La senda del d¨¦ficit
Es posible cumplir los objetivos de Bruselas y revertir los peores efectos de la crisis y los recortes
Esta semana las Cortes comenzar¨¢n a discutir la nueva senda fiscal aprobada por el Gobierno. Las previsiones de los principales organismos econ¨®micos han puesto de manifiesto que el objetivo de d¨¦ficit del 2,2% para 2018 que comunic¨® el anterior Gobierno a Bruselas era incompatible con sus propios Presupuestos Generales. De hecho, la mayor¨ªa de las previsiones sit¨²an el d¨¦ficit de 2018 en un 2,7%. Sobre ese mayor nivel de d¨¦ficit de partida en 2018, el Gobierno propone para 2019 un ajuste estructural del 0,4% que permitir¨¢ reducir el d¨¦ficit hasta el 1,8% en 2019. Esto supone una elevaci¨®n de los objetivos de d¨¦ficit de cinco d¨¦cimas para 2018 y para 2019. Es decir, 2,7% frente a 2,2% y 1,8% frente a 1,3%, respectivamente.
Nadie, salvo el PP y Ciudadanos, otorgaba credibilidad al escenario propuesto por el anterior Gobierno. Los regalos fiscales de los ¨²ltimos meses, concedidos para lograr el voto favorable de Ciudadanos a los Presupuestos (en l¨ªnea con su habitual contradicci¨®n: reducir el d¨¦ficit y bajar impuestos), as¨ª como la actualizaci¨®n del poder adquisitivo de las pensiones, tras meses de resistencia del PP a las movilizaciones de los pensionistas, hac¨ªan inviable el cumplimiento de los objetivos.
La estrategia propuesta por el nuevo Gobierno es m¨¢s realista y consistente: al tiempo que permite mejorar la posici¨®n fiscal y reducir la carga de la deuda, garantiza con mayor solvencia la estabilidad fiscal a largo plazo al proponer un incremento cre¨ªble de ingresos y gastos que hace compatible un mayor espacio fiscal a las comunidades aut¨®nomas y la Seguridad Social. Se gastar¨¢ m¨¢s, s¨ª, pero tambi¨¦n se ingresar¨¢ m¨¢s ¡ªesa es la ecuaci¨®n b¨¢sica de la credibilidad¡ª y el d¨¦ficit estructural mejorar¨¢ sustancialmente permitiendo una mejor posici¨®n fiscal a medio y largo plazo.
Lo que no resulta convincente es pretender reducir el d¨¦ficit bajando una y otra vez los impuestos. Planteamientos de esta naturaleza son incompatibles con el acercamiento a los est¨¢ndares sociales avanzados de otros pa¨ªses europeos.
Si no fuera aprobada la nueva senda de consolidaci¨®n, Espa?a se ver¨ªa obligada a realizar ajustes adicionales por valor de 6.000 millones
Los vientos de cola que han impulsado la econom¨ªa espa?ola durante los ¨²ltimos a?os han sido utilizados por el PP para satisfacer el discurso neoliberal de m¨¢s mercado, menos Estado, menos impuestos, menos gasto. El PP en el Gobierno renunci¨® a una mejora estructural de las cuentas p¨²blicas habida cuenta de que la mayor parte de la mejora fiscal se ha producido gracias al ciclo, transformando el crecimiento econ¨®mico en rebajas de impuestos ¡ªhasta 15.000 millones menos¡ª mientras los servicios p¨²blicos se manten¨ªan infradotados tras los recortes de 2012 y 2013. En resumen: un desastre ¡ªbien respaldado por Ciudadanos¡ª fruto de una ideolog¨ªa irracionalmente enemiga de lo p¨²blico y cautiva de sus intereses electorales.
La estrategia fiscal apuntada por el Gobierno es una moderada aproximaci¨®n a quienes sosten¨ªamos que es posible cumplir con solvencia los objetivos planteados por Bruselas y revertir al tiempo los peores efectos de la crisis y los recortes. La nueva senda fiscal facilitar¨¢ ambas cosas, reforzando nuestra credibilidad frente a Bruselas. Sin embargo, aprovechando su preeminencia en el Senado, el PP y Ciudadanos ya han anunciado su voto en contra, aunque sea a costa de no asumir las consecuencias de sus propios actos.
Si no fuera aprobada la nueva senda de consolidaci¨®n, Espa?a se ver¨ªa obligada a realizar ajustes adicionales por valor de 6.000 millones, lo que supondr¨ªa un ajuste total de pr¨¢cticamente la misma magnitud que los recortes que se produjeron en 2013, en lo m¨¢s profundo de la crisis. Las comunidades aut¨®nomas ¡ªincluidas las gobernadas por el PP¡ª tendr¨¢n menos espacio fiscal para poder afianzar la recuperaci¨®n y hacerla inclusiva, y las pensiones se ver¨¢n nuevamente comprometidas. Nada de esto parece importar al PP y a Ciudadanos, quienes, con el rechazo al nuevo planteamiento, har¨¢n suya la infausta frase de su ministro de Hacienda preferido cuando, en 2010, dijo aquello de ¡°que caiga Espa?a, que ya la levantaremos nosotros¡±. Un ejercicio de irresponsabilidad no solo con el futuro econ¨®mico de Espa?a, sino con las propias consecuencias de sus actos.
Pareciera que el nuevo PP y el viejo Ciudadanos se instalan en el ¡°cuanto peor, mejor¡±, esperando revertir sus expectativas electorales a costa de los intereses generales.
Jorge Fabra Utray es economista, doctor en Derecho y presidente de Economistas Frente a la Crisis. Firman tambi¨¦n este art¨ªculo Purificaci¨®n Esteso Ruiz, economista, ex interventora general del Estado, y Antonio Gonz¨¢lez Gonz¨¢lez, economista y exsecretario general de Empleo.
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