Recuperar TV3
Si nada cambia, el canal seguir¨¢ siendo reflejo del desgarro de Catalu?a
Los trabajadores de TV3 han denunciado recientemente el ¡°af¨¢n de control¡± que los partidos independentistas tienen sobre la televisi¨®n p¨²blica catalana y han advertido contra los ¡°acuerdos privados¡± que mantienen Junts per Catalunya y ERC para repartirse el poder dentro de la cadena. TV3, un canal que hist¨®ricamente ha destacado por sus formatos innovadores y por haber prestigiado el uso social del catal¨¢n, ha visto seriamente cuestionado su papel los ¨²ltimos a?os por la torticera utilizaci¨®n que el independentismo ha hecho de ella convirti¨¦ndola en un elemento de agitprop independentista y alej¨¢ndola del referente que fue.
El secuestro de TV3 por parte de los partidos en el poder es tal que todos los miembros de la Corporaci¨®n Catalana de Medios de Comunicaci¨®n (CCMA), su ¨®rgano gestor, llevan cinco meses con el mandato vencido sin que se vislumbre un r¨¢pido relevo. Los independentistas no se ponen de acuerdo y con ello se producen situaciones absurdas como que Ciudadanos, el primer partido de Catalu?a, no tiene hoy ni un solo asiento en el consejo de administraci¨®n. Ciertamente, los problemas de TV3 no son exclusivos de la cadena catalana. RTVE ha pasado por vericuetos parecidos y ha sido necesaria una ardua negociaci¨®n pol¨ªtica para dotarla de un nuevo equipo gestor, ahora encabezado por profesionales de incuestionable validez profesional.
Los males de TV3 vienen de lejos. Utilizada por el pujolismo como herramienta de construcci¨®n nacional, los tripartitos de la izquierda la desgubernamentalizaron ¡ªtarde y de manera insuficiente¡ª para que el nacionalismo de Artur Mas la volviera a situar bajo un estricto control. Y all¨ª sigue. El agravante es que tiene un p¨²blico cautivo. El desinter¨¦s creciente de TVE por ofrecer una programaci¨®n competitiva en las lenguas cooficiales ha situado a TV3 como ¨²nico referente para quien quiere ver televisi¨®n en catal¨¢n. Ser¨ªa bueno que la nueva direcci¨®n de RTVE demostrara con hechos ¡ªdesconexiones territoriales¡ª que la cadena de todos los espa?oles lo es tambi¨¦n de quienes hablan una lengua diferente del castellano. Si nada cambia, TV3 seguir¨¢ siendo el fiel reflejo de la amenaza de desgarro permanente que vive Catalu?a como sociedad. Seg¨²n el ¨²ltimo bar¨®metro de la Generalitat se informan a trav¨¦s de la cadena auton¨®mica el 47% de los catalanes, una cifra id¨¦ntica a la del n¨²mero de independentistas. Mientras que la ven casi el 80% de los votantes de partidos secesionistas, apenas el 15% de electores constitucionalistas la tiene como canal de referencia. Lo que para unos es doctrina de fe para los otros es una programaci¨®n insufrible.
Los medios p¨²blicos catalanes tienen recursos para salir del agujero en el que le han situado sus gestores pol¨ªticos. Con una plantilla de m¨¢s de 2.000 trabajadores y un presupuesto que supera los 230 millones tienen la obligaci¨®n de dejar de ser un club privado para independentistas y convertirse en una cadena de todos los catalanes. Hay que aplicar la reforma de la ley de la Corporaci¨®n Catalana de Medios que fije la elecci¨®n de sus consejeros por consenso y no por simples mayor¨ªas absolutas, lo que facilita los pactos sectarios. Si no lo hace con urgencia TV3 no solo ver¨¢ amenazada su viabilidad sino tambi¨¦n su utilidad. De ah¨ª a la residualizaci¨®n solo hay un paso.
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