El pr¨ªncipe Alberto se desmarca del caso de corrupci¨®n del due?o del M¨®naco
El jefe del Principado proclama la independencia de la justicia en la batalla de su amigo Dmitry Rybolovlev con un marchante de arte al que acusa de haberle robado
Para Alberto de M¨®naco, los rumores sobre los presuntos pactos il¨ªcitos de altas figuras del Principado en un sonado caso de influencias y corrupci¨®n han ido demasiado lejos. Y no solo porque le afectan personalmente. En un inusual gesto, el jefe del clan de los Grimaldi ha emitido un comunicado asegurando la "independencia" de la justicia monegasca. Adem¨¢s, dice "deplorar" las informaciones aparecidas en los ¨²ltimos d¨ªas en la prensa francesa sobre el presunto trato de favor de jueces y otras figuras de poder de M¨®naco al magnate ruso Dmitry Rybolovlev en su batalla judicial contra el marchante de arte suizo Yves Bouvier.
Su golpe sobre la mesa no hace sino a?adir una capa m¨¢s al ya de por s¨ª enrevesado asunto. Rybolovlev no es un multimillonario ruso m¨¢s asentado en el peque?o Estado en la Costa Azul, entre Francia e Italia. El magnate, famoso por haber protagonizado uno de los divorcios m¨¢s caros de la historia o por regalarle a una de sus hijas Skorpios, la m¨ªtica isla griega de los Onassis, es adem¨¢s el presidente del club de f¨²tbol de M¨®naco. Como tal, est¨¢ habituado a recibir en su palco a las m¨¢s altas figuras del principado. Especialmente a Alberto de M¨®naco, a quien hasta hace no tanto consideraba un amigo personal.
Las cosas han cambiado desde que Rybolovlev emprendiera acciones legales contra el marchante Yves Bouvier, al que acusa de haberle robado millones de euros al asegurarle que las obras de arte que durante a?os compr¨® en su nombre hab¨ªan costado mucho m¨¢s de lo que en realidad hab¨ªa pagado por ellas. En sus esfuerzos por demostrar la culpabilidad del marchante de arte suizo, el magnate ruso habr¨ªa intentado, seg¨²n la prensa, implicar a su favor a jueces y a altas figuras de M¨®naco.
Clave en todo el asunto es la abogada de Rybolovlev, Tetiana Bersheda. La letrada cometi¨®, como lo calificaba Le Figaro la semana pasada, una "metedura de pata inexplicable" cuando puso a disposici¨®n de las autoridades monegascas su tel¨¦fono m¨®vil. Su objetivo, seg¨²n el diario franc¨¦s, era demostrar la veracidad de una grabaci¨®n de sonido que beneficiaba a la causa de Rybolovlev. Pero la "zarina", como se la conoce por su influencia en el magnate ruso, no se dio cuenta de que, una vez en manos de la polic¨ªa, su tel¨¦fono pod¨ªa servir para recuperar otros materiales, incluso aquellos mensajes que ella cre¨ªa borrados. El resultado: "una mina, de acuerdo con Le Figaro, que asegura que el material descubierto muestra la relaci¨®n entre Bersheda y altos responsables de la polic¨ªa judicial de M¨®naco, a los que habr¨ªa ofrecido entradas especiales para ver los partidos en el estadio Louis II del principado.
Seg¨²n un reportaje de la televisi¨®n francesa France3, el presidente del AS Monaco tiene 49 invitaciones permanentes a su palco para representantes de la seguridad p¨²blica, adem¨¢s de otras para miembros del palacio del principado o empleados ministeriales. Los archivos tambi¨¦n la relacionar¨ªan, de acuerdo con los medios, con el fiscal general y hasta con el ministro de Justicia, Philippe Narmino. Este ya tuvo que dimitir en septiembre del a?o pasado, un gesto forzado por Alberto de M¨®naco despu¨¦s de que se conocieran las primeras informaciones filtradas en torno al caso.
Si en esa ocasi¨®n su gesti¨®n fue discreta, ahora el pr¨ªncipe ha saltado a la primera plana. Su palacio emiti¨® el domingo un comunicado en el que asegura que Alberto "reitera su adhesi¨®n a la independencia de la justicia monegasca", y tambi¨¦n su "confianza en la polic¨ªa del Principado y en su personal, as¨ª como en la lealtad de la administraci¨®n monegasca".
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