Inger Enkvist: ¡°La nueva pedagog¨ªa es un error. Parece que se va a la escuela a hacer actividades, no a trabajar y estudiar¡±
Lleva m¨¢s de cuatro d¨¦cadas dando lecciones, tanto en el ¨¢mbito universitario como el del instituto. Una experiencia que ha servido de espoleta para sus investigaciones sobre el arte de ense?ar. Esta catedr¨¢tica em¨¦rita de espa?ol en Suecia aborrece la llamada ¡°nueva pedagog¨ªa¡±, que otorga m¨¢s iniciativa a los alumnos en el aula, y defiende una ense?anza m¨¢s tradicional. La tarea principal de la escuela debe ser, seg¨²n ella, dar una base intelectual a los ciudadanos.
EL SILENCIO REINA en la ?calle adoquinada en la que reside Inger Enkvist en Lund, una de las ciudades m¨¢s antiguas de Suecia, con una de las universidades m¨¢s importantes del pa¨ªs n¨®rdico. Nadie dir¨ªa que a pocos minutos andando est¨¢ el centro urbano. Esa calma llega hasta el interior de su apartamento, un ?entresuelo con grandes ventanales y un jard¨ªn trasero comunitario. Su despacho, luminoso y lleno de libros, es un reflejo de su idea de c¨®mo hay que entregarse a cualquier tarea intelectual: con orden, concentraci¨®n, siguiendo unas normas¡, leyendo.
Mientras la mayor¨ªa de los expertos educativos cuestionan la utilidad que tiene memorizar datos en la era de Google y abogan por terminar con las hileras de pupitres, las asignaturas y dar m¨¢s libertad a los alumnos, Enkvist (V?rmland, Suecia, 1947) defiende la necesidad de volver a una escuela m¨¢s tradicional, donde primen la disciplina, el esfuerzo y la autoridad del maestro. Su punto de vista cuestiona los postulados de esa nueva pedagog¨ªa, pero tambi¨¦n se distancia de aquellos que creen que la escuela es una f¨¢brica de alumnos en serie y que debe centrar sus esfuerzos en competir con otros centros para ascender en las clasificaciones mundiales.
Comenz¨® su carrera educativa como profesora de secundaria y ahora es catedr¨¢tica em¨¦rita de espa?ol en la Universidad de Lund. Ha centrado su investigaci¨®n en la obra de Mario Vargas Llosa y Juan Goytisolo, y ha escrito ensayos sobre Jos¨¦ Ortega y Gasset, Unamuno y Mar¨ªa Zambrano. Ha publicado varios libros sobre pedagog¨ªa ¡ª?como La buena y la mala educaci¨®n (Encuentro, 2011)¡ª y cientos de art¨ªculos, adem¨¢s de haber asesorado sobre la materia al Gobierno sueco. Sentada en el sal¨®n de su casa, Enkvist conversa en espa?ol sobre c¨®mo cree que deber¨ªan ser las escuelas, mientras bebe un zumo de bayas servido con una jarrita de barro recuerdo de Segovia. Hablando con ella no cuesta nada imagin¨¢rsela en su colegio, de ni?a, sacando muy buenas notas.
?C¨®mo recuerda su escuela? Era p¨²blica y tradicional. No tengo malos recuerdos. Quiz¨¢s hab¨ªa algunas clases aburridas, pero as¨ª es a veces la vida. Los alumnos llegaban a su hora y no hab¨ªa conflictos con los profesores. Suecia me dio una educaci¨®n gratuita y de calidad.
¡°El nuevo desaf¨ªo es controlar el acceso al m¨®vil. Los colegios hacen bien en prohibirlo y los padres deben vigilar su uso en casa. Deben saber decir que no¡±
Los tiempos han cambiado. ?Sigue valiendo la disciplina de entonces? La relaci¨®n entre padres e hijos se basa m¨¢s que nunca en las emociones. Tenemos una vida m¨¢s f¨¢cil y queremos que nuestros hijos tambi¨¦n la tengan. Pero la escuela tiene que ser consciente de que su tarea principal sigue siendo formar intelectualmente a los j¨®venes. La escuela no puede ser una guarder¨ªa, ni el profesor un psic¨®logo o un trabajador social.
?Cu¨¢l debe ser la finalidad de la ense?anza infantil? Debe ser muchas cosas, pero su tarea principal es dar una base intelectual. Dar conocimientos a los j¨®venes, prepararlos para el mercado laboral, trasmitirles una cultura y proporcionarles una idea del orden social, porque la escuela es la primera instituci¨®n con la que se encuentran los ni?os y es importante que vean que hay unas reglas, que el maestro es la autoridad y que hay que respetarlo tanto a ¨¦l como a los compa?eros.
