Aire fresco para la pol¨ªtica social de Defensa
Cuestiones como la movilidad geogr¨¢fica, la conciliaci¨®n de vida laboral y familiar y la tolerancia cero frente al acoso est¨¢n pendientes de ser identificadas como problemas necesitados de soluci¨®n

Hoy est¨¢ prevista la comparecencia de Margarita Robles en la Comisi¨®n de Defensa del Congreso de los Diputados. Se espera que la misma la ministra d¨¦ a conocer las l¨ªneas de la acci¨®n del Gobierno en relaci¨®n con la pol¨ªtica de Defensa en todas sus m¨²ltiples dimensiones. Desde su nombramiento se han producido algunas declaraciones y gestos que permiten aventurar que las pol¨ªticas sociales van a tener un lugar destacado en el ministerio.
En ocasiones anteriores, con otros responsables pol¨ªticos, ha habido referencias a este ¨¢mbito, por lo que no ha de sorprendernos que en un escenario como el actual estas cuestiones reaparezcan, ya que nunca se resolvieron adecuadamente y pueden ser entendidas como de mayor r¨¦dito pol¨ªtico en una legislatura limitada en el tiempo. Cuestiones como la movilidad geogr¨¢fica, la conciliaci¨®n de vida laboral y familiar, la atenci¨®n a los heridos y a las familias de los militares fallecidos, la situaci¨®n de las familias durante los periodos de maniobras, de embarques o misiones, la tolerancia cero frente al acoso, las medidas de acci¨®n positiva para con las mujeres militares y los que est¨¦n en situaci¨®n de discapacidad sobrevenida, las listas de espera en las guarder¨ªas, las indignas condiciones de vida y trabajo en las unidades militares, las dificultades para poder promocionar o prepararse para la b¨²squeda de empleo, entre otras, est¨¢n pendientes despu¨¦s de largos a?os de ser identificadas como problemas necesitados de soluci¨®n.
?Es suficiente un impulso pol¨ªtico decidido o son necesarios tambi¨¦n cambios en las estructuras y en las personas que han sido responsables de este fracaso continuado en las pol¨ªticas sociales para los militares y sus familias? El impulso pol¨ªtico es sin duda el punto de partida. Parece que todo apunta a que puede existir. Las actuales estructuras del Ministerio de Defensa para dar cobertura a las pol¨ªticas sociales de los y las militares y de sus familias requieren un cambio radical. Este pasa por reforzar y centralizar competencias, ¨®rganos y funciones en el propio ministerio, y por el trabajo en red, de tal manera que las pautas de direcci¨®n sean verdaderamente comunes a todos los miembros de las Fuerzas Armadas y no quedan al albur de decisiones de los mandos de personal de los Ej¨¦rcitos y de la Armada, que operan como si de compartimentos estancos se tratase, sin el liderazgo de los ¨®rganos centrales del ministerio. Esto no favorece la igualdad de trato y la eficacia de las medidas y acciones.
Quienes est¨¦n al frente de estas pol¨ªticas deben ser personas que se caractericen por su capacidad de relacionarse con los destinatarios de sus acciones, m¨¢s all¨¢ de aspectos formales, posibilitando y favoreciendo un contacto personal y directo, facilitando su empoderamiento y estableciendo un sistema de relaci¨®n personal con todos y cada uno de los afectados, como existe en otros ¨¢mbitos de la acci¨®n social. Esta forma de trabajar no se improvisa y no es, ni ha sido, la que se ha llevado a cabo en los ¨²ltimos a?os. La situaci¨®n sugiere cambios de calado y aire fresco.
Adem¨¢s, es absolutamente imprescindible que las pol¨ªticas sociales del Ministerio de Defensa, como n¨²cleo esencial de la pol¨ªtica de personal, tengan el mismo rango que las pol¨ªticas de armamento e inversiones. Las segundas se gestionan en el ¨¢mbito de una Secretar¨ªa de Estado, mientras que las primeras lo son en el marco de una Subsecretar¨ªa.
La pol¨ªtica social del Ministerio de Defensa tiene adem¨¢s una incidencia directa en el desempe?o de la misi¨®n que tienen encomendada las Fuerzas Armadas. Que la retaguardia est¨¦ bien atendida es capital para la moral de quienes prestan servicio en condiciones de m¨¢xima exigencia personal: lo que, en muchas ocasiones, comporta alejarse de la familia y no poder contribuir a la resoluci¨®n de sus problemas. Adem¨¢s, la relaci¨®n con el ejercicio del derecho profesional a la carrera militar es directa. Muy complicado es poder hacer efectiva la ocupaci¨®n de diferentes destinos, el ascenso a los sucesivos empleos y la progresiva capacitaci¨®n para puestos de mayor responsabilidad, si no hay detr¨¢s una aut¨¦ntica pol¨ªtica social.
Las Fuerzas Armadas estar¨¢n en mejores condiciones de darnos defensa y seguridad si priorizamos la atenci¨®n social a sus miembros y a sus familias. Ahora tenemos una oportunidad para llevarlo a la pr¨¢ctica y hacer un cambio de modelo.
Mariano Casado es miembro del Observatorio de la vida militar, dependiente del Parlamento.
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