Una web yanqui contra Maduro
Comerciantes y empresarios argumentan que la ausencia de d¨®lares en el mercado oficial de cambio les empuja a utilizar el cambio negro
Nicol¨¢s Maduro abusa de los poderes del Estado y desgobierna, pero en el an¨¢lisis de su confrontaci¨®n con la oposici¨®n procede remitirse a escenarios diversos, uno en Miami, domicilio social de la web Dolartoday, cuyo poder desestabilizador es enorme al incidir sobre la paridad del bol¨ªvar y generar hiperinflaci¨®n y protestas. Todos los esfuerzos del chavismo para neutralizarla han fracasado. Su influencia en el mercado cambiario de Venezuela es arrolladora. Es la principal referencia para cualquier transacci¨®n en moneda extranjera.
El control sobre la paridad es fundamental en cualquier econom¨ªa. Todos los Gobiernos del mundo lo tienen salvo Venezuela: est¨¢ en manos de sus enemigos pol¨ªticos. Desde que en 2014 la ca¨ªda del precio del crudo hundiera su econom¨ªa, la paridad del bol¨ªvar respecto al d¨®lar y al euro se viene fijando en EE?UU bajo el control de una de las agencias de seguridad de Washington, quiz¨¢s de la CIA. Ese es, al menos, el convencimiento del oficialismo.
?Que qu¨¦ hace tan poderosa a Dolartoday? Fundamentalmente, que su tipo de cambio es seguido al pie de la letra por los sectores comercial y empresarial de Venezuela a la hora de fijar precios. Ignoran el cambio oficial del Banco Central y negocian con la paridad de la web a pesar de que destacados economistas de la oposici¨®n han admitido p¨²blicamente que sus c¨¢lculos no tienen fundamentos econ¨®micos. No hay regla que explique las ins¨®litas fluctuaciones en per¨ªodos en los que nada ha ocurrido que las justifique.
El 1 de enero de 2018, por ejemplo, el cambio establecido por Dolartoday para el euro fue de 115.659,32 bol¨ªvares, mientras que el 10 de julio lo situ¨® en 4.114.771,45. ?Qu¨¦ diablos ha ocurrido en estos siete meses para que explote la paridad de esa manera? Pues nada. Nada diferente a los siete meses anteriores o desde que en 2014 se derrumbase el precio del barril, sost¨¦n de la econom¨ªa nacional. Cabe suponer que si el origen de los cambios no es econ¨®mico, entonces es pol¨ªtico.
La web se ha convertido en un factor clave, no en el ¨²nico, de la crisis hiperinflacionaria. M¨¢s del 70% de los productos manufacturados o de sus materias primas son importados. Si en enero se hicieron las cuentas a 115.659,32 bol¨ªvares por euro, y en julio, a 4.114.771,45, es l¨®gico que los precios se hayan disparado en igual proporci¨®n.
Comerciantes y empresarios argumentan que la ausencia de d¨®lares en el mercado oficial de cambio les empuja a utilizar el cambio negro, la p¨¢gina web. Ciertamente, el oficial es absolutamente inoperante porque al caer los precios del crudo y su producci¨®n, no hay divisas suficientes para alimentarlo y atender las necesidades importadoras de las empresas. El d¨®lar es un bien escaso y sujeto a alzas recurrentes en su cotizaci¨®n. Pero una cosa es que se desboque seg¨²n reglas econ¨®micas admitidas internacionalmente, y otra, por conveniencia pol¨ªtica, para tumbar a Maduro.
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