Las fotos de Beyonc¨¦ y Jay Z desnudos o el arte de vender la intimidad

Si no la m¨¢s famosa del mundo, en estos momentos Beyonc¨¦?es probablemente una de las cantantes m¨¢s c¨¦lebres del planeta. La cantante y actriz acaba de embarcarse en su gira mundial On The Run II, en la que desde el 6 de junio y hasta el 4 de octubre se subir¨¢ al escenario con sus canciones... y con su marido, el rapero Jay Z. De ah¨ª que cada una de sus fotos, palabras y movimientos se analice con lupa y con mucha expectaci¨®n.

Porque tanto Beyonc¨¦?como Jay Z?(y sus respectivos equipos de promoci¨®n) saben muy bien c¨®mo vender a los cantantes. Su ¨²ltima jugada ha sido la publicaci¨®n de una serie de fotos de la pareja con ambos desnudos y juntos en la cama, as¨ª como de la cantante de espaldas y sin nada de ropa en una playa. Las fotograf¨ªas forman parte del libro promocional de la gira, pero en un mundo en el que prima lo online?los fans no las iban a dejar pasar, y muchas han sido colgadas en diversas cuentas de Instagram.

Las de Mr. y Mrs. Carter (como suele denominarse a la pareja, utilizando el apellido del rapero) no son simplemente unas fotos sin ropa. Forman parte una compleja estrategia de mercadotecnia planeada milim¨¦tricamente. Cada imagen del matrimonio tiene un significado, y sus fans esperan cada gota de esa informaci¨®n como agua en el desierto.

En este caso el significado es claro: despu¨¦s de cientos de comentarios y rumores sobre una infidelidad de Jay Z, la pareja vuelve a estar m¨¢s unida y reforzada que nunca: no s¨®lo se embarcan juntos en una gira mundial de cuatro meses, sino que demuestran que est¨¢n juntos y revueltos en su intimidad de la alcoba. Una intimidad, por supuesto, pensada para la c¨¢mara: la luz, los enfoques, las posturas y la imperfecta perfecci¨®n de las tomas hacen ver que no son unas im¨¢genes caseras tomadas al azar.?

Dicha infidelidad tambi¨¦n particip¨® en ese juego que tan bien saben c¨®mo funcionan los cantantes: el de combinar hasta el extremo lo personal y lo profesional, e ir trenzando sus vidas con sus carreras para que todo sea una gran historia sin fin. En la primavera de 2016 Beyonc¨¦ sac¨® su disco Lemonade, en el que insinu¨® el enga?o.?Semanas despu¨¦s del lanzamiento, Jay Z public¨® una canci¨®n que era toda una respuesta a su esposa, algo que ampli¨® con un disco el a?o siguiente en el que segu¨ªa d¨¢ndole vueltas al tema.

Esta combinaci¨®n entre trabajo y el hogar se estir¨® durante un a?o y medio, hasta que en oto?o de 2017 finalmente Jay Z admiti¨® en una entrevista (?de corte personal o profesional?)?concedida a?The New York Times?que dicha infidelidad hab¨ªa existido.

Algo similar ha ocurrido con los embarazos de la cantante, que se han mantenido en alto secreto hasta que ha querido desvelarlos, tambi¨¦n con enorme bombo. El primero lo anunci¨® en plena actuaci¨®n en los MTV Video Music Awards de 2011 mientras se abr¨ªa la chaqueta para acariciarse la barriga y el Teatro Nokia de Los ?ngeles (California, EE UU) se ven¨ªa abajo. ?Premios? S¨®lo uno. Eso daba igual.

Para el segundo embarazo, anunciado en febrero de 2017, la puesta en escena fue a¨²n mayor: Beyonc¨¦ se atavi¨® cual virgen Mar¨ªa, velada y rodeada de flores, para fotografiarse y anunciar que estaba embarazada de gemelos en una foto que dio la vuelta al mundo y gener¨® millones de me gusta y de memes. Tambi¨¦n a lo largo de ese embarazo mezcl¨® looks y actuaciones memorables, aprovechando de nuevo la fuerza de su tir¨®n personal y profesional. La foto del nacimiento de sus gemelos Sir y Rumi tampoco se qued¨® atr¨¢s, con ella vestida de Palomo Spain.

De hecho, entre los temas m¨¢s comentados de su gira (adem¨¢s de su incre¨ªble puesta en escena o sus actuaciones) est¨¢n los propios gemelos. En un v¨ªdeo que se proyecto en sus conciertos, Beyonc¨¦? y Jay Z aparecen con dos beb¨¦s en los brazos. Saber si eran o no los hijos de los cantantes se ha convertido en uno de los alicientes de su gira. Otra muestra de que todo lo que hacen los Carter, en lo personal y lo profesional, va de la mano. Y no dejan nada al azar.