Juicio a los l¨ªmites del humor
La parodia de una sentencia que nunca le¨ªmos del juicio inexistente a un chiste mal¨ªsimo
La Secci¨®n Verne de la Audiencia Provincial de las Afueras ha visto en juicio oral, con ayuda de alg¨²n que otro croquis, un delito de odio, otro de resquemor, un tercero de ofensa a los sentimientos ajenos y otro m¨¢s por libertinajes y libidinajes varios por un tuit escrito y publicado por el acusado, don Jaime Rubio Hancock.
Antecedentes de hecho
PRIMERO. El Ministerio Fiscal pide pena de prisi¨®n de 280 a?os, uno por cada car¨¢cter del tuit, y (ya de paso) que se arroje el m¨®vil del acusado al mar.
SEGUNDO. La acusaci¨®n particular ejercida por el excelent¨ªsimo Se?or Arzobispo y por un foro sobre (pero no vinculado a) las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado solicitan una pena de 50 a?os de purgatorio, al considerar el tuit pecado mortal.
TERCERO. La acusaci¨®n particular ejercida por un tuitero que pasaba por ah¨ª reclama sentido com¨²n y un poco de seny, que se est¨¢ olvidando, y exige que se condene a prisi¨®n al m¨®vil y se arroje al mar a Jaime Rubio. Tambi¨¦n le exige a Rubio ¡°que se haga as¨ª, que tiene un poco de clasismo en el tuit¡±.
CUARTO. La defensa de Jaime Rubio asegura que ¡°era broma, joder, que ya no se puede decir nada¡±.
Hechos probados
El d¨ªa 14 de marzo de 2011, Jaime Rubio tuite¨® una ocurrencia que preferimos no reproducir para evitar ser juzgados por otra sala de este mismo tribunal. Baste decir que se dirig¨ªa de forma ofensiva a personas m¨¢s o menos representadas en las acusaciones particulares, excepto en el caso del tuitero cualquiera, que se persona en todos los juicios sobre gracietas en Twitter.
Este mensaje olvidado se retuite¨® en junio de 2018 en una discusi¨®n de Twitter para dejar bien claro ¡°que s¨ª, que ahora Rubio dice una cosa, pero mirad lo que defend¨ªa en 2011¡±. Rubio se disculp¨® y lo borr¨®, pero el pantallazo del tuit de 2011 sigui¨® circulando.
Fundamentos jur¨ªdicos
Cuestiones previas. No se trata de la primera vez que una broma pone a alguien en apuros. Pensemos en el juicio a Javier Krahe en 2012 por un corto que se emiti¨® en televisi¨®n en 2004 y que es original de 1977. Todo porque cocinaba un Cristo. O cuando se juzg¨® a Pepe Rubianes en 2007 por decir aquello de que la unidad de Espa?a ¡°me suda la polla por delante y por detr¨¢s, que se metan a Espa?a en el puto culo, a ver si les explota dentro y les quedan los huevos colgando del campanario¡±.
Ambos fueron (l¨®gicamente) absueltos, pero no le ocurri¨® lo mismo a Cassandra Vera, que tuvo que recurrir su condena en el Supremo por un pu?ado de chistes viej¨ªsimos sobre Carrero Blanco, un tipo que muri¨® hace 45 a?os. El caso de Vera es especialmente significativo porque muestra que ya no son solo los c¨®micos quienes corren peligro de ser inculpados por un chiste, sino todo el mundo.
Argumentos de la acusaci¨®n. El Ministerio Fiscal ha incidido en que la libertad de expresi¨®n tiene l¨ªmites, ¡°como la injuria, la calumnia y la gente que contesta con detalle a la pregunta qu¨¦ tal todo¡±. Tambi¨¦n recuerda que ¡°cuanto m¨¢s d¨¦biles son las instituciones, m¨¢s temen el humor. Y las instituciones espa?olas ahora mismo est¨¢n regul¨ªn regul¨¢n. Espa?a se rompe. De hecho, ya se ha roto un poquito. ?Qu¨¦ son las islas si no?¡±.
El Ministerio Fiscal subray¨® que hay cosas con las que no se bromea, ¡°como su madre, se?or juez. ?A que a usted le molestar¨ªa que yo contara un chiste sobre su madre?¡±. El Tribunal pidi¨® un detalle completo de cosas que no son competencia de humor y el Ministerio Fiscal proporcion¨® una lista en siete vol¨²menes, en la que se inclu¨ªan asuntos como la violencia, la religi¨®n, la muerte, la vida, la madre del se?or juez, los espa?oles, todas las enfermedades (incluidas las alergias), la salud, el desempleo, el empleo, el terrorismo¡¡±.
