Las auroras gigantes del planeta hu¨¦rfano que no pudo ser estrella
Un telescopio de EE UU detecta por primera vez el gigantesco campo magn¨¦tico de un planeta sin estrella a 20 a?os luz de la Tierra
Hasta hace menos de 30 a?os, la idea popular de lo que es una familia planetaria era muy limitada. Nueve planetas orbitando en armon¨ªa en torno al Sol. En 1992, desde el radiotelescopio de Arecibo, en Puerto Rico, Aleksander Wolszczan y Dale Fraill realizaron un descubrimiento espeluznante. Dos planetas orbitando en torno a un pulsar, el cad¨¢ver superdenso de una estrella que hab¨ªa estallado despu¨¦s de agotar su combustible. Desde entonces, los descubrimientos de planetas extrasolares se han multiplicado y la diversidad de modelos de familia planetaria se ha hecho evidente.
En los ¨²ltimos a?os, tambi¨¦n se han identificado planetas sin familia, que orbitan solos, sin una estrella cercana que los ilumine. Algunas estimaciones bastante imprecisas han calculado que son entre 100 y 100.000 veces m¨¢s numerosos que las estrellas, pero parece que la discusi¨®n sobre su abundancia requerir¨¢ nuevos telescopios y nuevos m¨¦todos de observaci¨®n para contar con los datos necesarios.
El planeta tiene un campo magn¨¦tico cuatro millones de veces m¨¢s potente que el de la Tierra
La semana pasada, un estudio publicado en la revista The Astrophysical Journal mostraba una nueva faceta de uno de estos planetas hu¨¦rfanos. Utilizando el observatorio radioastron¨®mico Karl G. Jansky Very Large Array, en Nuevo M¨¦xico (EE UU) un grupo de investigadores estadounidenses liderado por Melodie M. Kao, de la Universidad de Arizona, lograron detectar el gigantesco campo magn¨¦tico de un exoplaneta sin estrella a 20 a?os luz de la Tierra. Ese campo magn¨¦tico, cuatro millones de veces m¨¢s potente que el de nuestro planeta, representa un nuevo modo de descubrir este tipo de objetos interestelares y estudiar sus campos magn¨¦ticos. Como algunas enanas marrones, en este planeta gigante se producen unas auroras boreales descomunales, pese a no estar expuesto los vientos solares que generan este fen¨®meno en la Tierra. El origen de las auroras es un misterio.
El objeto, bautizado como SIMP J01365663+0933473, fue detectado por primera vez en 2016 y tiene casi 13 veces la masa de J¨²piter. Se encuentra en el l¨ªmite entre lo que se considera un planeta y una enana marr¨®n, un tipo de objetos que no llegaron a alcanzar la masa suficiente como para fusionar la versi¨®n m¨¢s ligera del hidr¨®geno y convertirse en estrellas de pleno derecho.
Se cree que este tipo de planetas que casi son estrellas no se formaron en torno a una estrella como la nuestra. En realidad, sus primeros a?os se parecer¨ªan a los del Sol, cuando el colapso de una nube de gas y polvo hizo que se convirtiese en un foco de acumulaci¨®n de materia. Sin embargo, alcanzaron un punto de equilibrio antes de lograr la masa suficiente para ser un reactor de fusi¨®n nuclear y dejaron de crecer. Aunque les llamemos planetas hu¨¦rfanos, es posible que tengan sus propios sat¨¦lites, formando una especie de sistema planetario oscuro y fr¨ªo.
Otro tipo de planetas hu¨¦rfanos, m¨¢s dif¨ªciles de detectar, ser¨ªan los expulsados de sistemas como el nuestro. En las primeras etapas de formaci¨®n de un sistema solar, el entorno puede ser violento. Algunas simulaciones sugieren que durante la infancia del Sistema Solar J¨²piter avanz¨® hacia el Sol desde el lugar en que se hab¨ªa formado empujando a muchos planetas en formaci¨®n y arroj¨¢ndolos contra la estrella. Movimientos como este pueden acabar expulsando a otros planetas de sus ¨®rbitas y lanz¨¢ndolos al espacio interestelar. Estos objetos, de mucho menor tama?o que el descubierto por el telescopio de Nuevo M¨¦xico, ser¨¢n mucho m¨¢s dif¨ªciles de encontrar.
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