?Y si Cristiano se va?
Ya no es aquel emblema de lo que un d¨ªa bautic¨¦ como "macarra chic", un altanero cubierto de alhajas y logos, tratando el dinero como papel higi¨¦nico.
Encuentro que la imagen del Mundial de Rusia ha sido la de Cristiano Ronaldo sujetando a su rival, el jugador uruguayo Edinson Cavani, lesionado tras marcar el gol que envi¨® a la selecci¨®n portuguesa de vuelta a casa, cruzando el campo como dos h¨¦roes. Como Alejandro Magno y un joven general persa. Uno cojeando herido, Cristiano mirando al frente, casi como una estatua del realismo socialista, cogiendo por la cintura a su n¨¦mesis, que se apoyaba sobre su hombro. En ese instante, Cristiano podr¨ªa parecer un millennial que sabe captar el poder de un momento para Instagram, pero en realidad pon¨ªa la guinda sobre su propia transformaci¨®n de jugador egoc¨¦ntrico, endiosado y millonario a algo similar a un l¨ªder espiritual. Que suelen ser as¨ª. El mejor futbolista del mundo se confirmaba como el mayor influencer global.
Tuve una epifan¨ªa. Cristiano es otro. Y es oro. Si ahora se va ¡ªseg¨²n la prensa italiana el Juventus habr¨ªa hecho una oferta irrechazable¡ª me gustar¨ªa reconocerle esa transformaci¨®n. Ya no es aquel emblema de lo que un d¨ªa bautic¨¦ como "macarra chic", un altanero cubierto de alhajas y logos, tratando el dinero como papel higi¨¦nico. Estaba equivocado: esa es la forma en la que hay que tratar el dinero. Y hay que partir del endiosamiento para de verdad convertirte en otra persona, alguien solidario y m¨¢s parecido a un dios. Ojal¨¢ ese cambio nos atravesara a todos. Ojal¨¢ Mariano Rajoy, en su retiro de Santa Pola, reciba este mismo mensaje. Convertir nuestro cuerpo en una m¨¢quina pero poniendo el objetivo m¨¢s all¨¢ del gol, del poder. Dejar atr¨¢s el macarra chic y gestar la leyenda.
El Cristiano que ha pasado por el Real Madrid ha cincelado no solo el cuerpo sino su lugar en la historia. Hubo esos veranos en los que sus yates alquilados se poblaban de chicarrones exhibiendo una musculatura que hasta entonces solo ve¨ªamos en las calles el d¨ªa del Orgullo Gay. La exhibici¨®n orgullosa de tanto musculo masculino quiz¨¢s alarm¨® a alguna autoridad del balompi¨¦. Y fue cuando entonces apareci¨® Georgina Rodr¨ªguez, madre de su hija y una versi¨®n de la Cenicienta en tiempos modernos.
Georgina trabajaba afanosamente en la tienda de Gucci en Madrid de la que Cristiano y su equipo son forofos. Igual que con el gesto a Cavani, Cristiano supo ver en esa joven un amor, pero tambi¨¦n otra gesta. Sus anteriores experiencias con supermodelos como Irina Shayk no funcionaron. Y alguna, como Paris Hilton, lo engatus¨® para llevarlo a su casa y fotografiarlo por paparazzis alertados por ella misma, le dejaron ese mal sabor del abuso descarado. Cristiano ha vivido su peculiar martirio, pero jam¨¢s se ha doblegado. Durante un partido, un jugador andaluz le llam¨® maric¨®n. Y Cristiano, sin reducir el paso, le espet¨®: "Millonario". Y all¨ª dej¨® al catetillo. Gore Vidal no habr¨ªa podido escribir un di¨¢logo mejor para su guion de Ben-Hur. Acosado por Hacienda, Cristiano sufre los castigos de ser rico pero eso no impide subir un v¨ªdeo sobre sus haza?as solidarias. Agita la coctelera de la pol¨¦mica y calla cr¨ªticas con goles. Y crece.
En otros salones se esperan otros partidos. Como en la Moncloa, donde est¨¢n organizando el c¨®ctel con el president Torra. Para hablar "de todo", a calz¨®n quitado. Me pregunto qu¨¦ servir¨¢n de catering, espero que algo org¨¢nico, como quinoa o semillas de lino, que desengrasan, oxigenan y aportan antioxidantes. A ese c¨®ctel deber¨ªan invitar a una figura de consenso como Meghan Markle, otra influencer que venci¨® por un momento a la dictadura del tac¨®n aguja para asistir a un partido de polo y sali¨® airosa.
El estilo siempre avanza carg¨¢ndose algo. Tambi¨¦n se quedan obsoletas las frases hechas. Paula Echevarr¨ªa ha dejado de contar likes por emplear una pol¨ªticamente incorrecta. Echevarr¨ªa fue comparada con su compa?era Dulceida?durante la promoci¨®n de una campa?a de champ¨². Paula es actriz al tiempo que infuencer mientras que Dulceida es solo influencer. La actriz minimiz¨® la comparaci¨®n diciendo: "Es como comparar a Dios con un gitano". Joaqu¨ªn Cort¨¦s, que tuvo sus d¨ªas de endiosamiento, le reclam¨® que con sus declaraciones "demuestras tu nivel cultural y falta de humanidad". Paula, querida, hay que alejarse de las frases hechas. Son cursis y faltonas, justamente lo que no debemos ser. Adem¨¢s al ser hijo de palestinos es probable que Dios no sea del todo rubio. Pongamos en ese lugar la cara y el cuerpo del nuevo Cristiano Ronaldo.
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