Ahora la excusa es Salvini
La crisis migratoria solo se atajar¨¢ con una f¨®rmula europea, comunitaria. Si no llega pronto, ser¨¢n los xen¨®fobos y neonazis quienes impongan la suya
La irrupci¨®n del neofascista Matteo Salvini sirve hoy a Europa como pantalla de humo que oculta su incapacidad para gestionar el fen¨®meno migratorio. La realidad, sin embargo, es que Merkel y Macron, los ¨²nicos que pueden lanzar un plan efectivo con opciones de ¨¦xito, arrastran los pies amedrentados por el auge ultraderechista en sus pa¨ªses a cuenta precisamente del debate migratorio. Con su tacticismo, ponen en peligro la propia supervivencia de la UE.
Ha quedado demostrado que el europe¨ªsta gesto de Merkel de acoger a un mill¨®n de migrantes en 2015 abri¨® una v¨ªa cortada en seco por las subidas electorales de los ultras de Alternativa para Alemania. Y que Macron, que bas¨® su triunfo electoral en un valiente mensaje proeuropeo, renuncia a izar la bandera de la Europa de los derechos para no reforzar supuestamente a la neofascista Le Pen.
Son los dos l¨ªderes del motor europeo, por tanto, quienes hacen dejaci¨®n al no enarbolar ellos con valent¨ªa una doble baza europe¨ªsta: la defensa de un valor tan europeo como el respeto a los derechos humanos y la b¨²squeda de una soluci¨®n comunitaria a un drama sin fin.
Por el contrario, queda ya claro que el decepcionante cap¨ªtulo migratorio de la declaraci¨®n de Meseberg suscrita por Merkel y Macron hace dos meses tiene visos de aterrizar en nada. Pese a que ambos calificaron las migraciones como el primer ¡°desaf¨ªo existencial de la UE¡±, no solo no se ha producido avance alguno, sino que Europa ¡ª?qui¨¦n te ha visto y qui¨¦n te ve!¡ª asimila sin verg¨¹enza que hasta la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) le critique por dejar vagando por el Mediterr¨¢neo a migrantes en el Aquarius ¡°mientras los Gobiernos compiten en ver qui¨¦n asume menos responsabilidades¡±.
Exhibir como un espantap¨¢jaros a Salvini, como antes a la AfD, a Le Pen o los xen¨®fobos Gobiernos del Este, se ha convertido en una excusa para buscar solo arreglitos puntuales, para dar patadas a seguir a un problema que ni Merkel ni Macron tienen la valent¨ªa de abordar en serio. Tras ellos, los dem¨¢s mandatarios imitan al avestruz o, como el h¨²ngaro y el polaco, celebran ver triunfar su tesis de eliminar el reparto por cuotas.
Espa?a, la excepci¨®n europea con una poblaci¨®n y un Gobierno solidarios con los refugiados, reclama hoy colaboraci¨®n europea a la vez que se convierte en nuevo objetivo de los ultras. Por vez primera, se extiende una campa?a de v¨ªdeos y fotos para presentar a los migrantes como delincuentes o terroristas. No conviene minusvalorarla. Salvini es precisamente un producto de la insolidaridad europea con Italia, cuya poblaci¨®n fue manipulada tras a?os de recibir en solitario olas migratorias.
Todos saben que la crisis solo se atajar¨¢ con una f¨®rmula europea, comunitaria. Llegar¨¢. Pero si no llega pronto de la mano de los dem¨®cratas y europe¨ªstas, ser¨¢n los xen¨®fobos y neonazis quienes impongan la suya. Y eso ya no ser¨¢ Europa. En efecto, hay un reto existencial.
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