Peligrosamente cerca del Sol

Dice el viejo chiste que, un d¨ªa, el primer ministro de Freedonia convoc¨® a los miembros de su Ejecutivo y les dijo: "Si los de la NASA han ido a la Luna, ?nosotros vamos a ir al Sol!". Un ministro se levanta y dice: "Pero ?c¨®mo vamos a ir al Sol?, ?que nos vamos a achicharrar, por Dios!". El primer ministro se echa a re¨ªr y responde: "Si, hombre, como que vamos a ir de d¨ªa...". Bueno, perd¨®n, ya s¨¦ que el chiste es malo, pero no he podido evitar recordarlo al leer en Materia sobre la sonda Parker, la primera nave que penetrar¨¢ en la atm¨®sfera del Sol. Y de d¨ªa.

El Sol no solo nos interesa por que vivimos en sus cercan¨ªas, sino tambi¨¦n porque es la estrella que mejor conocemos. Contiene el 99% de la masa del sistema solar, y aporta a la Tierra la gran mayor¨ªa de su energ¨ªa (las energ¨ªas geot¨¦rmica y radiactiva son las excepciones). La fuente de la energ¨ªa solar es la fusi¨®n nuclear (dos n¨²cleos de hidr¨®geno, con un prot¨®n cada uno, forman un n¨²cleo de helio, con dos protones) que ocurre en las profundidades de la estrella. Esta energ¨ªa se transfiere lentamente desde el n¨²cleo hasta la superficie de la estrella, que est¨¢ a unos 4.000 grados. En realidad, no se puede hablar de una superficie propiamente dicha, porque a esa temperatura no hay nada s¨®lido, ni siquiera l¨ªquido. Los astr¨®nomos, m¨¢s que de superficie, hablan de fotosfera.

Y ahora viene el enigma. Por encima de la fotosfera hay una capa de unos 7.000 kil¨®metros, llamada cromosfera, que est¨¢ m¨¢s caliente que la fotosfera, a unos 8.000 grados. Y todav¨ªa por encima de la cromosfera est¨¢ la corona, un halo que alcanza una temperatura cercana al mill¨®n de grados. Entender esta enigm¨¢tica inversi¨®n t¨¦rmica es una de las principales misiones de la sonda Parker, aunque no la ¨²nica. La sonda no se va a posar en el Sol ni nada parecido (ni siquiera est¨¢ muy claro qu¨¦ significar¨ªa posarse, puesto que no hay ninguna superficie s¨®lida), sino que se acercar¨¢ hasta 150 millones de kil¨®metros de la fotosfera, es decir, fuera de la cromosfera, pero a una buena distancia para estudiar la corona. Mercurio, el planeta m¨¢s pr¨®ximo al Sol, est¨¢ a unos 58 millones de kil¨®metros de ¨¦l, en realidad m¨¢s cerca de lo que nunca llegar¨¢ la sonda.

Homenajeando en cierto sentido al primer ministro de Freedonia, la sonda Parker llevar¨¢ incorporada su propia noche: un escudo t¨¦rmico de carbono de 12 cent¨ªmetros de grosor que ir¨¢ girando para interponerse siempre entre el Sol y el centro l¨®gico de la nave. El escudo alcanzar¨¢ temperaturas de 1.400 grados, pero gracias a ella y a un sistema de refrigeraci¨®n los equipos electr¨®nicos se mantendr¨¢n a 30 grados, que en realidad es menos de lo estoy aguantando yo mientras escribo esto. Adem¨¢s del enigma de la inversi¨®n t¨¦rmica, estos aparatos podr¨¢n aclarar el origen del viento solar y predecir las tormentas solares que resultan da?inas para nuestro planeta. Tambi¨¦n podr¨¢ orbitar por los polos del astro, que son inaccesibles para nuestros telescopios terrestres.

?Una idea digna de Freedonia? No, una hermosa misi¨®n en pro del avance del conocimiento. Ciencia, en una palabra.