Revelado el misterio de los cuerpos quemados y enterrados en Stonehenge hace 5.000 a?os
El metal de algunos huesos sugiere que las personas proced¨ªan de cientos de kil¨®metros m¨¢s lejos
Uno de los monumentos prehist¨®ricos m¨¢s conocidos del mundo, Stonehenge, sigue siendo un enorme misterio. Hace entre 5.000 y 4.000 a?os, antes del descubrimiento de la rueda, cientos de personas se tuvieron que poner de acuerdo para transportar unas 80 piedras de hasta dos toneladas de peso, algunas de ellas desde las monta?as de Preseli, en lo que hoy es el oeste de Gales, hasta el sur de Inglaterra, a una distancia de unos 225 kil¨®metros. Su intenci¨®n sigue siendo un enigma.
Los hoy c¨¦lebres c¨ªrculos de menhires pudieron constituir un observatorio astron¨®mico, un templo religioso, un lugar de encuentro de druidas, un sanatorio o un monumento a la paz entre los pueblos locales, seg¨²n las principales hip¨®tesis sobre la mesa. Tambi¨¦n fueron, con seguridad, un lugar de enterramiento para un pu?ado de personas, quiz¨¢ pertenecientes a una ¨¦lite.
Los c¨ªrculos de menhires pudieron constituir un observatorio astron¨®mico, un lugar de encuentro de druidas, un sanatorio o un monumento a la paz
Hace un siglo, entre 1919 y 1926, las primeras excavaciones en el yacimiento destaparon los restos de 58 individuos, tanto mujeres como hombres, cuyos cad¨¢veres fueron quemados antes de ser enterrados. El fuego impidi¨® solucionar el rompecabezas. ¡°Las altas temperaturas alcanzadas durante la cremaci¨®n, de hasta 1.000 grados, destruyen toda la materia org¨¢nica, incluido el ADN. Esto limita la cantidad de informaci¨®n que se puede obtener¡±, lamenta Christophe Snoeck, qu¨ªmico de la Universidad Libre de Bruselas. Los cad¨¢veres de Stonehenge han estado callados durante un siglo. Hasta hoy.
El equipo de Snoeck ha encontrado una manera de hacer hablar a los restos prehist¨®ricos: el estroncio. Si se recuerda la tabla peri¨®dica de los elementos que hab¨ªa que memorizar en el instituto, la segunda columna se cantaba as¨ª: berilio, magnesio, calcio, estroncio, bario y radio. El estroncio, un metal blando de color plateado, se situaba debajo del calcio. Su estructura es tan similar que los huesos absorben el famoso calcio presente en la leche y las sardinas, pero tambi¨¦n pueden incorporar el estroncio en su lugar. Y el estroncio de los huesos de Stonehenge sugiere que muchas de aquellas personas, o sus restos, llegaron al santuario tras recorrer cientos de kil¨®metros.
La clave est¨¢ en el subsuelo. Las tierras calizas del sur de Inglaterra, en las que se levanta Stonehenge, presentan perfiles de estroncio diferentes a los de las formaciones geol¨®gicas del oeste de Gales, donde se encuentran las canteras de las que salieron algunas piedras del monumento. Este estroncio soluble e identificable pas¨® a las plantas, que fueron ingeridas por seres humanos, quedando el metal almacenado en sus huesos. Snoeck y los suyos han analizado los restos de 25 personas enterradas en Stonehenge. El estudio sugiere que 10 de ellas se alimentaron con vegetales del oeste de Gales en la ¨²ltima d¨¦cada de su vida. Los habitantes de las monta?as de Preseli pudieron recorrer el mismo camino que sus piedras y ser enterrados entre ellas con honores, junto a los locales. Pero la investigaci¨®n de Snoeck tambi¨¦n apunta a otra posibilidad: que a Stonehenge solo llegaran los restos ya cremados.
¡°Nuestros resultados subrayan la importancia de las conexiones entre diferentes regiones ¡ªque implicaban tanto movimientos de materiales como de personas¡ª en la construcci¨®n y en el uso de Stonehenge¡±, destaca Snoeck, que publica hoy su estudio en la revista especializada Scientific Reports, junto a coautores como?Julia Lee-Thorp, directora de la Escuela de Arqueolog¨ªa de la Universidad de Oxford. Para Snoeck, el nuevo descubrimiento ¡°es una muestra ¨²nica de que los contactos e intercambios en el Neol¨ªtico, desde hace 5.000 a?os, se hac¨ªan a gran escala¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.