La revoluci¨®n de las conciencias

El presidente electo de M¨¦xico, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, dispone hasta diciembre para concretar los cambios que habr¨¢ de presentar durante su investidura, cinco meses despu¨¦s de un triunfo que ha multiplicado las expectativas de renovaci¨®n de una sociedad molida por la precariedad, la corrupci¨®n y el agravamiento de la criminalidad. Escorado hacia la izquierda, pero obligado a transitar por una socialdemocracia de corte latinoamericano, tendr¨¢ que hacer malabarismos, cuando no prestidigitaci¨®n para cumplir sus promesas, entre ellas el asistencialismo reclamado por 53 millones de compatriotas pobres, el 42% de la poblaci¨®n total.

El margen de actuaci¨®n pol¨ªtica del nuevo gobernante ser¨¢, sin embargo, amplio; y si Morena controla el Congreso, mayor. Los fondos disponibles para el bienestar limitar¨¢n la universalizaci¨®n de las gratuidades, subidas salariales, subsidios y cr¨¦ditos comprometidos en el proyecto de naci¨®n publicado el 20 de diciembre de 2016, en el que denunci¨® el secuestro del Estado por mafias. Tendr¨¢ que establecer prioridades en el reparto de ayudas porque el aumento del PIB apenas llega a los dos puntos, el crecimiento demogr¨¢fico lastra la creaci¨®n de empleo, la emigraci¨®n sigue siendo una escapatoria, y el antagonismo con Trump trabar¨¢ la renegociaci¨®n del Tratado de Libre Comercio de Am¨¦rica del Norte.

La revoluci¨®n de las conciencias y la recuperaci¨®n del Estado como promotor del desarrollo social, pol¨ªtico y econ¨®mico s¨ª son posibles. Pueden parecer objetivos grandilocuentes, pero no lo son. Aunque no figuran en las partidas presupuestarias, se necesita inversi¨®n y pedagog¨ªa para transformar la moralidad nacional. El esfuerzo ser¨¢ ¨ªmprobo porque el menosprecio de la diversidad religiosa, ¨¦tnica, cultural y sexual, el machismo, la vulneraci¨®n de los derechos humanos y la depredaci¨®n del medio ambiente son fuente de muchos de los males mexicanos.

La guerra contra los bolsones de primitivismo exigir¨¢ coerci¨®n democr¨¢tica, de compleja coordinaci¨®n y cumplimiento en una rep¨²blica federal de 32 Estados y legislaciones, propias, y una capital donde residen los poderes federales, entre ellos el Congreso, cuyos consensos ser¨¢n fundamentales. Improbable a corto plazo, un crecimiento econ¨®mico musculado. Las reformas laboral, educativa, fiscal y energ¨¦tica del presidente saliente ser¨¢n revisadas por el entrante, m¨¢s estatista que privatizador, pero cuya ascendencia priista le capacita para nadar y guardar la ropa.

Sus primeras acciones intentar¨¢n converger con las demandas populares: higiene en la acci¨®n de gobierno y medidas contra dos problemas end¨¦micos: la corrupci¨®n y la inseguridad. La austeridad prometida comenzar¨¢ con gui?os: una reducci¨®n del 50% del sueldo presidencial, y la renuncia a viajar en aviones y helic¨®pteros privados.

Pero la profilaxis deber¨¢ trascender el simbolismo para acometer el adecentamiento de la Administraci¨®n y romper el contubernio de polic¨ªas y ladrones. Hay cuerpos de seguridad percibidos como sucursales del hampa. M¨¢s de 26.000 personas fueron asesinadas en 2017 y miles desaparecieron. Si AMLO encamina M¨¦xico hacia la seguridad y la justicia habr¨¢ hecho historia.