La desbandada que arruina al pa¨ªs

La crisis entre Gobierno y oposici¨®n puede reconducirse, pero la que desangra a la industria petrolera no tanto, y tendr¨¢ consecuencias pol¨ªticas y sociales porque va a entorpecer la recuperaci¨®n econ¨®mica de Venezuela hasta l¨ªmites quiz¨¢s insalvables. Su espoleta es la desbandada de trabajadores especializados del sector petrolero. Independientemente del color del partido gobernante, el pa¨ªs depende del crudo, cuya exportaci¨®n supone el 97% de los ingresos en divisas.

La gr¨¢fica del precio internacional del petr¨®leo en los ¨²ltimos 30 a?os y la gr¨¢fica de la evoluci¨®n de la econom¨ªa nacional van de la mano. La marcha de la econom¨ªa venezolana est¨¢ condicionada por el precio del barril. En 2014 se derrumb¨®, al pasar de unos 120 d¨®lares a cotizarse en torno a los 25. La econom¨ªa se desmoron¨® en igual proporci¨®n.

Los precios han subido y rondan los 70 d¨®lares el barril, pero esa recuperaci¨®n no est¨¢ empujando a la econom¨ªa nacional. La raz¨®n es sencilla: en 2014, Venezuela produc¨ªa casi tres millones de barriles diarios; ahora, solo 1,3 millones. La ca¨ªda de la producci¨®n en casi dos tercios ha reducido los ingresos en casi dos tercios. Por eso, los ingresos actuales son insuficientes para reactivar la econom¨ªa. La producci¨®n ha ca¨ªdo por tres motivos: falta de inversi¨®n, falta de mantenimiento y desbandada de trabajadores especializados de la industria. Las refiner¨ªas operan a un 30% de su capacidad.

La crisis es tan grave que Jos¨¦ Bodas, secretario general de la Federaci¨®n Unitaria de Trabajadores Petroleros, admiti¨® que la masiva fuga pesa como una losa en la ca¨ªda de la producci¨®n petrolera: en dos a?os se han ido 25.000 trabajadores. La compa?¨ªa estatal contaba con m¨¢s de 146.000 empleados, seg¨²n las ¨²ltimas cifras oficiales, que datan de 2016. Por lo tanto, PDVSA ha perdido al 17,1% de su plantilla por renuncias, abandonos y dimisiones. ¡°No condenamos al que se va del pa¨ªs. Todo lo contrario: entendemos que hay una pol¨ªtica de hambre¡±, declar¨® el sindicalista. Un trabajador de la refiner¨ªa de Petr¨®leos de Venezuela en Curazao (Antillas Holandesas) gana de 2.500 a 7.000 d¨®lares mensuales mientras que el salario de un trabajador del Complejo Refinador Paraguan¨¢, en Venezuela, es de tres d¨®lares mensuales.

Para agravar m¨¢s la situaci¨®n, los trabajadores que se han ido son los mejor preparados, t¨¦cnicos, ingenieros, ge¨®logos, operadores de planta, electricistas y mec¨¢nicos, mientras que se han quedado los menos cualificados, que figuran en n¨®mina por su carnet del partido. Lo mismo podr¨ªan estar en una f¨¢brica de cemento que en un silo de recogida de ma¨ªz.

Si no remontan los ingresos petroleros, la econom¨ªa no podr¨¢ recuperarse. La ecuaci¨®n es demoledora: los ingresos no subir¨¢n si no sube la producci¨®n; la producci¨®n no subir¨¢ si no hay trabajadores cualificados que manejen los equipos, y los cualificados no se incorporar¨¢n con salarios de miseria. Adem¨¢s, no se improvisan. La situaci¨®n es desesperada.