Sonrisas
Lo que est¨¢ ocurriendo en el PP es una especie de pretemporada de la democracia
¡ªSi solo pudi¨¦semos elegir hombres buenos no habr¨ªa l¨ªderes.
¡ª?Entonces qu¨¦ tienen que ser?
¡ª?tiles para quienes los apoyan.
Una de las nostalgias de ver Boardwalk Empire es que Enoch Nucky Thompson no hable en Al rojo vivo, si no ha hablado ya. Digo nostalgia en el sentido m¨¢s estricto del t¨¦rmino, no quiero acabar como aquellos locutores cuya unidad m¨®vil fue asaltada antes de un partido por ultras con ense?as franquistas y que narraron, en delicioso directo: ¡°Vimos llegar a un grupo de melanc¨®licos que comenz¨® a apedrear las lunas de nuestro coche¡¡±.
He pensado en la acci¨®n pol¨ªtica de Nucky Thompson mientras sigo las primarias del PP y trato, con menos ¨¦xito, de no seguir el en¨¦simo descalabro del Gobierno respecto a RTVE producto, seguramente, de la imposibilidad de votar con emoticonos. Thompson, g¨¢ngster y l¨ªder republicano de los a?os veinte en Atlantic City para quien pueda diferenciar eso, dec¨ªa que cada uno elige con cu¨¢nto pecado puede vivir. Por su parte Arnold Rothstein, el famoso criminal que ama?¨® las series mundiales de b¨¦isbol (con papel incluido, bajo otro nombre, en El gran Gatbsy) cre¨ªa que todo los problemas del hombre se deb¨ªan a su incapacidad para sentarse tranquilamente en una habitaci¨®n por s¨ª mismo.
Salvando las distancias ¡ªcon el tiempo cada vez menos¡ª lo que est¨¢ ocurriendo en el PP es una especie de pretemporada de la democracia, un experimento de laboratorio que reproduce todos los tics que se extienden fuera: una polarizaci¨®n exagerada que termina con la denuncia ins¨®lita de la ¡°ideolog¨ªa de g¨¦nero¡± por parte de uno de los aspirantes, Pablo Casado, solo entendible si en lugar de presentarse a liderar un partido pol¨ªtico quiere que le hagan arzobispo.
Al menos con las primarias han dejado de apu?alarse utilizando medios de comunicaci¨®n y han empezado a emplear sus propias sonrisas, que Dios impida que un d¨ªa nos dirijan una.
Y el s¨¢bado, al acabar la cena, se acerc¨® a saludar a la mesa un hombre que se present¨® como cargo del PP (esto era la fiebre del s¨¢bado noche, que interrumpa un presidente provincial) y, cuando se le pregunt¨® a qui¨¦n votar¨ªa, respondi¨® que eso era como preguntarle a un hijo de los Turpin a qui¨¦n quer¨ªa m¨¢s, a mam¨¢ o a pap¨¢. As¨ª empiezan los mejores espect¨¢culos, cuando al volver a la sede no hay que seguir disimulando, sino empezar a disimular. Nucky se lo dijo a su novia: ¡°Finjo todo el d¨ªa, Margaret. ?Tambi¨¦n tengo que fingir contigo?¡±. Si trabaja en G¨¦nova, tambi¨¦n.
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