Otro paradigma migratorio
La percepci¨®n del fen¨®meno como una amenaza ha privado de un debate que es necesario
En muchos pa¨ªses, la securitizaci¨®n de las migraciones ¡ªentendiendo as¨ª el convertir a las mismas en un fen¨®meno percibido como amenazador por buena parte de la ciudadan¨ªa¡ª ha derivado en una fortificaci¨®n de sus fronteras, una externalizaci¨®n de su control y un incremento de los espacios de vulneraci¨®n de derechos de las personas que se mueven. Sin restar importancia a la gesti¨®n fronteriza, ha supuesto privarnos de los debates apremiantes que deber¨ªamos estar teniendo sobre las pol¨ªticas de inmigraci¨®n y asilo en la UE.
Apremiantes no porque haya una crisis migratoria, sino porque hay una crisis pol¨ªtica y de gesti¨®n que ha encontrado en las migraciones un catalizador de profundas desafecciones surgidas durante la crisis econ¨®mica. Esta utilizaci¨®n de la inmigraci¨®n para alentar miedos difusos no es nueva, pero ahora es especialmente incomprensible, porque se contradice con los datos y estudios disponibles. Esta desconexi¨®n entre la opini¨®n construida y la opini¨®n fundamentada explica por qu¨¦ no se est¨¢n afrontando los debates que deber¨ªan tenerse en materia migratoria.
Se ha construido un imaginario que percibe los flujos migratorios globales como un fen¨®meno populoso de car¨¢cter irregular, que tiene como destino El Dorado de los pa¨ªses m¨¢s desarrollados. Sin embargo, las cifras nos indican que los 246 millones de migrantes son menos del 4% de la poblaci¨®n mundial, una proporci¨®n sostenida en las ¨²ltimas d¨¦cadas y menor que en otras ¨¦pocas. Tambi¨¦n nos muestran que las migraciones tienen car¨¢cter regional y que es en el sur donde mayor dinamismo existe.
Promover v¨ªas de acceso seguro tiene mayor impacto en reducir la irregularidad que el gasto fronterizo
Se perciben como una amenaza desordenada, sobreestimando en muchas ocasiones la irregularidad, y se ofrecen respuestas discutibles. Se habla de luchar contra sus causas profundas para reducir los flujos, sin atender el car¨¢cter complejo de la relaci¨®n entre migraci¨®n y desarrollo, y que las investigaciones demuestran que no existe una correlaci¨®n generalizable entre mayor desarrollo y menor emigraci¨®n. Y se afirma que las migraciones pueden pararse cerrando las fronteras, o creando espacios fortaleza como el que la UE lleva a?os intentando construir con cantidades ingentes de recursos. Hacer creer que son posibles las pol¨ªticas de inmigraci¨®n cero o la impermeabilidad absoluta de las fronteras tiene enormes costes pol¨ªticos cuando no se responde a las expectativas.
Desde otras posiciones no-securitarias, se usan igualmente argumentos que presuponen en la inmigraci¨®n la soluci¨®n al envejecimiento o a la sostenibilidad de los sistemas de pensiones en los pa¨ªses de destino, lo que tampoco se sostiene con datos generalizables. ?Qu¨¦ falta en estos debates? Nada que la opini¨®n estudiada no lleve a?os apuntando. Para empezar, un cambio de paradigma que supere la mirada securitizada de las migraciones y plantee las mismas como un fen¨®meno transversal y complejo, que no por ello problem¨¢tico. Hablamos de un fen¨®meno que requiere de una mayor corresponsabilidad entre territorios de origen, tr¨¢nsito y destino, y de una mejor gobernanza multinivel.
Es necesario entender que la promoci¨®n de v¨ªas de acceso seguro tiene mayor impacto en la reducicci¨®n de la irregularidad que el gasto fronterizo. Aqu¨ª se podr¨ªa discutir qu¨¦ instrumentos parecen los m¨¢s adecuados; Llenar la agenda de cuestiones como visados de b¨²squeda de empleo, contingentes, remesas, migraci¨®n en familia en lugar de reagrupaci¨®n familiar o resoluci¨®n de conflictos, ya ser¨ªa un gran paso. Esto debe hacerse a nivel local y a nivel global para responder con una mirada multinivel que asuma un nuevo di¨¢logo migratorio.
Hablar de instrumentos de integraci¨®n e inclusi¨®n, que fomenten una mayor interacci¨®n de las diversidades en nuestras sociedades, tambi¨¦n es clave. Reconociendo los retos y respondiendo a las dificultades. Y luchando contra la discriminaci¨®n y los discursos de odio, porque eso significa hablar del modelo de sociedad que queremos ser.
Parece imprescindible, para resolver una crisis que no lo es, que se supere esta polarizaci¨®n entre opini¨®n creada y fundamentada en el debate migratorio est¨¢ encajado. Es necesario para reforzar una gobernanza que permita desmantelar discursos populistas e indispensable para evitar debates t¨®xicos e improductivos que s¨®lo alientan la cronificaci¨®n de malestares, vulneraciones y conflictos en nuestro futuro cercano.
Gemma Pinyol-Jim¨¦nez es directora de pol¨ªticas migratorias y diversidad en Instrategies e investigadora asociada en GRITIM-UPF.
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