Pero la tecnolog¨ªa hace m¨¢s dif¨ªcil controlar a unos ni?os hiperestimulados. Siempre ha habido dificultades en el aprendizaje. Hace 50 a?os era que hab¨ªa que andar una hora para llegar al colegio o proporcionar comidas nutritivas. Hoy se trata de la enorme cantidad de est¨ªmulos. El nuevo desaf¨ªo es controlar el acceso al m¨®vil y al ordenador para que se concentren. Las escuelas que proh¨ªben el m¨®vil hacen bien. En casa, los padres deben vigilar el tiempo de uso de la tecnolog¨ªa. Prohibir es muy dif¨ªcil porque se crean conflictos, pero un padre moderno debe saber decir que no. Debe resistir.
Hay pedagogos que afirman que la escuela tradicional es aburrida y educa a ni?os sumisos, y que hay que aprender a aprender. La escuela es un sitio para aprender a pensar sobre la base de los datos. Lo de insistir en aprender a aprender sin hablar antes de aprendizaje es una falsedad, porque no podemos pensar sin pensar en algo. Sin datos, no hay con qu¨¦ empezar a pensar.
?La escuela no deber¨ªa ser un lugar donde pasarlo bien? La satisfacci¨®n de la escuela debe estar vinculada al contenido: entrar en una clase y que te cuenten algo que no sab¨ªas. Pero hay que saber que para entender algo nuevo hay que hacer un esfuerzo. Adem¨¢s, es fundamental que el maestro nos ense?e a leer y tambi¨¦n c¨®mo comportarnos. Es imposible aprender bien sin que haya orden en el aula. Esa es la base principal: comportamiento, lectura y aprecio por el conocimiento.
?Qu¨¦ opina de la tendencia de poner cojines en el aula para que se tumben los alumnos? Eso es enga?ar a los j¨®venes. Para aprender a escribir, un ni?o tiene que sentarse bien, mirar hacia delante, tener hoja y papel, concentrarse¡ Aprender puede ser un placer, pero, insisto, requiere un esfuerzo y un trabajo. Hay que dec¨ªrselo a los ni?os. Si no, les estamos enga?ando. Tocar el viol¨ªn, por ejemplo, no es f¨¢cil. Requiere mucha pr¨¢ctica. Los estudios del psic¨®logo sueco Anders Ericsson mostraron que se necesita un esfuerzo prolongado para mejorar en cualquier cosa. Para ser bueno en algo tienes que dedicarle 10.000 horas. Y hay que hacerlo de forma consciente y trabajar con un maestro. Su investigaci¨®n avala la idea tradicional de una escuela basada en el esfuerzo del alumno bajo la direcci¨®n de un profesor.
Algunos dicen que no hace falta memorizar porque todo est¨¢ en Google. Esa es otra falsedad. Google es un instrumento genial. Es de gran ayuda a los adultos, porque sabemos lo que buscamos. Pero para quien no sabe nada, Google no sirve de nada. Hay intelectuales que andan por ah¨ª diciendo que estudiar geograf¨ªa no les fue ¨²til. Creo que se han olvidado de c¨®mo y cu¨¢nto aprendieron en la escuela. Afirmar tales cosas es una falta de honradez con los j¨®venes. Y minusvalorar la importancia en s¨ª de la vida intelectual del alumno.
?En qu¨¦ consiste la nueva pedagog¨ªa que critica usted? La nueva pedagog¨ªa es un pensamiento que se ve por todas partes en Occidente. Suecia lo puso en marcha en los sesenta. C0nsiste, por ejemplo, en la poca gradaci¨®n de las notas, por lo que muchos piensan que para qu¨¦ estudiar mucho si no se va a reflejar en el expediente. Se da mucha importancia a la iniciativa del alumno, se trabaja en equipo y, mientras desaparecen los ex¨¢menes, aparecen los proyectos y el uso de las nuevas tecnolog¨ªas. En general, parece que se va a la escuela a hacer actividades, no a trabajar y estudiar. Se da m¨¢s ¨¦nfasis a lo social que a lo intelectual. En Espa?a esa tendencia empez¨® a llegar m¨¢s tarde, con la LOGSE en 1990. Creo que es un error. Por una parte, los alumnos con m¨¢s capacidades no desarrollan todo su potencial y, por otra parte, los que tienen una menor curiosidad natural por aprender no avanzan. Adem¨¢s, muchos gustos son adquiridos, como la historia, la lectura o la m¨²sica cl¨¢sica. Al principio pueden resultar aburridos, pero, si alguien insiste para que tengamos una primera toma de contacto, es posible que acaben gust¨¢ndonos. Ahora muchos j¨®venes eligen sin haber conocido y, claro, eligen lo f¨¢cil.
