Antes que el titanio fue el hierro
Una intervenci¨®n art¨ªstica celebra los 125 a?os que acaba de cumplir el Puente Colgante de Bizkaia, el m¨¢s antiguo de su tipo del mundo
Junto al ferrocarril, los altos hornos y el marxismo, la Revoluci¨®n Industrial y sus secuelas trajeron consigo infamias est¨¦ticas sin n¨²mero, pero tambi¨¦n una serie de obras entonces solo apreciadas por su utilidad inmediata, pero hoy convertidas en relevante patrimonio art¨ªstico. Reivindicar que una f¨¢brica o una gr¨²a pueden ser hermosas recuerda la creatividad que tambi¨¦n hab¨ªa en un tiempo que supuso el mayor cambio del mundo en 5.000 a?os. Y adem¨¢s atrae turistas, que as¨ª comprobar¨¢n que entre el Coliseo y el Guggenheim ¡ªcon una parada en La Gioconda¡ª hubo algo.
Hubo el hierro, como el que ¡ªhoy en color rojo oxidado¡ª arma el Puente de Bizkaia, el Puente Colgante ¡ªno el del ler¨¦ de la canci¨®n infantil; ese fue otro que llevaba dos d¨¦cadas desaparecido cuando naci¨® este¡ª, que acaba de cumplir 125 a?os.
Obra del arquitecto Alberto de Palacio y Elissague (1856-1939), con la colaboraci¨®n del especialista franc¨¦s en puentes atirantados Ferdinand Arnodin (1845-1924), es el puente transbordador en servicio m¨¢s antiguo del mundo. Patrimonio de la humanidad desde 2006, alza 61,3 metros en su punto m¨¢s alto y su barcaza para personas y veh¨ªculos salva hoy en minuto y medio los 160 metros que la r¨ªa del Nervi¨®n separa en ese punto Portugalete y Getxo. Funci¨®n y atracci¨®n se unen en su arquitectura: seis millones de viajeros anuales ¡ªfunciona 24 horas al d¨ªa todo el a?o¡ª, seg¨²n datos del Gobierno vasco, 650 millones en toda su historia.
Dentro del recuerdo de este siglo y cuarto, sus cuatro terrazas (dos por margen) lucen ahora una intervenci¨®n pict¨®rica de Pablo Zabala, ganador del concurso convocado por la sociedad que explota el transbordador y la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del Pa¨ªs Vasco (UPV). A ¨¦l se presentaron 14 proyectos de 16 autores. Zabala, estudiante del m¨¢ster de Pintura de la UPV, funde en Gris el color del pasado industrial del entorno de la R¨ªa con el mar y las luces de navegaci¨®n mar¨ªtima: verdes en la margen izquierda y rojo en la derecha.
Hierro y orgullo. Blas de Otero lo sab¨ªa: ¡°Porque la verdad es que yo a Par¨ªs me lo paso por debajo del Puente Colgante¡±, escribi¨® en un poema.
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