Normalidad jur¨ªdica
El traslado de presos independentistas a Catalu?a es una medida adecuada
El presidente, Pedro S¨¢nchez, se ha mostrado favorable a trasladar a los presos independentistas a prisiones catalanas en cuanto se sustancie la fase de instrucci¨®n de la causa. La decisi¨®n est¨¢ en sus manos, pues es a Instituciones Penitenciarias a quien corresponde decidir en qu¨¦ lugar cumplen condena o prisi¨®n preventiva los presos y en esa valoraci¨®n es normal tener en cuenta las necesidades de la instrucci¨®n, pero tambi¨¦n los derechos de los propios reclusos. Conviene que este asunto tan inflamable evolucione con la m¨¢xima normalidad jur¨ªdica posible, y desde este punto de vista resulta razonable que el presidente se plantee el traslado de los presos a c¨¢rceles cercanas a su domicilio para que puedan estar cerca de sus familias, y tambi¨¦n para facilitar su derecho a la defensa, como indica la ley.
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La decisi¨®n contraria tambi¨¦n ser¨ªa legal, pero tendr¨ªa que estar amparada en razones que deber¨ªan explicarse. En la actual coyuntura no es aconsejable restringir derechos o las medidas favorables a los reclusos previstas en la legislaci¨®n penitenciaria en aras a prevenir sucesos o situaciones que no dependen de su voluntad y que tampoco se sabe si se van a producir. En cuanto se produzca el traslado, los presos independentistas pasar¨¢n a depender de la administraci¨®n penitenciaria del Gobierno catal¨¢n. Es de esperar que las autoridades catalanas cumplan tambi¨¦n con la m¨¢xima normalidad y conforme a la ley sus obligaciones de custodia.
En todo caso, si despu¨¦s del traslado se observara que la cercan¨ªa de los presos da lugar a problemas de orden p¨²blico en el entorno de las prisiones, las administraciones penitenciarias colaborar¨¢n como han hecho hasta ahora y las fuerzas policiales adoptar¨¢n las decisiones que correspondan.
A nadie se le oculta que la decisi¨®n de trasladar a los presos a c¨¢rceles catalanas tiene importantes implicaciones pol¨ªticas, pero no hay que olvidar que se realiza dentro del m¨¢s estricto marco legal. La misi¨®n de los gobernantes es solucionar problemas, y para gobernar bien en ocasiones hay que arriesgar. Con la decisi¨®n del traslado, el presidente S¨¢nchez opta por una iniciativa que puede contribuir a reducir las tensiones de un conflicto que lleva demasiado tiempo enquistado. Mejorar el clima pol¨ªtico exige gestos y decisiones por ambas partes.
La misma actitud debe exigirse tanto a los partidos soberanistas como al Gobierno catal¨¢n. Cometer¨ªan un grav¨ªsimo error si persistieran en su estrategia de confrontaci¨®n. Tienen que asumir que su ilusoria v¨ªa unilateral hacia la independencia ha fracasado y que, como en cualquier otro Estado de derecho, y Espa?a lo es plenamente, a quienes han conculcado la ley les toca responder de sus actos ante la justicia. Ambas partes deben poner el m¨¢ximo esfuerzo para reconducir el conflicto hacia el cauce del di¨¢logo y la negociaci¨®n. El pr¨®ximo encuentro entre el presidente del Gobierno y el de la Generalitat deber¨ªa certificar ese cambio de rumbo.
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