Pseudoterapias
La muerte de una nueva paciente que se ech¨® en manos del curandero y los nuevos datos cient¨ªficos plantean la necesidad de que los pol¨ªticos se impliquen
Empecemos por la sentencia judicial que absolvi¨® en enero al curandero Jos¨¦ Ram¨®n Llorente, especialista en ¡°medicina naturista y ortomolecular¡±, de haber causado la muerte del joven estudiante de F¨ªsicas Mario Rodr¨ªguez. El estudiante hab¨ªa muerto tras renunciar a tratarse su leucemia para ponerse en manos del ortomolecular. ¡°No constituye el objeto de este procedimiento¡±, dec¨ªa la sentencia, ¡°si la denominada ¡®medicina natural¡¯ es una alternativa real y eficaz a los tratamientos m¨¦dicos actualmente existentes contra el c¨¢ncer¡±. Eso fue una fortuna para el curandero, que sali¨® absuelto gracias a que las evidencias cient¨ªficas aplastantes no han logrado penetrar en las s¨®lidas paredes de los juzgados.
Esta semana hemos conocido un caso similar, como puedes leer en Materia, con la muerte de una mujer que hab¨ªa rechazado el tratamiento m¨¦dico para su c¨¢ncer de mama, de nuevo para confiar en un curandero. El primer impulso de cualquiera ser¨ªa demandar al curandero, pero el m¨¦dico de la mujer, Joaquim Bosch, se acord¨® de inmediato de la sentencia absolutoria del caso anterior, y ha preferido denunciarlo en los medios y en su cuenta de Twitter. Bosch lamenta que la ley est¨¦ ¡°del lado de los curanderos¡±, y demanda una mayor implicaci¨®n del Ministerio de Sanidad, y que se promuevan los cambios legales necesarios. Desde una perspectiva cient¨ªfica, es obvio que tiene raz¨®n.
Por una iron¨ªa del destino, el caso de la mujer con c¨¢ncer de mama ha coincidido en el tiempo con un estudio de la Universidad de Yale que muestra un dato que deber¨¢n tener muy en cuenta los juristas y legisladores. Los pacientes que se echan en manos de curanderos duplican su riesgo de morir aun cuando tambi¨¦n se sometan a la medicina real. La raz¨®n no es que la pseudoterapia agrave su estado ¨Cen realidad no hace ni eso ni ninguna otra cosa¡ª, sino que estos pacientes acaban renunciando al segundo ciclo de la quimio, por ejemplo, o retrasan una operaci¨®n vital. De modo que los curanderos son da?inos aun en los casos en que no disuaden por completo del tratamiento m¨¦dico. Cuando ocurre esto ¨²ltimo, el riesgo de muerte no es que se duplique, es que llega a quintuplicarse.
Si el objetivo de los procedimientos judiciales no es determinar ¡°si la denominada ¡®medicina natural¡¯ es una alternativa real y eficaz a los tratamientos m¨¦dicos actualmente existentes contra el c¨¢ncer¡±, ser¨¢ la autoridad sanitaria quien tenga que dejar meridianamente claro que no: que esa estafa no es una alternativa, ni real ni eficaz, a la ¨²nica medicina que existe, que es la basada en la ciencia. Si a Sanidad le preocupa salvar vidas, aqu¨ª tiene una tarea que sacar adelante. Cuanto antes.
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