El juez pregunt¨® por un tach¨®n, en el que se adivinaban las letras M, O, N, A, R¡ y el fiscal explic¨® que se trataba de un tema del que ni siquiera se pod¨ªa decir que no era apto para chistes. ¡°Su sola menci¨®n como tema excluido del humor ya se podr¨ªa considerar una mofa¡±.
La Fiscal¨ªa tambi¨¦n apunt¨® que hab¨ªa pasado ¡°muy poco tiempo desde los hechos como para ponerse a hacer chistecitos¡±. El Tribunal pregunt¨® a qu¨¦ hechos se refer¨ªa, a lo que el Ministerio Fiscal contest¨® que ¡°a los hechos en general. Cada d¨ªa pasan un mont¨®n de hechos. No pretender¨¢ que se los detalle todos¡±.
Tambi¨¦n record¨® que la comedia necesita que se compartan unos c¨®digos y que haya complicidad. ¡°Si yo ahora me presento en un funeral a contar chistes sobre el muerto, es posible que me echen a patadas. Aunque tambi¨¦n es verdad que le debo 40 euros al cu?ado del fallecido¡±.
Argumentos de la defensa. La defensa arguy¨® que el humor no banaliza los temas que trata. ¡°Al contrario, ofrece una nueva perspectiva sobre estos hechos, al cambiar por completo nuestro punto de vista. Da la vuelta a ideas que damos por sentadas para que nos las replanteemos¡±.
La defensa record¨® que el humor ¡°es ficci¨®n. Y da igual que el chiste sea malo. No llevamos a juicio a las pel¨ªculas con mensajes mal elaborados o que no nos gustan. Ni siquiera hemos juzgado Tuno negro. Dejamos que eso pasara, se?or¨ªa, lo permitimos entre todos¡±.
En cuanto al tiempo transcurrido, la Defensa record¨® que es habitual que circulen chistes pocos d¨ªas despu¨¦s de estos hechos, ya sean accidentes como el del Challenger o atentados como el 11-S. ¡°Esto es lo normal ya que es precisamente cuando hemos de gestionar todos estos sentimientos¡±. Y el humor, cuando est¨¢ bien hecho, ayuda a hacerlo, como pas¨® con los montajes sobre el hijo de la Tomasa que circularon por Twitter solo una semana despu¨¦s de los atentados de Barcelona.
Fallo
Una vez sopesados los argumentos y tras una siestecita reparadora, este tribunal ha llegado a las siguientes conclusiones:
PRIMERO. Cualquiera tiene derecho a decir que un chiste le parece una basura sin que eso suponga un perjuicio para la libertad de expresi¨®n del chistoso, que a su vez puede decir que la opini¨®n de su cr¨ªtico le parece una porquer¨ªa, a lo que el cr¨ªtico puede contestar que la opini¨®n sobre su opini¨®n es rid¨ªcula y entrar as¨ª en un bucle.
SEGUNDO. Es cierto que el humor depende del contexto. Y que el hecho de que alguien diga que ¡°solo es un chiste¡± no blinda el comentario contra toda cr¨ªtica ni nos obliga a re¨ªrnos ni a ¡°tom¨¢rnoslo con humor¡±. Pero que algo no nos parezca gracioso no lo convierte en ilegal.
TERCERO. Por lo general es deseable que al c¨®mico le d¨¦ igual tu opini¨®n.
CUARTO. Instituciones como el Gobierno y la Polic¨ªa no deber¨ªan estar m¨¢s protegidas. Al contrario, lo que se ha de proteger es la cr¨ªtica, por el poder que tienen estas instituciones. Y esta cr¨ªtica incluye la parodia y las gracietas. Las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado est¨¢n entrenados para enfrentarse a terroristas, no deber¨ªan ponerse a llorar por un tuit o por un chiste.
QUINTO. Por tanto, se absuelve a Jaime Rubio Hancock de los delitos de los que se le acusa. Se invita a la acusaci¨®n a dejar de seguir, silenciar, bloquear o incluso abuchear en Twitter. Este tribunal ya lo ha hecho. Las cuatro cosas.