Espa?a es uno de los pa¨ªses de la OCDE que m¨¢s horas dedican a los deberes. ?Sirven de algo? Cuando la jornada es muy larga, como en Espa?a, no tienen sentido. Si un estudiante est¨¢ cansado, poner deberes no mejora su rendimiento. Hay que buscar un n¨²mero ¨®ptimo de clases por la ma?ana, cuando est¨¢ m¨¢s despierto, darle un tiempo de descanso y, por la tarde, quiz¨¢s una tarea de repaso de lo que ha hecho durante ese d¨ªa. Un buen ejemplo es Finlandia, donde los alumnos entran a las ocho de la ma?ana y salen a las dos de la tarde, incluido el almuerzo; salvo los jueves, que salen a las cuatro de la tarde.
De ni?a era usted una gran lectora. ?C¨®mo despertar ese placer si un ni?o no est¨¢ interesado? Era una lectora compulsiva. Nadie tuvo que insistir para que cogiera un libro. Pero hay ni?os que lo necesitan. Quiz¨¢s al principio hay que forzarles un poco, animarles para que se conviertan en lectores de ocio. ?C¨®mo se hace eso desde la escuela? Comprar buenos libros para la biblioteca y recomendar uno cada viernes. Un alumno puede contar lo que ha le¨ªdo esa semana. Hacer peque?as competiciones para ver qui¨¦n ha le¨ªdo m¨¢s. Medir c¨®mo aumenta su vocabulario. Y explicar que la lectura les permitir¨¢, cuando sean adultos, desenvolverse mejor. Si los alumnos empiezan a leer, casi todos van a descubrir que es un placer. Pero necesitan horas. Se calcula que en la mayor¨ªa de los pa¨ªses se dedican 400 horas en primaria al aprendizaje de la lectura. Para ser un buen lector hacen falta 4.000 horas. Es imposible encontrar tanto tiempo en clase. Tienen que hacerlo en casa. Lo que pueden y deben hacer los padres es leer con sus hijos: apoyar la lectura y servir ellos mismos de modelo.
¡°Lo que las pruebas PISA no revelan
es si hay un buen ambiente en el aula, se inculcan buenos principios de trabajo o se ense?an bien las humanidades¡±
Pero las humanidades est¨¢n perdiendo peso. Se dice que el ma?ana estar¨¢ dominado por la tecnolog¨ªa y las ciencias naturales, y que lo hist¨®rico no es importante. Adem¨¢s, las pruebas PISA [ex¨¢menes organizados por la OCDE que eval¨²an las competencias de alumnos de 15 a?os en ciencia, matem¨¢ticas y lectura] no tienen en cuenta las disciplinas human¨ªsticas porque es dif¨ªcil comparar esos conocimientos entre pa¨ªses, as¨ª que la voluntad de competici¨®n les lleva a poner m¨¢s ¨¦nfasis en las materias que entran en PISA y descuidan las dem¨¢s. Tanto en la escuela como en la familia se debe dar m¨¢s ¨¦nfasis a las humanidades.
?La visi¨®n de PISA es la de una escuela que deber¨ªa funcionar como una empresa? La OCDE es una organizaci¨®n econ¨®mica y analiza la educaci¨®n desde esa perspectiva. Lo que PISA no revela es si hay buen ambiente en el aula, si se inculcan buenos principios de trabajo, si se ense?an bien las humanidades, las ciencias sociales, las materias est¨¦ticas como el arte y la m¨²sica, que son esenciales. PISA es una prueba muy espec¨ªfica que analiza algunas cosas. Las escuelas y los pa¨ªses deber¨ªan defender que ellos ofrecen mucho m¨¢s que eso.
En sus libros se?ala a Finlandia como uno de los grandes modelos. La educaci¨®n de Finlandia ha sido tradicional, aunque hace dos a?os el Gobierno puso en marcha un programa m¨¢s parecido al de Suecia, porque mi pa¨ªs tiene un rendimiento escolar inferior, pero disfruta de un comportamiento econ¨®mico superior y ha creado empresas tecnol¨®gicas como Spotify y Skype. El Gobierno finland¨¦s parece pensar que con un poco de desorden sus colegios ser¨¢n m¨¢s creativos. No lo creo.
