M¨¢s liderazgo
La situaci¨®n de los menores inmigrantes exige respuestas r¨¢pidas
El buque Open Arms lleg¨® el jueves al Puerto de San Roque de C¨¢diz con 87 inmigrantes a bordo, de los que doce son menores y seis de ellos viajan solos. El lunes, la reuni¨®n del Gobierno con las comunidades aut¨®nomas para dar respuesta a la urgente necesidad de ocuparse de esos inmigrantes m¨¢s vulnerables fue un rotundo fracaso. No hubo acuerdo sobre la posibilidad de establecer cupos ni se llegaron a concretar fondos espec¨ªficos para enfrentarse con el problema. La conclusi¨®n fue que el asunto debe ¡°trabajarse con m¨¢s tranquilidad¡± y que hay que tratarlo ¡°con cuidado y con cautela¡±, como coment¨® tras la reuni¨®n Magdalena Valerio, la ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social. As¨ª que se aplaz¨® para la pr¨®xima cita, el 5 de septiembre. Mientras tanto, las comunidades afectadas tendr¨¢n que encontrar la manera de ocuparse de los m¨¢s de 7.000 menores extranjeros no acompa?ados que hay en Espa?a.
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Tiene raz¨®n la ministra, el problema de gestionar la llegada de cientos de miles de inmigrantes a las costas de Europa es endiabladamente complejo, y necesita tiempo. La crisis migratoria est¨¢ generando terremotos pol¨ªticos y, hasta cierto punto, la Uni¨®n Europea se juega la supervivencia de los valores que la inspiraron desde su fundaci¨®n, el respeto a los derechos humanos, y alguno de sus mayores logros, la libre circulaci¨®n de personas, si no consigue resolver la extrema dificultad de gestionar la irrupci¨®n de tantos inmigrantes en un contexto de dificultades econ¨®micas. La historia es de sobra conocida, por eso resulta inquietante que una reuni¨®n convocada para buscar respuestas a un problema que requiere medidas urgentes, como es el de los menores inmigrantes, quedara en nada. En aplazar el desaf¨ªo.
Para encauzar la salida a las demandas de los cientos de miles de inmigrantes, que llegan tras largas penalidades para buscar un futuro mejor en Europa, es cierto que la respuesta debe ser concertada entre todos los Estados miembros de la Uni¨®n. De otro modo, no tendr¨ªa futuro. El problema es cuando surgen incidencias que exigen respuestas inmediatas. La de los menores es una de ellas. Y as¨ª como los pa¨ªses m¨¢s afectados por la llegada de inmigrantes a sus costas reclaman m¨¢s solidaridad de los dem¨¢s, es l¨®gico que, en Espa?a, se repita el mismo gesto de unas comunidades a otras. El desaf¨ªo es de todos, y tiene largo recorrido: Europa seguir¨¢ siendo la tierra anhelada por los que lo pasan rematadamente mal en el continente vecino y sue?an con una oportunidad.
Hace falta que la Uni¨®n elabore un plan a largo plazo en el que todos los Estados miembros est¨¦n implicados y respete los derechos humanos. Mientras llega, cada Estado miembro deber¨¢ generar los mecanismos de solidaridad que luego va a exigir a Bruselas. El problema no es solo del Gobierno del PSOE, pero ha sido ese Gobierno el que dio se?ales de que hay otra forma de responder a la llegada de los inmigrantes que no pasa por el cierre de fronteras, como pide la extrema derecha. Resolver la situaci¨®n de los menores es lo que ahora urge. Ah¨ª convergen todos las intrincados obst¨¢culos ¡ªpol¨ªticos, econ¨®micos, sociales¡ª que genera una crisis migratoria. Al Gobierno le toca demostrar que tiene capacidad de liderazgo para saber sortearlos.
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