Del mayor mercado de M¨¦xico a galer¨ªa de arte
La Central de Abasto de la Ciudad de M¨¦xico se transforma en un gran espacio cultural al aire libre gracias a un proyecto respaldado por la ONU
Diez de la ma?ana. La Central de Abasto de la Ciudad de M¨¦xico bulle en una danza de carretilleros que caminan aprisa en todas direcciones. Transportan pilas de cajas en sus diablitos mientras los comerciantes invitan al un¨ªsono a probar sus productos: ¡°P¨¢sele, ?qu¨¦ le damos?¡±. Un m¨²sico vestido con traje de chaqueta y sombrero blancos improvisa con su guitarra frente a una abarroter¨ªa: ¡°Qu¨¦ panorama tan lindo, es el de la Central. Ay mamita bonita, vente vamos a bailar¡±.
Es un jueves como otro cualquiera en uno de los mayores mercados del mundo, donde el fuerte olor de los pasillos de frutas y legumbres casi marea y la basura se acumula a un ritmo vertiginoso a las afueras de las naves. El ¡°est¨®mago del pa¨ªs¡±, un ecosistema en s¨ª mismo por el que pasan diariamente medio mill¨®n de personas.
Pero mientras puertas adentro se regatea el precio del kilo de jitomates, muros afuera la cotidianidad se rompe a golpe de brochazos. Subido a una gr¨²a, el muralista mexicano Came imprime su geom¨¦trica fosforescencia sobre la ennegrecida fachada del mercado, donde antes s¨®lo se pod¨ªa leer una advertencia a los transe¨²ntes: ¡°Prohibido tirar basura y orinarse¡±.
Came es uno de los m¨¢s de cincuenta artistas que se han sumado a ¡°Central de Muros¡±, una iniciativa que est¨¢ transformando ese mercado en una gigantesca galer¨ªa al aire libre a trav¨¦s de decenas de murales de 20 metros de largo por m¨¢s de 6 metros de alto.
¡°Al principio fue un poco complicado entrar en la Central porque bien o mal ¨¦ramos gente de fuera que ven¨ªamos a invadir su espacio. Pero ya cuando vieron que lo hac¨ªamos con ellos y para ellos como que lo fueron adoptando¡±, cuenta Irma Macedo, cofundadora del proyecto.
Dibuja una sonrisa en la cara y a?ade: ¡°Ahora los propios carretilleros y los ¡®viene-viene¡¯ dan tours de los murales. Entre ellos se pelean: ¡®Mi mural es m¨¢s bonito, tiene m¨¢s color¡¯¡±.
El proyecto lleg¨® a la Central el 19 de septiembre del a?o pasado, mientras el suelo cruj¨ªa bajo los pies de los mexicanos. Llegaba tambi¨¦n a agitar los cimientos del mercado, a decirle a todos aquellos que ve¨ªan el arte como algo ajeno que pod¨ªan disfrutarlo desde sus diablitos, convivir con ¨¦l en su ir y venir diario.
El recibimiento fue tal que la ONU se acerc¨® a ¡°Central de Muros¡± para respaldar una segunda fase del proyecto para que tuviese como centro gravitatorio los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Por ello, el mural de Came aborda la igualdad de g¨¦nero y el de sus colegas Rilke Roca y Guillem Font la problem¨¢tica del agua.
¡°Creo que es importante que aparte de que venimos a decorar y embellecer la Central tambi¨¦n traemos un mensaje para la gente. Y m¨¢s en un lugar como ¨¦ste, que es el mercado m¨¢s grande del mundo y donde hay mucho desperdicio de recursos y se genera mucha contaminaci¨®n¡±, explica Roca desde lo alto de un andamio.
A sus pies el ajetreo diario del mercado no cesa. Los carretilleros sortean los botes de pintura para entregar los productos hasta el maletero de los clientes. Los viene-viene estructuran los lugares del estacionamiento como si se tratara de un rompecabezas. Pero para ninguno pasan desapercibidos los nuevos inquilinos de la Central.
Cuando tienen un descanso, los trabajadores se sientan a contemplar los murales. Uno de ellos, conocido como ¡°El Hielos¡± por transportar ese producto en su diablito, se sacudi¨® la timidez y le mostr¨® sus bocetos a Irma Macedo el a?o pasado. Sin pensarlo dos veces, la organizadora del proyecto le dio un espacio para pintar un mural.
Cuando lo termin¨® le dijo orgulloso: ¡°Ahora ya no s¨®lo soy hielero, ahora soy artista¡±.
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