?Finlandia era tradicional? No hay ex¨¢menes en la educaci¨®n obligatoria ni los hab¨ªa antes de esa reforma que menciona. Hay que repensar la fobia a los ex¨¢menes. El examen ayuda a centrarse en un objetivo. Que tal d¨ªa tienes que saber estos conocimientos. Un buen profesor ense?a cosas a los alumnos, repasa con ellos y les pone algunas pruebas. Y construyen otras ense?anzas sobre lo ya aprendido, as¨ª que esos conocimientos vuelven a salir m¨¢s adelante. No pone un examen sobre algo sin importancia. Con las rev¨¢lidas pasa lo mismo. Son una meta clara. Ayudan a tener una visi¨®n global.
En Finlandia no se compara tanto a los colegios, algo habitual en Espa?a. ?Es as¨ª? En Finlandia siguen con la tradici¨®n de confiar en sus profesores. Cuando hay un control estatal del rendimiento y se hacen comparaciones entre las escuelas, el ambiente se enrarece. Para los profesores, genera estr¨¦s y rencor hacia quien te controla.
?C¨®mo debe ser un buen profesor? Responsable y bien formado. Debe creer en el poder del conocimiento. Uno no es buen profesor solo por lo que sabe de la materia, ni solo porque sabe ganarse a los alumnos. Hay que combinar ambos elementos: atraer a los alumnos a la materia para ense?arla adecuadamente. Hay que reclutar a profesores excelentes en los que puedan confiar alumnos, padres y autoridades. Y a no ser que haya una situaci¨®n grave, debemos dejarles trabajar.
?C¨®mo ha sido su experiencia en clase? El alumno tiene que respetar las indicaciones del profesor, hacer las tareas y, por ejemplo, no mentir. Antes, mentir era muy grave. Ahora parece que no pasa nada. He visto a j¨®venes que se inventan motivos para justificar por qu¨¦ no han hecho un trabajo, que escriben de forma poco legible para generar dudas o discuten todo el rato con los profesores. S¨¦ lo desagradable que resulta que un alumno intente mentirte. Lo he visto, en el instituto y en la universidad. Cuando un profesor siente que no se le respeta, que intentan enga?arle, se rompe toda relaci¨®n de ense?anza.
?Qu¨¦ hacer con los ni?os que molestan y no dejan trabajar a los dem¨¢s? Eso es un tab¨². Se considera poco democr¨¢tico. Se dice que hay que dar una oportunidad a todos. Pero ?qu¨¦ pasa cuando un ni?o conflictivo no deja trabajar a los dem¨¢s, cuando se ha hablado con ¨¦l y con los padres pero no rectifica? Hay que ponerlo en un grupo aparte a ver si as¨ª se da cuenta y cambia.
?Y los ni?os que se esfuerzan, pero no llegan al nivel? Se les puede dar clases de apoyo. Y ofrecer itinerarios diferentes, como ocurre en el caso de Singapur.
?Y repetir curso? Hacer repetir a un ni?o a veces sirve y a veces no, porque cada uno es diferente. A m¨ª me gusta el sistema de Singapur, donde el lema es que cada ni?o pueda llegar a su nivel ¨®ptimo. Para ello hay diferentes formas de conseguirlo: una v¨ªa digamos normal y otra v¨ªa expr¨¦s. La segunda incluye m¨¢s contenidos en menos tiempo. Algunos dicen que es menos democr¨¢tico, pero yo creo, al rev¨¦s, que es m¨¢s democr¨¢tico porque conviene al ni?o, a la familia y al Estado. Y hay menos abandono escolar, un problema mucho m¨¢s grave.
?No se aprende tambi¨¦n por imitaci¨®n? Es decir, ?los adelantados pueden tirar de los que se quedan atr¨¢s? Funciona cuando el grupo tiene de media un buen nivel y un buen profesor. Y si los que se tienen que integrar son pocos y quieren hacerlo. Si no, lo que suele pasar es que los que no quieren trabajar arrastran a los dem¨¢s.
El biling¨¹ismo que combina el ingl¨¦s y el espa?ol prolifera en los colegios espa?oles. ?Habr¨ªa llevado a sus hijos a una de estas escuelas? Primero, analizar¨ªa otras opciones. Aprender ingl¨¦s est¨¢ bien, pero hay que preguntarse qu¨¦ dejamos de aprender de otras materias. Tengo dudas. Creo que se puede aprender bien ingl¨¦s con algunas horas de clase sin sacrificar otros conocimientos, como por ejemplo las ciencias. En Suecia no se empieza con el ingl¨¦s hasta los 9 o 10 a?os.?
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