planeta y tambi¨¦n una de las mujeres m¨¢s ricas de Estados Unidos seg¨²n la revista Forbes. Pero los 3.000 millones de d¨®lares (m¨¢s de 2.550 millones de euros) en los que se estima su fortuna, son un mero dato al lado de lo que la figura de esta mujer representa para su pa¨ªs de origen. Durante las 25 temporadas que dur¨® su programa, El show de Oprah Winfrey, todo el que ha tenido algo que merec¨ªa la pena contar ha pasado por ¨¦l. Y cada d¨ªa un promedio de entre 10 y 20 millones de espectadores ha seguido el estilo de esta comunicadora que oscila entre la confesi¨®n desgarrada y el espect¨¢culo medi¨¢tico con eficaces notas de autoayuda.
Desde el pasado d¨ªa 8 de este mes, Oprah Winfrey es tambi¨¦n objeto de exposici¨®n. Ella, su historia, su vida, su carrera, sus hitos profesionales, su faceta de fil¨¢ntropa y educadora, su vertiente de defensora de los derechos civiles y por la igualdad de las mujeres, la imagen de afroamericana que ha llegado a fundar su propia compa?¨ªa de medios, su papel inspirador para quienes ven en ella la posibilidad de superar sus propias limitaciones y conseguir su peque?a parcela de poder e independencia... Todo eso conforma la exposici¨®n Watching Oprah, que se podr¨¢ visitar durante todo un a?o en el Smithsonian National Museum of African American History and Culture, en Washington.
Pero la intenci¨®n de la muestra va m¨¢s all¨¢, ya que a trav¨¦s de la biograf¨ªa y la carrera de esta mujer convertida en mito de la televisi¨®n estadounidense, se recorre la historia contempor¨¢nea de Estados Unidos y los cambios de su sociedad, especialmente los que se refieren a cuestiones de raza, g¨¦nero y medios de comunicaci¨®n.
Dividida en varias secciones la primera de ellas va desde su nacimiento en 1954 hasta 1985, a?o en el que est¨¢ a punto de llegar su estreno como conductora del programa que lleva su nombre. A?os en los que Estados Unidos se enfrent¨® a los desaf¨ªos de la integraci¨®n racial, la liberaci¨®n de la mujer y la presencia de la televisi¨®n en la vida cotidiana de los ciudadanos.
Una segunda parte se centra en los 25 a?os de historia de El show de Oprah Winfrey, su papel como presentadora y productora ejecutiva de un programa que era espejo de los acontecimientos y personajes de cinco lustros de historia pero, en ocasiones, tambi¨¦n motor de los mismos.
Una tercera secci¨®n llega hasta el presente. Y en ¨¦l est¨¢ a¨²n muy fresco el poderoso discurso que Winfrey realiz¨® en los ¨²ltimos Globos de Oro cuando subi¨® al escenario a recoger el premio Cecile B. DeMille a toda una carrera. Habl¨® del poder de las mujeres, de esperanza, de la posibilidad de alcanzar un mundo mejor... Habl¨®, emocion¨® y dejo reflexionando a un p¨²blico movilizado contra el acoso a las mujeres en la industria cinematogr¨¢fica y en el mundo. ¡°Cuando Oprah habla, todo el mundo se para y escucha¡±, dijo entonces a modo de presentaci¨®n la actriz Reese Witherspoon. Escucharon s¨ª, pero despu¨¦s se abri¨® la caja de los truenos y la presentadora y actriz ya estaba en los mentideros como pr¨®xima presidenciable.?
Ella lo descart¨® pocos d¨ªas despu¨¦s pero no se resisti¨® a dejar en el aire una frase que lo contradice: ¡°Porque no me da la vida, pero, el d¨ªa en que yo, Oprah, me ponga a ello tendr¨¦is la primera presidenta black power con talk show en el Despacho Oval¡±.
Mientras ese momento llega, o no lo hace nunca, la reina de la franja de m¨¢xima audiencia de la televisi¨®n estadounidense se ha convertido ella misma en estrella. Vive en su para¨ªso de la localidad de Montecito, en California, rodeada de famosos y millonarios, pasea a sus perros, medita y hace ejercicio cada ma?ana. Recibe a personajes de todo tipo a los que prepara la comida ella misma si el n¨²mero de comensales no excede de cuatro y abre una tarjeta diaria de una caja que contiene lo que llama "365 verdades reunidas". Lo que le inspire una de ellas en el futuro, a¨²n puede deparar sorpresas que ni esta exhaustiva exposici¨®n se ha atrevido a imaginar.
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