El silencio es de oro
El escritor iraqu¨ª residente en Espa?a escribe a su hija y le habla del valor del mestizaje y de la lectura. Tambi¨¦n del peligro de hablar demasiado.
QUERIDA SARA: Me preocupa tu silencio, y me tranquiliza a la vez. S¨¦ que est¨¢s al principio de tu adolescencia, cuando uno se siente t¨ªmido o incluso algo vergonzoso, sin saber de qu¨¦ exactamente, y por otro lado tiene cierta sensaci¨®n de que solo ¨¦l y el mundo existen en el universo, dos rivales, donde cada uno intenta cambiar al otro a su gusto.
Quiero decirte, por ejemplo, que tienes que estar orgullosa por tener mezcla de sangres, culturas, lenguas y nacionalidades
Me preocupa tu silencio porque quiero escucharte. Nuestros sabios antepasados dec¨ªan: ¡°Habla para que te vea¡±, y yo quiero verte en cada momento y que t¨² tambi¨¦n me veas, escuch¨¢ndome. Quiero decirte, por ejemplo, que tienes que estar orgullosa por tener mezcla de sangres, culturas, lenguas y nacionalidades: espa?ola, iraqu¨ª y alemana, y me agrad¨® conocer que la mayor¨ªa de tus amigos y compa?eros en el colegio son mestizos. Tambi¨¦n quiero que ense?es a tu hermanito peque?o Murad (MuMu) c¨®mo estar orgulloso de su mezcla espa?ola, egipcia e iraqu¨ª. Esta fortuna y suerte del mestizo y heterog¨¦neo no la conoc¨ªa hasta que vine a Espa?a hace m¨¢s de 20 a?os, porque antes nos ense?aban a ser fan¨¢ticos por una sola naci¨®n, patria, lengua, religi¨®n, y todo all¨ª es uno, unificado, uniformado y resumido en un s¨ªmbolo dictatorial agobiante. Tu t¨ªo Hassan Mutlak, uno de mis hermanos mayores y al que le gustaba mucho leer, escribir y pintar, era muy consciente de ello. ?l fue el primero en aconsejarme que me abriera a otras culturas, que leyera el Quijote, por ejemplo, y me dec¨ªa lo que don Quijote dec¨ªa a Sancho: ¡°La libertad, Muhsin, es uno de los m¨¢s preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad, as¨ª como por la honra, se puede y debe aventurar la vida¡±. Y as¨ª ¨¦l aventur¨® su vida, y se enfrent¨® al dictador tirano, y fue ahorcado a las siete de la tarde el d¨ªa 18 de julio de 1990, y como era escritor moderno, pintor y poeta, los intelectuales iraqu¨ªes le consideran como ¡°el Lorca iraqu¨ª¡±. Quiero hablarte mucho de ¨¦l; de mi padre, quien le ense?¨® a leer y escribir; de mi madre, quien so?aba verte antes de morir; de mi obligada experiencia en la guerra como jefe de tanque; de lo mucho que me han servido la lectura, la paciencia, la tolerancia y los sue?os. Quiero que dejes de mirar tanto el tel¨¦fono y que mires a tu alrededor, que leas m¨¢s libros. Yo le¨ªa incluso dentro del tanque, debajo del bombardeo. La lectura me salv¨® la vida, me dio confianza en mis sue?os y en m¨ª mismo, me dio de comer tambi¨¦n, porque la cultura da de comer, mientras que la comida no da cultura.
Quiero hablarte mucho de ¨¦l; de mi padre, quien le ense?¨® a leer y escribir; de mi madre, quien so?aba verte antes de morir
Me tranquiliza tu silencio porque nuestros viejos sabios nos dec¨ªan que ¡°si el habla es de plata, el silencio es de oro¡±, y efectivamente la vida me ha ense?ado que gran parte de los problemas de la gente es por culpa de hablar demasiado, y que el silencio es uno de los mejores trucos o medios de salvaci¨®n en situaciones peligrosas.
Mucho de lo que quiero decirte est¨¢ en mis libros y en los dem¨¢s libros. En cada uno hay algo que quer¨ªa decirte. As¨ª que, por favor, si no quieres hablarme tanto, no dejes por lo menos de leer.
Ya sabes lo mucho que te quiero, pero lo que no sabes es que eres mucho mejor que la hija que he so?ado tener en toda mi vida.
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