La xenofobia envenena a Europa
Espa?a debe volver al liderazgo de la UE y apoyar pol¨ªticas de solidaridad bien dotadas
El miedo al diferente (y al pobre) ha prendido desafortunadamente en muchos ciudadanos y ciudadanas europeos, alimentado por partidos directa y simult¨¢neamente nacionalistas, xen¨®fobos y antieuropeos. Los vemos a lo largo y a lo ancho de la Uni¨®n. En pa¨ªses tan relevantes como Italia, Polonia, Hungr¨ªa, Rep¨²blica Checa, Eslovaquia o Austria. Precisamente cuando el aumento significativo de inmigraci¨®n hacia Europa que se produjo en 2015 ha decrecido de modo ostensible. Pero ¨²nicamente puede resolverse esta crisis pol¨ªtica si hay una soluci¨®n europea. Es el desaf¨ªo que tiene el Consejo del 28 y 29 de junio.
A nuestro juicio, no habr¨¢ soluci¨®n si las decisiones no se apoyan en los valores que se proclaman en los Tratados: respeto a la dignidad y los derechos humanos de todas las personas, derechos de las minor¨ªas, no discriminaci¨®n y tolerancia. Valores y principios que los 28 Estados miembros se han comprometido a sostener y cumplir. El Consejo Europeo tiene que dejar claro que pondr¨¢ todos los medios personales y materiales para impedir que miles de seres humanos mueran en el Mare Nostrum (cerca de mil en lo que va de a?o).
Hay formas de proteger los derechos de quienes se encaminan a Europa desde ?frica o desde Oriente Pr¨®ximo, y evitar los riesgos de abusos, violaciones y vejaciones ¡ªsobre todo a ni?os y mujeres¡ª a manos de las mafias due?as de los itinerarios migratorios, particularmente en el Mediterr¨¢neo. Es lo que las ONG llaman v¨ªas legales y seguras, es decir, visados humanitarios, o visados que se puedan dar en los consulados en los pa¨ªses de origen o de tr¨¢nsito, como as¨ª se prev¨¦ en nuestra Ley de Asilo.
No habr¨¢ soluci¨®n si las decisiones no se apoyan en los valores que se proclaman en los Tratados
Es un m¨¦todo mucho m¨¢s adecuado que la ¨²ltima idea surgida del entorno del Consejo, que consiste en crear ¡°plataformas regionales de desembarco¡± o campamentos de identificaci¨®n a situar en pa¨ªses terceros ¡ªno se sabe cu¨¢les¡ª para conseguir que los inmigrantes no lleguen a tocar las fronteras europeas. Se emula as¨ª a EE?UU. Es la externalizaci¨®n del asilo y el subarriendo de fronteras y de campos de refugiados; lo que se inici¨® con Turqu¨ªa, un pa¨ªs no seguro para estos. Lo han criticado las ONG que trabajan en este ¨¢mbito (CEAR en Espa?a). Es una f¨®rmula que no soluciona nada y que dar¨ªa m¨¢s espacio a las mafias de la explotaci¨®n.
Un valor nuclear de la Uni¨®n, sin el cual no se hubiera construido, es la solidaridad. Los inmigrantes no llegan solo a un pa¨ªs europeo; llegan a la frontera exterior de la Uni¨®n. La solidaridad es la base de la necesaria reubicaci¨®n de inmigrantes y solicitantes de asilo, para aligerar la carga de pa¨ªses como Espa?a, Italia, Grecia o incluso Alemania. Y es tambi¨¦n la base de las necesarias cuotas de reasentamiento de centenares de miles hacinados en campos de refugiados, que se parecen bastante a campos de concentraci¨®n, en Jordania, L¨ªbano, T¨²nez o Turqu¨ªa. Es asimismo la solidaridad lo que debe llevar a aceptar una reasignaci¨®n de la responsabilidad de examinar y tramitar las solicitudes de asilo que ahora recaen prioritariamente en los Estados del sur de Europa. Habr¨ªa que acordar en el Consejo Europeo este principio cuando la carga de un Estado llegara a un cierto l¨ªmite dif¨ªcil de asumir.
Por ¨²ltimo, los acuerdos del Consejo no ser¨¢n cre¨ªbles sin fondos suficientes. La Comisi¨®n ha propuesto una subida importante hasta los 34.900 millones de euros. Pero est¨¢ desequilibrada. Tres cuartas partes van dirigidas a pol¨ªticas de seguridad y retornos, y solo una cuarta parte a acogida y protecci¨®n. El Consejo Europeo deber¨ªa equilibrarlo.
Desear¨ªamos que estas propuestas fueran sustentadas por el Gobierno espa?ol en Bruselas. Es un momento adecuado, m¨¢s que nunca, para que Espa?a ¡ªdespu¨¦s de la justa y acertada decisi¨®n sobre el Aquarius¡ª entre con fuerza en el liderazgo de la Uni¨®n. Espa?a debe aprovechar el Brexit y la euroesc¨¦ptica pol¨ªtica de Italia para volver a formar parte del grupo de grandes pa¨ªses dirigentes de la Uni¨®n. Qu¨¦ mejor oportunidad que una coyuntura en la que la Uni¨®n se juega su propia supervivencia y su esencia de l¨ªder mundial de los derechos, del Estado de derecho y de la democracia, frente al venenoso virus de la xenofobia y del racismo que est¨¢ contaminando a Europa y a su proyecto de convivencia.
Diego L¨®pez Garrido es presidente del Consejo de Asuntos Europeos de la Fundaci¨®n Alternativas.
Suscriben tambi¨¦n este art¨ªculo Nicol¨¢s Sartorius, Vicente Palacio, Carlos Carnero, Francisco Aldecoa, Juan Moscoso del Prado, Jos¨¦ Candela, Jos¨¦ Luis Escario, Mercedes Guinea y Enrique Ayala.
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