Ayer, hoy y quiz¨¢s ma?ana
Salvini tiene intenci¨®n de crear un censo para determinar a los ciudadanos en situaci¨®n irregular en Italia, empezando por los gitanos
El ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, ha adelantado su intenci¨®n de crear un censo que permita conocer el n¨²mero y circunstancias de los ciudadanos en situaci¨®n irregular. Y ya ha hecho saber que podr¨ªa comenzar por un censo especial de los gitanos, de los que hay unos 40.000 en todo el pa¨ªs. Pero incluso sus socios de Gobierno le han advertido de que con los que tengan ciudadan¨ªa italiana, y por tanto europea, ¡°tendremos que qued¨¢rnoslos¡±; porque ser¨ªa inconstitucional cualquier distinci¨®n administrativa apoyada en criterios ¨¦tnicos. El programa de Gobierno de la coalici¨®n populista que dirige el pa¨ªs ya hablaba del desmantelamiento de los campamentos de gitanos en toda Italia; pero como recordaba aqu¨ª Daniel Verd¨² el pasado d¨ªa 20, la idea de un censo ¨¦tnico cuando se cumplen 80 a?os de las leyes raciales de Mussolini es dif¨ªcilmente defendible incluso por imitadores de Donald Trump.
El m¨¢s famoso secuestro a¨¦reo de la d¨¦cada de 1970 se produjo el 27 de junio de 1976. Un avi¨®n de Air France que cubr¨ªa la l¨ªnea Tel Aviv-Par¨ªs, con escala en Atenas, fue secuestrado por un comando integrado por dos activistas del Frente Popular de Liberaci¨®n de Palestina (FPLP) y otros tres, una mujer y dos hombres, europeos. Uno de los 47 pasajeros liberados por los secuestradores, tras una primera selecci¨®n de entre los 216 viajeros de la nave, explic¨® una vez llegado a Par¨ªs el criterio seguido por los secuestradores para decidir qui¨¦nes ser¨ªan liberados en primer lugar: ¡°comenzaron por separar a los pasajeros jud¨ªos de quienes no lo eran¡±.
El soci¨®logo franc¨¦s Michael Wieviorka, autor de un libro sobre terrorismo, alert¨® sobre la evoluci¨®n de aquellos j¨®venes alemanes que, indignados por la pasividad de sus padres frente al nazismo, acaban por aislar (en nombre de la causa palestina) a los jud¨ªos del resto de los pasajeros con la intenci¨®n de hacerles correr una suerte diferente. Atrapados por la l¨®gica militarista, la generaci¨®n que se hab¨ªa avergonzado de sus padres por su no resistencia al r¨¦gimen nazi, acabar¨ªan imitando a los que consideraban sus mayores enemigos.
En su relato novelado sobre ¡°la miseria y grandeza de la posguerra europea¡± que titul¨® La piel, y que ser¨ªa llevada al cine en una pel¨ªcula protagonizada por Burt Lancaster y Marcello Mastroianni, el autor, Curzio Malaparte, incluye un episodio que refleja esa mezcla. Un oficial nazi se dirige a una masa de prisioneros de guerra indic¨¢ndoles que los que sepan leer y escribir se coloquen a un lado y los que no sepan, en el otro. Los primeros se burlan de los analfabetos dici¨¦ndoles que est¨¢n condenados a trabajos forzados mientras que ellos, los letrados, har¨¢n trabajos de oficina. Sin embargo, el oficial ordena a sus soldados disparar contra los que saben leer y escribir, porque, les dice, ¡°los que saben son casi todos comunistas¡±.
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