Una bella historia del cosmos
Barry Barish, descubridor de las ondas gravitacionales, habla del origen del mundo, del futuro del conocimiento y del valor de la ciencia b¨¢sica
?Para qu¨¦ sirven las ondas gravitacionales? Los periodistas se lo han preguntado unas cuantas veces a Barry Barish, premio Nobel de F¨ªsica el a?o pasado por el descubrimiento de las ondas gravitacionales, precisamente, que ocurri¨® solo dos a?os antes. Leed su respuesta, y otras muchas cosas, en la interesante entrevista que ha concedido a Materia esta semana. La pregunta puede generalizarse como ?para qu¨¦ sirve la ciencia b¨¢sica?, y ha sido formulada un mill¨®n de veces desde que Galileo enfoc¨® su telescopio a J¨²piter y descubri¨® sus lunas. El caso es que Faraday y Maxwell no descubrieron el electromagnetismo para disparar la revoluci¨®n de la energ¨ªa el¨¦ctrica, ni Planck ni Einstein vislumbraron la estructura cu¨¢ntica del mundo para reiniciar la tecnolog¨ªa y la computaci¨®n, ni Watson y Crick descifraron la doble h¨¦lice del ADN para salvar vidas. Lo hicieron por curiosidad, el verdadero motor de la ciencia. Pero todo eso que no buscaban es justo lo que ha acabado ocurriendo. Los grandes avances aplicables a la sociedad son siempre consecuencia de un salto en nuestra comprensi¨®n profunda del mundo.
Hace 1.300 millones de a?os, en un lugar muy, muy lejano, dos agujeros negros cayeron en espiral uno sobre el otro hasta que, inevitablemente, se fusionaron en uno solo. Es uno de los sucesos m¨¢s violentos que cabe imaginar en el cosmos. El proceso de aproximaci¨®n entre los dos agujeros negros es largo y nada espectacular, pero su fusi¨®n propiamente dicha solo dura unos pocos milisegundos. Esa misma rapidez hace que emitan un mensaje muy n¨ªtido en forma de un pulso de ondas gravitacionales. Ese pulso llevaba viajando 1.300 millones de a?os por el espacio y, en el preciso instante en que lleg¨® a la Tierra, los creadores del detector LIGO acababan de ponerlo en funcionamiento. Eran las cinco de la madrugada, as¨ª que hay que imaginar c¨®mo se sintieron los cient¨ªficos que andaban por all¨ª. Se puede considerar suerte, pero, como dijo o debi¨® decir Pasteur, la suerte solo favorece a quien est¨¢ preparado para que le caiga encima.
Tras uno de los descubrimientos m¨¢s deslumbrantes de este siglo, los f¨ªsicos est¨¢n seguros de que las ondas gravitacionales constituyen una ventana reci¨¦n abierta al universo. Todo lo que sabemos del cosmos desde Galileo se basa en la luz o en otras ondas electromagn¨¦ticas (infrarrojos, ultravioletas, rayos X, gamma y dem¨¢s hom¨®logos de la luz en diferentes longitudes de onda). Y es justo por eso que no sabemos casi nada de los primeros 400.000 a?os de vida del cosmos (que ahora tiene 13.700 millones). Antes de 400.000 a?os no hab¨ªa ¨¢tomos, sino una sopa de part¨ªculas opaca a la luz. Pero que no es opaca a las ondas gravitatorias. As¨ª que solo estas ondas nos permitir¨¢n husmear en el verdadero origen del universo, con su Big Bang, su inflaci¨®n c¨®smica y los dem¨¢s procesos que crearon todo lo que conocemos.
Crear un mundo. Esa no ser¨ªa una mala aplicaci¨®n de las ondas gravitatorias, ?no os parece?
*LA CIENCIA DE LA SEMANA es un espacio en el que Javier Sampedro analiza la actualidad cient¨ªfica. Suscr¨ªbete a la newsletter de Materia y lo recibir¨¢s cada s¨¢bado en tu correo, junto con una selecci¨®n de nuestras mejores noticias de la semana.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.