El preciado ¡®gnawa¡¯ que los m¨²sicos quieren tener
El ritmo norafricano da nombre al festival marroqu¨ª m¨¢s internacional, que lleva 21 ediciones en Esauira
Son 21 ediciones y el entusiasmo sigue en alta. Acaba de clausurarse el Festival d¡¯Essaouira Gnaoua et Musiques du Monde (Festival de Esauira de Gnawa y M¨²sicas del Mundo), en la peque?a localidad costera marroqu¨ª, a dos horas de Marrakech, con un compromiso cada d¨ªa m¨¢s consolidado con el folklore de la regi¨®n. El festival privilegia la fusi¨®n musical, es cierto, pero hay un intento claro por respetar la tradici¨®n espiritual del estilo gnawa, que en 2018 se ha visto reflejado en los relevos de los ma?lems (maestro, en ¨¢rabe) que han legado sus instrumentos a sus disc¨ªpulos, en el marco de esta edici¨®n, y en los conciertos realizados en las zaouias, que son ermitas sagradas del Islam. Esto significa acuerdo de la comunidad con el desembarco de los festivaleros.
Gnawa es la m¨²sica con la que se alaba a Dios, bailando. Sus letras de pocas palabras en torno a Al¨¢ (y el ritmo repetitivo que se acelera) crean atm¨®sferas de trance. La base instrumental est¨¢ hecha de las cuerdas toscas y profundas del gembr¨ª (una especie de bajo r¨²stico) y el golpeteo agudo de las krakabs (casta?uelas met¨¢licas del desierto). El ma?lem toca el guembr¨ª y canta: con ¨¦l suben al escenario un nutrido equipo de m¨²sicos que hacen coros y percusi¨®n, adem¨¢s de acrobacias contagiosas.
Hay muchas an¨¦cdotas acerca del origen del nombre y la expansi¨®n de este ritmo tan verdadero y hondo de ?frica del Norte; lo ¨²nico seguro es que est¨¢ muy vinculado al desierto y que hace unos 40 a?os que viene fascinando a los artistas occidentales m¨¢s virtuosos, entre ellos los grandes del jazz y del rock o el pop. Desde finales de los sesenta, las t¨ªmidas apariciones occidentales se transformaron en visitas peri¨®dicas y colaboraciones discogr¨¢ficas que han ido dando altura y m¨¢s altura a la belleza r¨²stica de la m¨²sica de la tierra. Ahora no es raro que todos giren juntos, jazzeros y gnawis, mientras se multiplican las residencias art¨ªsticas de fusi¨®n, cerca del Sahara. Esauira, entonces, se ha vuelto un lugar de encuentro insoslayable.
El Festival de Esauira, fundado y dirigido por una potente mujer empresaria llamada Neila Tazi, tiene hoy un presupuesto de unos 15 millones de d¨ªrhams (aproximadamente un mill¨®n y medio de euros). En una reciente entrevista al semanario Tel-Quel , la tambi¨¦n presidenta de la Federaci¨®n de Industrias Culturales y Creativas de Marruecos recuerda que, hace 20 a?os, empezaron con un presupuesto muy exiguo de alrededor de 50 mil euros. El despegue fue tan bueno que cre¨® una din¨¢mica nueva para una peque?a ciudad de pescadores que apenas hab¨ªa rozado alguna leyenda de sus tiempos llamada Mogador (su nombre portugu¨¦s) y del paso por aqu¨ª de Jimy Hendrix y Orson Welles (que film¨® algunas escenas de su Othelo).
El foro de debates que discurre en paralelo ha versado sobre 'El imperativo de la igualdad'
En Esauira es francamente posible encontrar a un consejero franc¨¦s del rey Mohammed VI bailando gnaua en una terraza y, unos metros m¨¢s all¨¢, la escena por excelencia de reggae, mochilas, vaqueros y m¨¢s rastas en la calle. Todo el mundo se mezcla en esta ciudad de gaviotas gritonas donde todos, alguna vez, vamos al puerto a comer sardinas asadas, con la mano y un papel a modo de plato. Es hippie y bob¨® a la vez, francesa y africana, y cada vez m¨¢s, un destino en el mapa de los miles de europeos y sudamericanos que se cruzan all¨ª a escuchar la mejor m¨²sica del mundo, gratis.
De la celebraci¨®n anual, esta ¨²ltima con la buena intenci¨®n de la presencia femenina (el foro de debates que discurre en paralelo vers¨® sobre El imperativo de la igualdad), puede destacarse la fusi¨®n del gnawa de la jovenc¨ªsima ma?lema casablanquesa Asmaa El Hamzaoui (y su grupo enteramente femenino Bnat Tomboctou) con la canci¨®n de la consagrada maliense Fatoumata Diawara.
Otro momento c¨²spide del Festival de este a?o fue el encuentro entre un tr¨ªo de m¨²sicos excepcionales del jazz contempor¨¢neo como son Dave Holland (contrabajo), Zakir Hussein (tablas, percusi¨®n) y Chris Potter (saxo) aportando hondura celeste al ensemble del ma?lem Said Oughessal.
El Festival de Esauira est¨¢ fundado y dirigido por una potente mujer empresaria llamada Neila Tazi
Emocionante fue asistir a la fusi¨®n y las danzas compartidas entre la formaci¨®n gnawi marroqu¨ª del Ma?lem Hassan Boussou y la Benin International Musical (BIM), que aporta una sensualidad irresistible a base de armon¨ªas de su regi¨®n actualizadas con acentos raperos.
Entre los invitados internacionales, los que alegraron mucho al p¨²blico fueron los ganadores de un Grammy Snarky Puppy, con su funk esmerado de m¨²sicos de todas partes; tambi¨¦n pasaron por Mogador Shabaka Hutchings, los infaltables Hoba Hoba Spirit, el franc¨¦s David Aubaile, el espa?ol Pepe Bao, los marfile?os-congole?os-marroqu¨ªes Africa United , con su reggae continental, y Nguyen Le (que ya hab¨ªa entablado di¨¢logos musicales con el gran Aziz Samahoui y otros m¨²sicos magreb¨ªes, en Par¨ªs).
La fecha del a?o que viene ya ha sido anunciada: Esauira es la cita musical africana del 20 al 23 de junio de 2019.
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