Al Rey, lo que es del Rey

Es poco cre¨ªble que un presidente de la Generalitat y los dos que le precedieron en el cargo ignoren el papel del Rey. La Constituci¨®n Espa?ola, a punto de cumplir cuarenta a?os, estableci¨® una Monarqu¨ªa parlamentaria en la que a aquel no se le atribuye ning¨²n cometido pol¨ªtico, m¨¢s all¨¢ de la vaga definici¨®n de ser el garante de la unidad de Espa?a y del normal funcionamiento de las instituciones democr¨¢ticas. El monarca, que puede representar a Espa?a en el exterior, no tiene atribuci¨®n pol¨ªtica concreta. Pedirle, por tanto, una reuni¨®n para negociar sobre Catalu?a ni es procedente ni puede derivar en ning¨²n impacto real sobre la situaci¨®n. La ¨²nica explicaci¨®n posible a tal iniciativa es que responde a una mera acci¨®n de propaganda y agitaci¨®n del independentismo catal¨¢n.

El fracaso de la v¨ªa unilateral hacia el secesionismo est¨¢ obligando a sus defensores a conformarse con gestos simb¨®licos de escaso recorrido que sigan alimentando, sin embargo, su discurso. La carta enviada por Quim Torra a Felipe VI y firmada con el expresidente fugado Carles Puigdemont cumple ese cometido. De paso, con la previsible negativa del monarca, la misiva ayuda a construir la coartada a los desplantes a la Corona, ya sea impidiendo su presencia en el lugar habitual de entrega de los Premios Princesa de Girona u obstaculizando, este viernes en Tarragona, su asistencia a la inauguraci¨®n de los Juegos Mediterr¨¢neos.

El cambio de Gobierno en Madrid favorece la distensi¨®n que necesita Catalu?a. El Ejecutivo ha fijado el encuentro de Pedro S¨¢nchez con Torra para el 9 de julio. Ese es el marco adecuado para iniciar la nueva etapa. Mientras, convendr¨ªa respetar las instituciones del Estado, entre las que destaca la Monarqu¨ªa, que ha desempe?ado un papel muy relevante en la democratizaci¨®n y la estabilidad del pa¨ªs y a la que siempre se ha exigido neutralidad y respaldo a las decisiones tomadas por el Gobierno democr¨¢ticamente elegido.