Los nietos de Franco nos deben algo

El Pazo de Meir¨¢s fue una donaci¨®n popular a la persona de Franco tan sumamente generosa, voluntaria y desinteresada que el dictador, una vez apropiado de la finca, pas¨® las facturas al Estado. Tama?o regalo de los desprendidos y nada presionados vecinos de A Coru?a solo pod¨ªa tener su continuidad a cargo de las finanzas p¨²blicas. Un regalo ad infinitum, en fin. Los espa?oles siempre fuimos tan amables.

Y es precisamente esa particularidad ¡ªque el dinero p¨²blico se hizo cargo durante d¨¦cadas de gastos de esa peculiar propiedad privada como la instalaci¨®n de la luz, los pozos o el alcantarillado¡ª lo que ahora puede servir al Estado para convertirse en titular del Pazo. 80 a?os despu¨¦s, se ha abierto una v¨ªa interesante y el Gobierno deber¨ªa recorrerla.

El propio PP de Galicia ha registrado una proposici¨®n de ley en el Parlamento auton¨®mico para iniciar el camino hacia esa recuperaci¨®n despu¨¦s de que una comisi¨®n de expertos de la Xunta indicara el proceso a seguir: es la Administraci¨®n General del Estado la que debe presentar una demanda civil contra los herederos de Carmen Franco Polo (la ¨²nica hija de Franco) para recuperarlo. El mantenimiento p¨²blico de esa finca privada durante m¨¢s de 30 a?os gener¨® los derechos para que as¨ª sea. Existen otras v¨ªas judiciales posibles, como relat¨® Sonia Vizoso en este peri¨®dico: el estudio jur¨ªdico encargado por la Diputaci¨®n de A Coru?a concluy¨® que deb¨ªa ser Patrimonio Nacional quien impugnara en los tribunales el contrato de compraventa que firm¨® Franco en 1941 por ser ¡°simulado¡±. No ser¨¢ dif¨ªcil demostrar que la generosidad fue, en realidad, un atraco a mano armada.

Las v¨ªas abiertas para entregar al Estado la finca se?orial en la que vivi¨® Emilia Pardo Baz¨¢n y cuyos herederos iban a ceder a los jesuitas coinciden, adem¨¢s, con un momento de cambio en el Gobierno de Espa?a que propicia la reversi¨®n de unas cuantas injusticias hist¨®ricas. Pero no solo. Adem¨¢s de que la Xunta y el PP gallego se apuntan a la iniciativa, el propio Arzobispado de Madrid ha manifestado que no se opondr¨¢ a la exhumaci¨®n de los restos del dictador del Valle de los Ca¨ªdos. La corriente est¨¢ a favor.

Fallecida Carmen Franco, sus herederos son ahora sus siete hijos, que han dejado ya constancia mediante una carta a las autoridades eclesiales y una firma ante notario de su oposici¨®n a la exhumaci¨®n. El Gobierno puede seguir adelante conforme a lo ocurrido en Pamplona en 2016, donde los restos de Sanjurjo y Mola fueron exhumados de un memorial en contra del criterio de la familia del primero. Precisamente ayer se conoci¨® que un juez ha dado la raz¨®n a la hija de Sanjurjo. El camino judicial es para todos.

Los siete nietos Mart¨ªnez Bordi¨² y Franco quieren vender el Pazo cuanto antes y librar¨¢n la batalla que consideren por los restos de su abuelo. Est¨¢n en su pleno derecho de preferir visitarle en el Valle, en Mingorrubio (El Pardo) o de dejar sus restos en el Anat¨®mico Forense. Pero el Pazo de Meir¨¢s, que los siete han heredado como fruto de un expolio a los gallegos, y cuyas visitas p¨²blicas obligadas por ley torpedearon, es una finca que los espa?oles se han ganado. Es otra asignatura pendiente al alcance de la mano. Y las dos esculturas rom¨¢nicas del P¨®rtico de la Gloria de la Catedral de Santiago, tambi¨¦n.

Porque las deudas, como las propiedades, tambi¨¦n se heredan.