Rom¨¢nticos
Trump y Putin quieren ser cre¨ªbles para sus votantes. Para eso se reinventan una y otra vez, ensayan gui?os, sacan m¨²sculo
En unos de los ensayos reunidos en El poder de las ideas, Isaiah Berlin se ocupa de la esencia del romanticismo europeo para sostener que fue un fen¨®meno de una trascendencia infinitamente mayor de la que habitualmente se le suele dar. El gran historiador de las ideas explica que los rom¨¢nticos vinieron a dinamitar una manera de ver las cosas que, por mucho que se encarnara en corrientes filos¨®ficas y religiosas diferentes ¡ªe incluso incompatibles¡ª, se sosten¨ªa en ¡°la asunci¨®n de que exist¨ªa una realidad, una estructura de las cosas, una rerum natura que el investigador cualificado pod¨ªa ver, estudiar y, en principio, comprender¡±. Fueron estos cimientos los que los rom¨¢nticos se dedicaron a masacrar para defender la idea de que no exist¨ªa tal cosa, que no hay realidad alguna que descubrir: vaya, que toca invent¨¢rsela.
¡°De ah¨ª ese nuevo ¨¦nfasis en lo subjetivo e ideal m¨¢s que en lo objetivo y real¡±, escribe Berlin. Por eso, subraya, a los rom¨¢nticos les interesan m¨¢s los motivos que las consecuencias y, para ellos, ¡°la pureza de coraz¨®n, la inocencia de la intenci¨®n, la sinceridad de prop¨®sito son m¨¢s importantes que obtener la respuesta correcta, es decir, que obtener una correspondencia exacta con lo que es dado¡±.
?No les suena todo esto? Igual lo del romanticismo huele a naftalina, pero Trump y Putin se han comportado en su ¨²ltimo encuentro como dos aut¨¦nticos rom¨¢nticos. Las cosas del mundo, el estado de las relaciones entre los dos pa¨ªses que representan, las complicaciones geopol¨ªticas, el control de las armas nucleares: todo eso, y m¨¢s, les importa una higa. Apuntan en otra direcci¨®n, quieren ser cre¨ªbles para sus votantes. Y para eso se reinventan una y otra vez, ensayan gui?os, sacan m¨²sculo y se entretienen con una pelota de f¨²tbol.
Pureza de coraz¨®n, inocencia en la intenci¨®n, sinceridad de prop¨®sito, y luego lo que toque en la representaci¨®n: enfado y firmeza, o sonrisas y bromas. Los rom¨¢nticos trajeron una en¨¦rgica defensa de la subjetividad; no est¨¢ mal. Pero su actitud ten¨ªa un lado oscuro, seg¨²n Berlin: la adoraci¨®n ¡°de ese artista m¨¢s siniestro cuya materia prima son los hombres¡±. Trump y Putin, no lo olvidemos, pertenecen a este tipo de artistas.
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