Tener sexo mejora el sentido de la vida (pero no todo tipo de sexo, seg¨²n las investigaciones)

?El sexo da m¨¢s sentido a la vida? Esta pregunta fue la que empuj¨® a varios investigadores a realizar un pionero estudio y a aportar algo novedoso en este terreno. El sexo genera un sinf¨ªn de beneficios. Se sabe que ayuda a mantenernos en forma f¨ªsica y a quemar calor¨ªas, nos refuerza nuestro sistema inmune por el baile hormonal que se despierta y nos ayuda tambi¨¦n a mejorar la memoria. No est¨¢ mal. Sin embargo, parece que todav¨ªa queda terreno por explorar: c¨®mo repercute en nuestro bienestar emocional e, incluso, en nuestra percepci¨®n sobre el sentido de la vida. Para ello, Todd Kashdan, de la Universidad George Mason, junto a otros investigadores, quiso resolver esta duda y realiz¨® un estudio que se ha publicado en la revista Emotions este a?o. Su conclusi¨®n es la siguiente: el sexo, el estado de ¨¢nimo positivo y la percepci¨®n de sentido de la vida est¨¢n relacionados, incluso al d¨ªa siguiente de haberlo practicado (aunque depende del tipo de relaci¨®n sexual).

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El estudio se basa en un diario que llevaron 152 voluntarios sobre su actividad sexual y su nivel de satisfacci¨®n durante 21 d¨ªas. Se busc¨® a los participantes entre estudiantes universitarios de 18 a 20 a?os de edad. El 76% eran mujeres y el 64% estaban comprometidos en una relaci¨®n.

El diario consist¨ªa en una encuesta que rellenaban antes de dormir. Deb¨ªan puntuar la sensaci¨®n de plenitud del d¨ªa en una escala del 1 al 7. Despu¨¦s, valoraban si ten¨ªan un estado de ¨¢nimo positivo o negativo. Y, por ¨²ltimo, cu¨¢l hab¨ªa sido su actividad sexual ese d¨ªa y el grado de placer y de intimidad alcanzado. Pues bien, con todos estos datos llegaron a varias conclusiones.

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Cuando una persona aseguraba haber tenido sexo, ese d¨ªa su estado de ¨¢nimo era m¨¢s positivo e, incluso, afirmaba encontrar un mayor sentido a su vida. Los investigadores quisieron saber si iba primero el huevo o la gallina, es decir, el sexo o la sensaci¨®n de plenitud, por lo que estudiaron los datos con un desfase temporal. Y aqu¨ª se confirm¨® una clara intuici¨®n: cuando la persona afirmaba que hab¨ªa tenido sexo, su estado de ¨¢nimo positivo y su sensaci¨®n de satisfacci¨®n con la vida mejoraba incluso al d¨ªa siguiente. Sin embargo, cuando med¨ªan la relaci¨®n a la inversa, ve¨ªan que la sensaci¨®n de plenitud no correlacionaba necesariamente con el hecho de tener sexo; es decir, por muy contento que se est¨¦ ese d¨ªa, no significa que vaya a tener una relaci¨®n ¨ªntima (por razones que todos nos podemos imaginar).

Otra conclusi¨®n curiosa fue si esa plenitud era mayor cuando el sexo se practicaba dentro de una relaci¨®n rom¨¢ntica. Y aqu¨ª es donde apareci¨® la sorpresa. El sexo que m¨¢s actuaba en el estado de ¨¢nimo era el que m¨¢s placer e intimidad generaba, y no necesariamente el que se enmarcara en una relaci¨®n rom¨¢ntica. As¨ª pues, la calidad del sexo influye aunque estemos en una relaci¨®n amorosa o tengamos encuentros espor¨¢dicos.

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Este estudio es un primer paso para correlacionar el bienestar personal con la calidad del sexo que tenemos. Como reconocen los propios autores, falta mucho por avanzar. Se han de incluir nuevas variables y ampliar el rango de edad o de tendencias sexuales, pero parece que una relaci¨®n ¨ªntima satisfactoria nos ayuda a estar de mejor humor. Ahora bien, y esta es una interpretaci¨®n personal, el sentido de la vida como camino de crecimiento personal o como lo propon¨ªa Viktor Frankl, muy probablemente dependa de variables mucho m¨¢s s¨®lidas, que no se esfumen al cabo de dos d¨ªas. No obstante, la percepci¨®n que tengamos muy probablemente se vea difuminada por nuestro estado de ¨¢nimo y por tanto, de los satisfechos que nos sintamos con nosotros mismos o con las personas que estamos. De ah¨ª que el buen sexo nos ayude a ello.